Ven a verme

Capítulo 4

Día presente

Valentina jadeó en busca de aire mientras se esforzaba por mantener el ritmo de Ivana. Odiaba correr. Prefería estar en una bicicleta, pero correr era la pasión de Ivana. Se reunían todos los días en el gimnasio, y luego tomaban un día a la semana para andar en bicicleta o para trotar, hoy era el día de Ivana.

Su amiga finalmente desaceleró, llevándola a un trote suave, permitiendo que Valentina se recuperara. Valentina alargó un brazo, tirando de Ivana para detenerla. Se inclinó, con las manos sobre las rodillas mientras recuperaba su aliento.

-Es psicológico, lo sabes.

-Cállate.

-No haces esto cuando montamos.

-Exactamente mi punto- dijo Valentina mientras se enderezaba, su respiración volvió un poco a la normalidad. Se apartó el cabello de la cara, metiendo los mechones detrás de las orejas. Se quito la cola de caballo y soltó su cabello sacudiéndolo para que quedara libre.

-Estás en excelentes condiciones y no te quedas sin aliento cuando montamos bici. Es por eso por lo que digo que es psicológico.

-La bicicleta fue inventada por una razón.

-Sí, para los perezosos que no quieren correr.

-Bueno, vamos a ser perezosas y caminar de regreso a mi apartamento me vendría bien una bebida fría.

-Apenas hicimos tres millas

Valentina se encogió de hombros -Está haciendo mucho calor-

- ¿Desde cuándo existen las excusas?

Valentina rió -Vamos a empezar hoy.

Dio media vuelta y se regresó, sabiendo que Ivaana la seguiría. El sendero para caminar y la pista de bicicleta estaban a dos cuadras de su casa y la conocían como la palma de sus manos. En un buen día, hacían el circuito una vez cuando corrían y dos veces en bicicleta.

Hoy no era un buen día.

- ¿Quieres decirme lo que te está molestando? ¿Mal día en el trabajo?

-Cada día es un mal día en el trabajo, dijo.

-Tienes un trabajo cómodo y haces un montón de dinero. ¿Qué tan malo puede ser?

-No me gusta mi trabajo, no me gusta la gente con la que trabajo, no me gusta tratar con los peces gordos del petróleo y el gas. No me gusta toda la política de mierda con la que tengo que lidiar. Odio mi trabajo- dijo de nuevo.

-Has odiado tu trabajo desde el día en que te conocí. ¿Por qué no te vas?

-Porque la ley corporativa fue lo que estudié, en lo que me he entrenado...lo que sé. Y tienes razón, tengo un trabajo cómodo y hago un montón de dinero- Ella agitó su mano con desdén -Eso no es lo que me molesta de todos modos.

-Mi segunda conjetura sería tu vida amorosa, pero desde que no estás teniendo citas, eso no puede ser.

-No he estado de ánimos para citas. Es deprimente, cada día hay menos para escoger.

-Te he presentado a algunas chicas muy agradables, atractivas y profesionales en los últimos dos años, así que no digas que es deprimente.

Valentina suspiró -Sé que lo has hecho, nunca ha habido chispa. Quiero que haya por lo menos una chispa si voy a dormir con ellas.

-Te conozco desde hace años, Valentina. Sólo recuerdo un par de mujeres con las que has salido por un período de tiempo...dos. Realmente me gustaba mucho Sara, ella era muy divertida.

-Sí, era muy divertida. Tan divertida que le gustaban tres o cuatro mujeres a la vez. No, gracias. No me interesan platos de segunda.

- ¿Así que es eso lo que te molesta? ¿Que no tienes citas?

-No, lo que me está molestando es que tengo una reunión de secundaria y todos ellos sabrán que no estoy teniendo citas, otra vez.

- ¿Otra vez?

-Fui a mi quinta reunión, no estaba saliendo con nadie.

- ¿Y esta es qué?

-Diez años

-¡Oh, Dios mío! ¿Cuántos años tienes?"

-Sabes muy bien la edad que tengo"

Ivana rió, golpeándole el brazo -Entonces no vayas.

-Tengo que ir, era presidente de la clase, fui la señorita Calloway el año que nos graduamos y la maldita reina del baile. Además, mi madre me mataría si no fuera. Es una ciudad pequeña. Si no voy, todo el mundo hablara y me preguntara por qué. Mi madre odia cuando la gente habla- Valentina se detuvo -Eso tampoco es lo que me molesta- Sacó a Ivana un lado de la pista cuando un grupo de ciclistas pasó rápidamente al lado de ellas.

-Ella podría estar allí.

- ¿Ella?

-Tú sabes.

- ¿Lo sé?

Valentina puso los ojos en blanco

-Oh. Esa ella. ¿La chica con la que perdiste tu virginidad? Juliana Valdés.

Dios, Valentina pensó para sí misma, sólo con decir su nombre le traía una ola de recuerdos, los recuerdos que había intentado reprimir a través de los años.

- ¿Y crees que va a estar ahí?

-No estuvo hace cinco años, gracias a Dios. ¿Pero diez años? Todo el mundo va a su décima reunión, ¿no es así?"

- ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que la viste?

Valentina comenzó a caminar de nuevo -Mi primer semestre en la universidad, pedí traslado. Ella se acostaba con prácticamente todas las chicas en la universidad, era repugnante.

- ¿Fue la que rompió contigo sin darte una razón?

-Sí.

- ¿Todavía estabas enamorada de ella?

-Locamente, pero éramos unas niñas. ¿Qué saben los niños sobre el amor?