Capítulo 40: Confía en mí.
Kaya.
Aún no es el tiempo, me repite constantemente mi cabeza pero mis labios ya han soltado la oración antes de que pueda pensarlo. Ha pasado un tiempo, demasiado tiempo, una parte de mí lo extraña mucho y no puedo fingir toda la vida no conocerlo.
Quiero saber de él, quiero saber cómo está. Necesito escuchar de sus propios labios que toda esta distancia entre nosotros ha valido la pena.
—¿Estás... segura? —pregunta Lyla alejando el teléfono de su oído con cautela. Comprendo que ella está confundida, ¿quién no lo estaría? Ni yo misma entiendo porque quiero oír su voz.
Asiento firme. Cuando digo que busco convertirme en una buena persona no solo hablo del hecho de no odiar a mamá por lo que nos hizo, sino también dejar de ser tan cobarde. Conmigo misma.
—Esto... Key, ella quiere hablar contigo —inicia ella jugando con su cabello, me encojo de hombros y le susurro que está bien, que no debe preocuparse—. Estás loca... —Me susurra esperando la respuesta del chico al otro lado de la línea.
Tengo que admitir que por dentro estoy mordiéndome las uñas porque sí, estoy terriblemente nerviosa.
—Ten, él también quiere. —Lyla me extiende el teléfono con una sonrisa. No puedo devolvérsela porque me siento como una gelatina a su lado.
Tomo el teléfono con ambas manos y respiro hondo. Sí, ser valiente.
—¿Dos? —pregunta él desde el otro lado de la línea con duda. Mi corazón se acelera a un punto que no comprendo pues solo me ha llamado por mi apodo.
Oh, vamos Kaya, aún lo extrañas demasiado.
—Voy a ver a May en los juegos, tómate tu tiempo —comenta la pelirroja poniéndose en pie y despidiéndose con una mano.
Inhalo hondo y decido mover la boca con lo primero que salga.
—Hola, Key.
—Vaya, realmente eres tú... —Hace una pausa en la que escucho su pesada respiración—. Eres tú después de todo este tiempo.
—Cómo... ¿Cómo estás? —pregunto mirando al frente, como si realmente estuviera a mi lado hablando conmigo.
—Estoy bien. Pero vaya, han pasado muchas cosas... Me gustaría contártelas pero el tiempo no alcanzaría jamás. —Sonrío, se le oye más avivado que la última vez que hablé con él. No se oye como el Key dependiente que quería que lo salve—. No sabes como me gustaría poder verte ahora que ya todo se ha estabilizado. Sin embargo, creo que no será posible...
—¿Por qué? —acoto con duda.
—Me fui de Manhattan hace cuatro meses y no está en mis planes volver jamás. Me di cuenta que no pertenezco ahí; Manhattan y yo nos hacemos daño, y ya podía soportarlo. —Abro los labios sorprendida, si él no vuelve jamás entonces...
¿No nos vamos a ver cara a cara?
Es un golpe bajo a mis planes.
—No sé qué decirte... Esto... Me has tomado por sorpresa.
Key suelta una risa ronca que me eriza la piel. Cierro mis ojos imaginándolo hacerlo, recordando sus demanes a la perfección.
—¿Sabes que es lo más gracioso? —pregunta y yo niego con la cabeza aunque sé que no esta viéndome—. Volví al lugar que juré que no volvería. Aunque no me puedo quejar, ahora que no estoy encerrado en el internado tengo mucho tiempo para mí mismo, no había notado lo bonito que es Inglaterra hasta ahora.
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Señorita número dos
Roman pour Adolescents«La lucha por conseguir el primer lugar en su corazón comienza aquí.» La preparatoria Skyline High es una institución para gente adinerada que divide según el rendimiento de los estudiantes en secciones de la "A" a la "D". Sin embargo, fuera de esta...