En la actualidad.
Valentina despertó de un sueño inquieto, el sol entraba sigilosamente a través de las persianas semicerradas parpadeando sobre su rostro. Ella rodó sobre su espalda, lejos del sol y miró al techo, su pensamiento todavía en Juliana Valdés y ese maldito beso, tal y como había sido cada vez que había despertado durante la noche. Apretó los puños, tratando de librarse de la memoria, sabiendo que nunca lo haría. ¿Cómo podría tener un beso tal efecto en ella? Bueno, en realidad no fue sólo un beso, ¿verdad? No, fue una sesión de besos calientes, así como ocurrían cuando eran más jóvenes. Un solo beso siempre les llevaba a mucho más. Qué era exactamente dónde se dirigían, ayer por la noche, hasta que Valentina volvió en sí, por suerte.
¿Por suerte? ¿Estaba realmente agradecida? En lugar de despertar, sola, en la casa de sus padres, ella podría haber estado en la cama con una mujer desnuda. Una mujer desnuda cuya boca podría haberse movido sobre sus pechos, encendiéndola lentamente. No importaba cuan saciada había estado, Juliana siempre le había excitado llevándola a un estado en el que ella siempre rogaba por más. ¿Sería eso lo que podría haber ocurrido esta mañana? Después de una noche de hacer el amor, después de haber caído en un sueño exhausto ¿podría Juliana haberla despertarla, con ganas de más?
-Basta- susurró -Basta, basta-
Pero no podía evitarlo. Ella quería ser esa mujer, esa mujer en la cama de Juliana, la mujer que gritaba de placer cuando Juliana le hacía el amor. Lo recordaba como si fuese ayer. El sabor de la piel de Juliana, la sensación de esas manos suaves cuando acariciaban su cuerpo y encontraban todos los lugares secretos que sólo Juliana conocía. Recordó cómo se sentía el estar acostada sobre Juliana, acurrucada y apretada entre sus piernas. Recordaba el sonido que Juliana hacía cuando Valentina se deslizaba dentro de ella, cuando sus dedos encontraban ese lugar que volvía a Juliana salvaje. Y recordó cuando su propio cuerpo se retorcía debajo de Juliana cuando jugaba con ella, cuando su boca se acercaba cada vez más y más cerca de ella.
-Oh, querido Señor- gimió incapaz de liberarse de esos recuerdos. Se reproducían una y otra vez, llenando su mente a la velocidad del rayo. Empujó las sabanas y se levantó, consciente de que no podía solo irse y volver a Houston, no de esta manera.
Se dio una ducha rápida y se vistió, luego golpeó suavemente la puerta del dormitorio de Eva. Sonrió al oír el apagado "desaparece" luego empujó la puerta -Es hora de que te levantes de todos modos- dijo mientras se sentaba en el borde de la cama.
Eva se sentó, apartando su cabello de los ojos - ¿Qué hora es? -
-Nueve-
- ¿Ya te vas? -
Valentina miró hacia otro lado con nerviosismo -En realidad, no me voy-
-¿Oh? ¿Por qué?-
-Voy a ver a Juliana-
Los ojos soñolientos de Eva se abrieron aún más -¿Vas a verla?-
-Sí, tenías razón. Tenemos que hablar-
-Hablar es lo de menos. Necesitas tener sexo-
Valentina se sonrojó -Sí, eso también-
-Oh, Dios mío- gritó Eva -¿En serio?-
Valentina se puso de pie y le sonrió a su hermana -Bueno, si no estoy de vuelta para el momento en que te vayas, entonces sabrás cómo pasé mis días-
-Me llamas- dijo mientras Valentina se volteó -Lo digo en serio. Llámame esta noche con detalles-
Valentina rió -Que tengas un buen viaje, hermana. Hablaremos pronto-
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Ven a verme
FanfictionValentina Carvajal había sido una chica de la escuela secundaria, una popular animadora, una reina del baile de graduación y una chica enamorada de otra chica. Juliana Valdés no había pensado en la preparatoria Calloway en diez años, hasta que un...