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En sus memorias, de casi cuando tenía 4 años, recuerda que dormir hasta las altas horas de la mañana eran de las mejores cosas en su corta vida además de los postres.

En ocasiones se hacía el dormido para engañar a las sirvientas y así obtener más horas de sueño, apenas podía dormir con tantas voces repercutiendo en su cabeza, teniendo poco o nulo entendimiento de la procedencia de estas.

-¿Qué estás haciendo? -el tono juguetón junto al intento de pellizco en la sábana sobre su pie lo hicieron encogerse mientras trataba de ocultarse entre las telas suaves y oscuras- el sol ya salió.

Se hizo el silencio en la habitacion, (...) cruza sus brazos sobre su pecho mientras hace como que esta pensando.

-¿En dónde estará? -No ríe, ni se mueve, solo se queda completamente tendido en el colchón, da dos pasos a la derecha y salta para dejar caer su peso al lado de Noctis mientras ríe sonoramente y él se queja por tener que ser despertado cuando no quiere hacerlo.

Ahora, ese recuerdo, se sentía como paraíso en vida, porque estaba más que dispuesto a dormir unas horas más aunque Ignis ya estuviera tratando de levantarlo a la fuerza.

Se pasó la mano por el pelo tratando de sacarse el sueño de encima, aunque con la misma rapidez con la que se levantó vuelve a caer en la bolsa para dormir, pasando el rostro por la costura extra y casi imperceptible que se encuentra en la tela, recordando a (...) cosiendo con guantes gruesos porque la costura no era lo suyo, con él sentado a un lado mientras trataba de volver a darle forma al anzuelo que quedó atrapado entre la tela de la bolsa, teniendo que soplar una pluma cuando voló fuera del objeto y casi cae en su nariz, ganándose una risa de (...) que lo mira aunque tiene puesta la máscara.

-Aquí -le tiende la bolsa, con un parche curioso de lo que parece un pájaro negro y de grandes ojos que no conoce y que se ve algo amorfo por haber sido pasado con la aguja y el hilo en más de una ocasión que no era necesaria- si vuelve a romperse dile a Ignis, terminaré de romperlo de otra manera.

El parche ahora está más desgastado, más desigual que antes y desentonaba totalmente de la bella tela que envolvía el resto de la bolsa de dormir.

Da unas vueltas por la tienda del campamento, aun negándose a abrir los ojos del todo por el cansancio sobre él; tenía todo su derecho de seguir dormido pero no tenían tiempo para ello, sin mencionar que era incómodo el dormir ahí.

No entendía cómo Gladio era tan fan de esas cosas de estar al aire libre, un poco estaba bien, pero de ahí a permanecer una noche completa era ir a otro nivel que no conocía y que no se quería seguir aventurando a conocer.

El colchón, más concretamente la porción a un lado de él, empezó a moverse por la vibración del teléfono celular, sabía que era el suyo porque solo (...) era lo suficientemente... Ella, como para grabar su voz cantando esa rara canción que solo ella se conocía.

Hasta ahora no entendía quién era la tal Rags de la que supuestamente hablaba la dichosa canción, era un idioma desconocido para él y todo el mundo, solo (...) sabía de lo que hablaba, siempre usándolo en su contra para molestarlo mientras entonaba las letras de la melodía tan calmada como podía.

Le gustaba cómo sonaba la canción de Rags con su supuesta buena y mala suerte, lo que no le gustaba era que lo estuviera obligando a atender el teléfono.

-Buenos días, ¿Qué estás haciendo? -su voz se escucha más animada que la otra vez, suspira en respuesta mientras da otra vuelta y queda boca arriba- el sol ya salió.

Ya no sabía si tenía un repertorio corto de diálogo y respuestas o una gran memoria como para recordar esas precisas frases.

-Lo estoy viendo -No del todo, aunque la luz del sol se incluía entre la tela del techo, su voz suena ronca porque son las primeras palabras del día.

-Entonces sabes que debes levantarte, su alteza -un gruñido es su respuesta, Noctis se pasa la mano desocupada por la frente y luego la baja en un recorrido corto por su rostro- eh, no me respondas así.

-Sí, sí -abre por su propia cuenta la tienda justo cuando Ignis parecía querer hacer lo propio- buen día -dice ante su cara impresionada, no sólo la de él, también de los otros dos presentes.

-Manda mis saludos -escucha por el auricular seguido de un adiós, solo hace un sonido de confirmación antes de cortar la llamada, si hubiera estado más despierto hubiera escuchado el rugido de animal que se dio, pero su cerebro estaba más ensimismado en otras cosas.

-¿Qué es lo que falta?

-¿Hongos, quizás?

-Iré a lavarme la cara -suspira mientras se acerca al camino del arroyo.

-¡Te acompaño, compañero! -Prompto se une a su caminata, su energía lo eclipsa pero es bien recibida- que curioso.

-¿el qué? -su ceño se frunce un poco, olvidó que el agua está helada y ahora siente el rostro frío antes de tenerlo caliente, como si se hubiera quemado.

-Esa canción nunca la había escuchado, por eso digo que se hace curiosa, ¿es de hace unos años? -Suu emoción es evidente, entusiasmado de conocer un nuevo aspecto de su amigo que no conocía, porque nunca se hubiera imaginado que a Noctis le gustase el rollo antiguo.

El azabache se pone a pensar en su cabeza, ¿de qué canción le estaba hablando exactamente?

-¿Canción?

-¿Qué? ¿no la recuerdas? ¡la estabas tarareando hace unos segundos! -su expresión debía evidenciar que no tenía idea de lo que hablaba- ¿Cómo era? Creo que iba así.

-Ah -con que de eso estaba hablando, esa era la canción de Rags, un poco diferente porque nadie se aprende una canción del todo con solo haberla escuchado una vez en mitad del bosque- le digo Rags.

-¡¿Escribes canciones?! -se seca la cara con una toalla de mano que tomó antes de ir a lavarse- ¡Es tan genial, Noct!

-No, es solo que no recuerdo su verdadero nombre.

-¿Y qué es lo que dice?

Si escuchó lo que supuestamente dice, solo que ahora no lo recuerda, y eso que la ha escuchado desde que es un niño.

-¿Algo sobre una chica suertuda y con mala suerte en la vida?

-¿Qué sentido tiene eso?

No lo sabía, muchas cosas que tenían que ver con ella no tenían sentido.

To the SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora