Jinx se pone un sombrero mientras desciende del autobús. Insistió en usar su traje de baño en el viaje hasta aquí. Los molestos colores llamativos de su bikini son atenuados únicamente por la blusa transparente que ondula en la brisa.
''Bien, nerds'', suspira. ''Voy a buscar la piscina. Es hora de unos cañonazos''.
''Es un lago'', la corrige Poppy, mientras observa al conductor del autobús descargar nuestras pertenencias en un área con césped.
''Como sea, panquecito''. Jinx toma una bolsa de tela decorada con grafitis de estrellas hechas a mano y armas de un tamaño monstruoso. Al pasar junto a Lulu, Jinx tira del moño turquesa de mariposa que trae en el cabello. ''Nos vemos después, Lups''.
Miro a Poppy.
''No trajo un cañón literalmente, ¿verdad?''.
Poppy encoge los hombros. ''¿En serio crees que habría logrado mantener la boca cerrada si fuera así?''.
Estoy por llamar a Jinx e insistirle que se quede con el grupo, cuando escucho un quejido detrás de mí. Veo cómo el conductor del autobús saca la última maleta, sus brazos están temblorosos por el esfuerzo. La mochila azul es casi del mismo tamaño de Poppy. Lo observa con atención, su pie da golpecitos al pasto seco con ritmo impaciente.
El conductor baja la mochila con esfuerzo. ''¿Qué traes ahí, niña? ¿Rocas?''.
''No''. Poppy se acerca y toma las agarraderas de la mochila, colgándosela con facilidad sobre el hombro. Le muestra una sonrisa enorme de satisfacción al conductor. ''Un martillo''.
Poppy me sonríe de la misma forma, estoy segura de que lo hace recordando la advertencia que les hice antes de marcharnos, que estábamos aquí para integrarnos y convivir. Ser normales. Toma la manija de la maleta con ruedas olvidada de Jinx y da un suave empujón a Lulu.
''Vamos, Lulu. Nuestro campamento no se armará por sí solo'', dice alegremente.
Lulu asiente, tarareando una melodía que solo ella conoce. Revolotea entre las flores silvestres, los conos y los guijarros, maravillada frente a cada tesoro que el campamento ofrece, mientras que Poppy mantiene un paso marcial por el sendero.
El autobús arranca de nuevo y toma la carretera. Lo observo desaparecer detrás de árboles y rocas salientes.
''Ya no hay vuelta atrás, ¿eh, Janna?''. Lo único que escucho es una brisa soplando entre los pinos. Me doy vuelta lentamente. Los últimos en bajar del autobús ya están a la mitad del sendero hacia el campamento. La parada del autobús está vacía. ''¿Janna?''.
Al fin encuentro a Janna de pie sobre la cima redonda de una roca de granito anclada en la tierra. Está de espaldas a mí. Se abraza con fuerza y los rizos de su cabello lavanda se mueven en la invisible brisa.
''¿Janna?''.
Dejo mi mochila sobre un montículo de césped y subo hacia donde está. En el pequeño valle debajo de nosotras puedo ver el alboroto de los otros campistas y sus equipos mientras se establecen. Entre los árboles, se ven los destellos del Lago Lunari. Apuesto a que Jinx ya se metió en él. Siento cómo una sonrisa se dibuja en mi rostro, al tiempo que me pregunto si Jinx sabe que el lago se alimenta del derretimiento de la nieve.
Pero Janna no está observando nada de eso. Es tan alta. Me cubro los ojos del sol y miro hacia arriba durante unos minutos, esforzándome por ver lo que ella ve. Es otro penetrante cielo azul de verano, prácticamente despejado excepto por la roca escarpada del Monte Targón y algunas nubes blancas. Mi codo roza su brazo cuando cambio de posición.
Janna me mira sorprendida.
''Ah. Hola'', dice, como si no hubiera estado a su lado durante los últimos cinco minutos. Sonríe, pero presiento que sigue preocupada por lo que sea que la ha estado inquietando. Voltea hacia la parada del autobús.
''¿A dónde se fueron todas?''.
''Guau''. Niego con la cabeza. ''Realmente estás en otro lugar, ¿verdad?''. Observo el contorno morado y grisáceo del Monte Targón, enmarcado por el oscuro borde de los pinos. Aún hay nieve en la cima a estas alturas del verano.
Janna se frota los hombros descubiertos con las manos y aspira el aire como si el ambiente estuviera helado. No hace nada de frío. El cielo despejado y el sol en lo alto me hacen desear haber seguido el consejo de Jinx acerca de solo usar un traje de baño y shorts. Me abanico con la hoja de registro del campamento.
''Deberíamos irnos'', dice Janna. Sus largas piernas bajan fácilmente de la roca, como si caminara sobre el aire. Voltea a verme mientras bajo con dificultad. Su sonrisa se desvanece cuando vuelve a alzar la vista hacia el cielo. ''Se acerca una tormenta''.
''¿Qué?''. Intento ver el cielo, pero mi pie se resbala por la gravilla suelta y lo redondo de las rocas. Como siempre, demasiadas cosas al mismo tiempo. Levanto una nube de polvo al caer y la parte trasera de mi pierna se raspa contra la roca.
''Auch''. Me estremezco por el ardor. Justo lo que necesitaba. Lulu, Poppy y Jinx están dispersas por todo el campamento. Se siente como si Janna estuviese en otro planeta. Y ahora, su intrépida líder va a sucumbir por sus dos pies izquierdos.
''Genial'', murmuro mientras me froto la cara.
Una brisa fresca acaricia el cabello húmedo en mi nuca. Alzo la mirada y me encuentro con Janna ofreciéndome su mano sanadora.
''Nah'', le digo. Logro sonreír. ''Estoy bien. Recuerda, nada de poderes mientras estamos aquí''.
Janna encoge los hombros. ''Entonces será mejor que tengas cuidado, solo tenemos una líder'', contesta. Me observa y estoy segura que puede escuchar todas las dudas que invaden mi mente. Continúa por el sendero mientras me pongo de pie.
''Apurémonos'', dice sobre su hombro. ''Todas estaríamos perdidas de no ser por ti''.
Dejo salir el suspiro que estaba conteniendo. Eso es lo que temo.
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Lluvia de Estrellas
FantastikLas Guardianas Estelares estamos destinadas a proteger al universo... ¿Pero quién nos protegerá a nosotras? Hay quien dice que nuestro final ya está escrito... Pero he dejado de creer en el destino. Si nuestro destino no cambia, ¡Yo lo haré! Crédito...