XX
Heartbeat
La mesa de la biblioteca estaba llena de papeles: lista de invitados, regalos de boda, cánticos y oraciones escritos, un plano del templo... Todo ello desplegado frente a ambos mientras que ninguno de ellos les prestaba la menor atención.
El Consejero Real HeeChul hablaba sin parar, paseándose frente a ellos como si realmente estuvieran escuchándolo, contándoles cómo se iba a desarrollar la ceremonia, paso por paso, con florituras y devoción, pero la realidad era que los estaba aburriendo a los dos.
NamJoon ya había visto por el rabillo del ojo cómo YoonGi bostezaba unas cinco veces, cada vez con menor disimulo, incapaz de contener su aburrimiento, haciendo que NamJoon prestase menos atención a las explicaciones acerca de la boda, y se centrase más en las expresiones de su prometido, viendo con diversión lo mucho que le costaba mantener los párpados abiertos y el esfuerzo que ponía en intentar esconder sus bostezos.
NamJoon no pudo contenerse más, y con una sonrisa, extendió su mano hacia su futuro alfa y acarició su nuca, notando cómo YoonGi se rendía de inmediato al contacto, cerrando sus ojos y moviendo su cuello para aliviar la tensión acumulada.
— ¿Te estás enterando de algo? — preguntó NamJoon en voz baja, rascando suavemente el cuero cabelludo de YoonGi, provocando un lastimoso quejido de placer.
— La verdad es que hace un rato que me cuesta seguirle el hilo — respondió YoonGi en un murmullo ronco, el cual demostraba que después de una semana su garganta no estaba curada del todo, pese a que los cardenales de su cuello hubiesen empezado a desaparecer — Pero si sigues haciendo eso, ten por seguro que diga lo que diga me va a dar igual.
NamJoon no pudo evitar reír, siendo interrumpido de inmediato por un carraspeo, la mirada reprobatoria del Consejero Real clavada en ellos, haciendo que NamJoon retirara la mano con la que acariciaba a YoonGi, teniendo la decencia de avergonzarse, pero sin borrar por completo la sonrisa.
— Deberían estar prestando atención, majestades — los regañó el beta, sus brazos cruzados en gesto de censura por sus actitudes — Sobre todo vos, Lord YoonGi, que no conocéis las costumbres del Sur. Además, me he tomado la molestia de añadir algunas partes haciendo honor a tradiciones norteñas, y eso debería interesaros, Príncipe NamJoon.
— Lo siento — se disculpó NamJoon entre risas, viendo cómo YoonGi sólo se encogía de hombros, como si aún así la charla siguiera sin importarle ni un ápice.
El Consejero Real siguió hablando entonces, no sin antes dirigirles una mirada de advertencia, para después continuar con su perorata, como si la atención de los Príncipes fuese menos importante que escuchar su propia voz.
NamJoon intentó comportarse, pero supo que eso sería imposible cuando sintió la mano de YoonGi deslizándose por su brazo, buscando su mano a tientas. NamJoon sintió los fríos dedos de YoonGi acariciar su muñeca, jugueteando con algo, hasta que sintió que la rodeaba con un material desconocido. Cuando NamJoon miró, pudo ver cómo YoonGi había anudado su muñeca con una cinta de cuero trenzado, negro y oro, y ahora había entrelazado sus dedos con los de NamJoon bajo la mesa.
Se pasaron unos minutos entretenidos, jugando a ver quien conseguía mantener su pulgar por encima del otro por más tiempo, como niños pequeños o adultos estúpidos enfermos de amor.
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My moon and stars | BTS OT7 |
FanfictionLo más importante para un norteño es el honor, y si para mantener su honor YoonGi debía abandonar las frías montañas del Norte y casarse con el Príncipe NamJoon, el Hijo de la Luna, el futuro Rey Omega del Reino del Sur, YoonGi lo haría sin dudar...