Sweet Lies| TAEJIN

S2-004

El paisaje es tetrico, la lluvia golpea la ventana del automóvil y el cielo está oscuro, ¿ahora que salí de ese infierno, podré ser feliz?.

—Todo va a estar muy bien, Tae, ya lo verás— Hoseok murmura sin mirarme y sigue conduciendo.

Me acurruco mejor en mi lugar y aprieto los parpados con fuerza, «jin vuelve» desde que salimos del centro, no he vuelto a ver a mi pelinegro y las ansias por mirar sus ojos me carcomen lentamente, «si es por ti, volvería a aquel lugar sin dudarlo». No sé cuánto tiempo dormí pero cuando abrí mis ojos, nos encontrabamos frente a una casa, no era extremadamente grande pero se veía cálida.

— Compré esta casa hace poco, no tengo muchas cosas pero es mía— observo a mi hermano sonreír y la idea de tenerlo a mi lado me abruma, ¿y si se vuelve a ir?.

Al entrar cientos de pequeños papeles de colores brincan sobre ambos —¡Bienvenido a casa!— NamJoon nos observa con una gran sonrisa y en la mesa se encuentra un pastel de fresas.

—Nam y yo somos pareja, él también vive aquí— Hoseok baja la mirada algo tímido —Espero que no te moleste.

Observo a NamJoon tomar la mano de mi hermano entre la suya y me encogo de hombros
—No tengo a donde más ir. Me ofreciste tu casa, ¿acaso puedo ponerme exigente?.

Ellos parpadean perplejos ante mi respuesta y después de unos segundos sonríen, verlos interactuar me hace viajar a cuando era un niño de diez años y corría detrás de ellos para jugar videojuegos, por qué no nos gustaba quedarnos en casa y pasábamos todas las tardes en casa de NamJoon y su tía.

—Cortaré pastel para ambos— dice Hoseok y es cuando el recuerdo de un precioso Jin pide pastel de chocolate, comiendo de una manera tan aniñada que me hacía sentir extasiado de pronto las inmensas ganas de vomitar de invaden y me levanto de la mesa con rápidez solo para ir a vaciar lo poco que mantenía en mi estómago.

¿De verdad merezco ser feliz?, ¿Lo merezco mi amor?.

Su delgado cuerpo se remueve entre las sábanas y con mis labios creo un camino de besos de sus pies hasta su espalda y con suavidad chupo la parte de su hombro dejando una pequeña marca que de inmediato se vuelve rojiza a lo que él abre sus pequeños ojos mirándome con una sonrisa, aquella que me vuelve loco.—Buenos días, dulzura.

—Ah, ¿cuantas veces te he dicho que odio ese "apodo"— él se levanta y me río levemente al ver como sus cabellos rubios apuntan a todas direcciones, me acercó presionando nuestros labios juntos y beso la punta de su nariz.
—Jungkook, con un beso no me convencerás para dejar que me llames así, voy a bañarme tonto.

Lo observo caminar envuelto en la sabana hacía el baño y me tiro sobre la cama, ser novio de YoonGi es lo mejor que me ha sucedido pero la sombra de una persona nos persigue por qué aunque se que ya no tocamos el tema, él jamás lo olvidara. No podría olvidarlo, nunca podría reemplazarlo, tampoco es mi intención pero saber que siempre seré el segundo en su corazón, me hace llenarme de dudas, de revoltosos celos y no debería estarlo de una persona muerta.

—¡Joder, Jungkook, prendé el agua caliente!— el grito de YoonGi me alerta y me saca de mis pensamientos, de aquel lugar oscuro y retorcido que poseo.

¿en que momento mis sentimientos se volvieron tan intensos por él?. ¿Cuando comencé a desear ser Kim SeokJin?. Cierto, cuando en las pesadillas de YoonGi lo oía gritar su nombre, cuando lo oía gemir su nombre, cuando aquel día el nombre que salió de sus labios fue él suyo, cuando supe que los sentimientos de Min YoonGi hacía Jin eran mucho más allá de solo amistad por qué también sé que probablemente solo está conmigo para olvidar a su verdadero amor.

—¡Jungkook!— grita de nuevo. Y esta vez tuve que hacerle caso.

Me observo al espejo deslizando mis manos sobre el reluciente traje fino que me he puesto, el arete de mi oreja derecha se mueve con suavidad y me coloco un poco de fragancia esperando su llegada. Al cabo de unos minutos, puedo observarlo a travez del espejo y me es inevitable no sonreír con extrema felicidad —¡Al fin puedo verte!. Fuiste muy cruel al enviarme a ese horroroso lugar.

—Lo siento, ¿Cómo estás?. No luces mal con el traje que te envíe, Jimin— su suave voz me hace estremecer y aunque me muestra una sonrisa no puedo estar seguro de si es falsa o verdadera, este hombre ha sufrido tanto qué no se en que momento o si en verdad puede volver a ser feliz.

Bajo la mirada observando sus relucientes zapatos y me sorprendo en cuanto lo tengo tan cerca de mí qué no puedo ocultar las ganas de abrazarlo, así que simplemente lo hago, enredo mis brazos en su cintura tratando de fundirme en uno con él pero como siempre, no lo logro, él esta aquí pero su alma no está, es como un recipiente vacío, un muñeco sin vida —Te extrañe tanto.

—Él... ¿Como está?— pregunta y me muerdo el interior de mi boca, llenándome de rabia con su sola mención, con su asquerosa manera de amar —Supe qué Hoseok hizo bien su trabajo, es un buen chico, ¿verdad?.

—Supongo que lo es. No se cual es el concepto de "buen chico" para ti ahora— susurro alejándome y subo la mirada hasta verme reflejado en sus ojos negros, en ese mar oscuro sin vida —Es detestable que siendo hermanos siga traicionándolo, es repugnante.

Él se mueve por la habitación con un semblante serio, con esa mirada que más que aterradora es triste, con la cuál lo conocí —Taehyung merece eso y más. Debería estar muerto pero estando vivo me es más fácil llevar a cabo mi venganza.

Lo observo con tristeza y las ganas de llorar me invaden, me hubiese gustado llegar a tu vida antes pero el "hubiera" no existe... ¿verdad Jin?.