Capítulo 36: Debes ser feliz con o sin mí, Key.

2.9K 345 129
                                    

Capítulo 36: Debes ser feliz con o sin mí, Key.

Kaya.








Nervios y enojo. Esos sentimientos son los primeros que atraviesan mi cuerpo cuando me giro para mirar al causante de los latidos acelerados de mi corazón.

Lo observo por un momento sin decir nada, parece una ilusión de mis ojos que ahora esté parado frente a mí, con la respiración acelerada y los signos de haber corrido; pero no debería confiarme en lo que veo. Mi mente ha creado escenarios así antes.

Doy un paso atrás queriendo seguir mi camino pero él se acerca rápido hasta donde estoy y me toma de un brazo sin ser tosco.

Ahogo una exclamación.

—Por favor...

Mis ojos se alzan mirando sus ojos cafés como si le dijeran entre líneas «¿qué intentas?». Key no puede pretender venir como si nada hubiera pasado, yo sé lo que vi, él no puede negarlo.

—Tengo cosas que hacer, Key... —comento cansada, soltándome de su agarre y negándome a verlo fijamente por más de tres segundos.

Ya está, la mirada dolida de Key no me va a hacer cambiar de opinión.

Doy media vuelta y comienzo a caminar pero es difícil porque la curiosidad me está matándome al igual que las ganas de abrazarlo.

Lo quiero cerca mío no lejos de mí.

—¡Quiero explicarme!

Niego sin dejar de caminar.

Es tarde.

—Dios mío, Kaya, por favor. —Mi corazón se rompe al percibir la desesperación en esa última frase pero mi mente duda en parar o no.

¿Por qué no intentó hablar conmigo hace mucho tiempo? Mi yo de unos días atrás hubiera estado encantada de escuchar sus motivos, confiaba en Key, incluso si me hubiera mentido yo hubiera creído ciegamente en él.

¿Ahora de verdad iba a creer algo de lo que dijera? Sé perfectamente que cuando una persona calla, otorga. Y yo ya esperé demasiado...

¡Por todo lo sagrado! Lo quería, lo quiero. Todo en mí dice que haga de cuenta que nada ha pasado y siga con él pero mi parte racional dice que avance, que olvide todo.

Pero no puedo.

Detengo mis pasos aunque no me giro. Soy una masoquista por seguir confiando en él.

—¿De qué me serviría escucharte? —murmuro lo suficientemente alto como para que lo oiga. Me giro un poco—. Eso no va a cambiar nada.

«Me voy a ir pronto, es un hecho», quiero agregar pero no lo hago. Camino los pasos que me alejé antes y me planto frente a él, ocultando el temblor de mis piernas y la picazón en mi mejilla.

—La preparatoria ha acabado, la sección especial ha acabado, mi estadía aquí ha acabado... Todo ha acabado.

—No puedes hablar en serio —musita Key elevando la palma de su mano para acariciar mi mejilla como siempre lo hacía pero luego la baja con una mueca al percatarse de un pequeño detalle: ya no estamos juntos—. Te necesito ahora más que nunca.

—Esto no se trata de necesitarnos, se trata de ti. —Le digo totalmente sincera—. Tú no confías en mí, y no entiendo porqué. Yo jamás te he fallado, Key, fui totalmente leal y sincera contigo incluso más que conmigo misma. Nunca, jamás, me alejé de ti ni te reproché nada, incluso te apoyé cuando más lo necesitabas con tu padre. —Aprieto los labios—. ¿Sabes lo horrible que fue estar sufriendo sola y esperando que llegaras a verme? ¿Sabes lo terriblemente culpable que me siento ahora por Leandro? ¡El tiró al tacho su futuro por salvarme de fundirme el cerebro y morir!

Señorita número dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora