Cada te amo, cada beso y cada caricia, todo fue una simple mentira. Y mientras yo sentía que me llevabas al cielo, en realidad me estabas hundiendo en el infierno.
➝ Errores de Ortografía y Narración.
➝Historia totalmente de mi autoría; Prohibida su...
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Me detengo detrás de la puerta de la habitación de mi hermano y NamJoon, ahora mismo están discutiendo sobre mi actitud de la noche pasada.
—¿Y si lo enviamos de vuelta al reformatorio?— la voz de NamJoon rompe el silencio y de inmediato Hoseok reprocha.
—¿¡Qué!?. No volveré a dejar que caiga en ese lugar, es mi hermano y debo protegerlo, no lo dejaré hundirse de nuevo— puedo saber por el tono en la voz de Hoseok qué está llorando y no es nada más que mi culpa.
Por qué les prometí que no volvería a consumir drogas ni a salir sin ninguno de los dos y no pude, no lo cumplí. Me levanto para volver a mi habitación y de pronto la luz de mi celular se enciende dándome a entender que se trata de una llamada pero no conozco el número, no es Jungkook ni mi hermano, ni su novio obviamente y son los únicos contactos que tengo, aún así decido tomar la llamada.
—¿Bueno?.
—¿Taehyung?.
Me quedo callado analizando la voz pero de nuevo hablan al otro lado de la línea —Soy JiMin.
—¿Para que me llamas?...— titubeo algo nervioso pero también molesto, él fue quien dió la droga pero también sé que él tiene acceso a conseguirlo.
—Solo quería saber cómo estás, ese día terminaste muy mal. En serio lo siento— él realmente suena como alguien que está preocupado y últimamente nadie además de Hoseok, Jungkook o NamJoon se preocupan por mí por eso decido dejar mi disgusto a un lado. —No tenía intenciones de hacerte caer, pensé que lo aguantarias...como yo.
—Está bien, ya no hablemos de ello; estoy bien.
—¿Podemos vernos?.
El silencio inunda la línea y después él ríe —¿No puedes?
—No, por ahora, mi hermano no me dejará salir.
Escucho los toques a la puerta y bajo mi celular en cuánto Hoseok se asoma —¿Quieres cenar, Tae?.
—No, gracias. Mejor me dormiré— sonrío y él se acerca inclinándose para besar mi mejilla. Últimamente lo hace mucho.
Ambos cerramos los ojos con nuestras frentes juntas y finalmente se va cerrando de nuevo la puerta. Vuelvo a colocar el teléfono en mi oreja y suspiro aliviado de que no haya colgado.
—Si algún día gustas verme de nuevo, búscame en el mismo bar de la otra vez— JiMin cuelga sin esperar mi respuesta. Y dejo caer mi celular en la cama.
«le prometí a mí hermano y a Jungkook que no volvería a ese lugar» —Pero sentirme al borde del peligro me hace sentir aquella emoción de mis días juveniles, es cómo cuando era un maldito inmaduro— murmuro para mí mismo mirando el techo.