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Lo que más querían era ir a verlo en grupo y saludarlo al mismo tiempo, pero cuando llegó el momento (...) sólo quería quedarse dentro para evitar complicaciones.

-Tus argumentos son estúpidos -le había dicho Gladio cuando, por tercera vez, (...) se negó a salir.

-Ponte en mi maldito lugar, Amicitia -estaba escondida debajo de mantas y trataba, en la medida de lo posible, de cubrir su cara y de paso sus cabellos necios- No puede verme, la otra ocasión fue un descuido idiota de mi parte, sin mencionar que soy un puto imán fosforecente para cadentes de más de 4 metros a penas pongo un pie afuera -era, quizás, la primera vez que la escuchaba decir una mala palabra, vaya, de verdad debía odiar su condición luminosa como para decir lo que dijo con ese rostro tan cansado y ese tono tan desesperado.

-Si ya te vio, ¿Cuál es tu problema en que lo haga de nuevo? -cruza sus brazos sobre su pecho esperando, al menos, una respuesta coherente.

-En ese momento estaba muerta, muerta -recalca letra por letra en la segunda palabra- estando muerta él no pudo ver mi muerte y es mejor que no lo hiciera, sin olvidar que si no hubiera sido por ti seguiría siendo un cadáver, me salvaste y siempre te lo voy a agradecer -pone la mano en su hombro cubierto por la chaqueta negra, tratando de mostrar su gratitud ante su rostro interrogante, como si no tuviera idea de lo que estaba hablando.

-Ah, sí, claro, de nada -pasa su mano por su cabeza y ella se queja porque de paso le ha destruido su vano intento de velo para ocultar su cara.

-¡Ya! -se sacó su mano de encima, parece molesta pero solo se ve graciosa ante sus ojos.

-Noctis esta esperando vernos a todos -tratar de hacerla cambiar de opinión siempre ha sido en vano, no era sencillo y lo sabía de primera mano- si es que de verdad es Noctis.

-Estoy segura de que es él -y ahí iba de nuevo, siendo tan cabeza dura.

Como las veces que le pedía que se mantuviera fuera del cuarto de entrenamiento en donde trataba de enseñarle a Noctis a pelear, pero antes de darse cuenta ella ya había entrado como un fantasma, en completo silencio y ese vestido negro y de cola larga no ayudaba a la vista junto a su fantasmagórica máscara; todo para que se quedara en una esquina mirando por horas, callada hasta que el príncipe caía.

La primera vez, Gladio pensó que le iba a gritar por tocarle al menos uno de sus cabellos reales, pero como siempre ella le sorprendía en más de una ocasión.

-Levántate y patea su trasero, Noctis -había dicho con voz terminante pero tranquila, muy madura en contraste con las palabras que decía.

Entonces, ¿por qué ahora parecía una niña miedosa que no quiere dar cara a lo que parece ser un castigo?

-¡Ya estan llegando! -Prompto la sacudió por los hombros, destruyendo una vez más su intento de cubrirse la cara con una bufanda, y avanzó por su cuenta, regresando instantes después para llevar a Ignis del brazo hacia afuera en un intento casi infantil de apurarse.

(...) rió ante ello, aunque estaba algo molesta por la destrucción de sus esfuerzos, y luego miró a Gladio, quien solo suspiró y negó con la cabeza, levantando las manos en señal de que se rendía con ella.

-Al menos hazlo rápido, porque de todas maneras va a entrar -ella volvió a escandalizarse y miró a todas partes buscando algo medianamente normal para cubrirse, los tres salieron y (...) se quedó dentro.

Noctis se extrañó cuando no la vio con los otros, siendo que se dio cuenta de que ella no estaba ahí después de un rato, no quería pensar lo peor, pero recordaba muy bien que (...) sufría cuando quería levantar una espada y su pésima puntería.

To the SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora