Ven a verme

Capítulo 6

En la actualidad

Juliana había pasado la mayor parte de la semana debatiendo, sobre todo consigo misma, si debía volver a Calloway para la reunión o no. Sus decisiones oscilaron entre definitivamente no iría, a probablemente no iría, a tal vez iría. Su tal vez apareció después de que Mariana se convirtiera en una terapeuta, una noche, mientras compartían una botella de vino en el pequeño apartamento de Juliana.

- ¿Alguna vez piensas que la razón por la que no has estado con alguien es por la manera en que las cosas terminaron con Valentina?

-Eso es ridículo.

- ¿Lo es? Rompiste con ella, luego te acostaste con casi toda la universidad, incluyéndome.

Juliana sintió que su rostro se ruborizaba - ¿Tenías que sacar el tema? 

-Bueno, es la verdad.

-Nunca se lo contaste a Sammy ¿verdad?

-Dios, no, los maridos no tienen que saber todo lo que pasó en la universidad- levantó su vaso en dirección a Juliana -Por lo menos, eso reafirmó mi heterosexualidad.

-Y a mí me enseñó a no dormir con las amigas.

Mariana se echó a reír -Es por eso que tenías tan pocas amigas en ese entonces, te acostaste con todas las demás-ella asintió cuando Juliana fue a llenar su vaso - Pero volviendo a Valentina. Eran mejores amigas en la secundaria, terminaron teniendo una aventura, fueron juntas a la universidad, entonces terminaste con ella y no la has visto desde entonces.

- ¿Y?

-En la secundaria ¿cómo llegaron a estar juntas? Quiero decir, por lo que me has dicho, era un pueblo pequeño donde todos conocían los asuntos de los demás. Seguramente no estabas fuera del closet ¿verdad?

- ¿Es una broma? Ella era una porrista.

Mariana frunció el ceño - ¿Una porrista? ¿Ella estaba saliendo con chicos, también?

-No, qué asqueroso. Sólo nos creyeron cuando dijimos que estábamos guardándonos a nosotras mismas para el matrimonio- Juliana rió -En realidad, nunca salí con nadie más una vez que me libré de Sergio. Era el mariscal de campo, él fue hacia más verdes, y más fáciles, pastos.

- ¿Y Valentina?

-Valentina salía con un chico de vez en cuando, Lucho, estaba loco por ella. Rompió su corazón cuando le dijo que no quería ser su novia.

- Y, sin embargo, ¿nadie sospechaba que ustedes dos?

- Nadie parecía pensar que era extraño que pasáramos casi todo nuestro tiempo juntas. Quiero decir, éramos las mejores amigas.

- ¿Las mejores amigas y novias?

- Éramos inseparables

- Aun así ¿nadie sabía? -Mariana se acercó más -Así que dime, ¿cómo llegaste a salir con una porrista?