Capitulo 30: Ana está viva

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Estoy en mi cama, esperando a los gemelos y a mi gemela para poder ir a la casa abandonada por la grabación. Red está en mi hombro, repitiendo la canción Amiga mía cantada por Jesús. Derramé una lágrima recordando lo que había pasado ayer por la noche

* FLASHBACK *

Estoy paseando por Mairena del Aljarafe con Matty. Hace viento y tengo mucho frío y como esta mañana, voy en tirantes. Matty se quita la sudadera y me la pone.

- Ahora el que tiene frío eres tú, vas en manga corta.

- No importa. No quiero que pases frío ni que te pongas mala.

- ¿Por qué?

- Eres mi hermanastra pequeña, tengo que cuidarte.

- Oiixx que se me pone sentimental.

- ¡Eh! - rió y comenzó a hacerme cosquillas.

Nos caímos al suelo pero él seguía haciéndome cosquillas y así por que sí, me besó. Yo tarde en reaccionar y me aparté. Él me pidió disculpas y me explicó que a él le gusta Nati y claro, somos gemelas idénticas, pero que le gusto yo pero mas Nati. Yo le dije que no pasaba nada y reímos al recordar que me pasaba lo mismo con mis ídolos.  Le aconsejé que le llamase y se lo dijera. De pronto me llega un WhatsApp de Jesús y lo leo atentamente.

- Con buena compañía eh, ya lo veo como me quieres... Yo te quiero y por eso es imposible que seamos solo amigos. No quiero que mi hermano se entere así que actuemos normal delante de la gente pero no te acerques mucho , casi ni me hables. Será lo mejor para los dos, tu haz tu vida y yo la mía, como si nunca me hubieras conocido.

Empecé a llorar y Matty me abrazó y me cogió el móvil y vió el mensaje. Quiería contárselo a Dani pero no podía y no estaría bien que le dijera algo cuando me pidió Jesús que no se lo dijera así que se lo conté a Mikel y a Danuu ya que sé que ellos no dirán nada

* FIN DEL FLASHBACK *

Red, al terminar la canción, justamente abrió Jesús la puerta de mi habitación y secándome las lágrimas Red dijo "Te amo" y él se sentó en mi cama a mi lado.

- Red, ves a tu casa, por favor.

- Te amo - respondió y se fue volando hasta la jaula y con el pico se encerró.

- Wow, lo tienes bien enseñado eh.

- Sí, le amo.

- ¿Estás bien? - me preguntó serio pero en realidad, estaba destrozado, lo conozco demasiado.

- No, no estoy nada bien. Me han pasado muchísimas cosas pero todas juntas en comparación, no es nada comparado con ahora, menos el primer mes en coma. Pero a ti no te importa - guiré la cabeza y me cogió de la barbilla y cuidadosamente me giro la cara hasta que mis ojos chocaran con los suyos.

- Si me importa, por eso estoy fatal.

- En el fondo te entiendo, doy demasiados problemas.

- No digas eso. Das demasiadas alegrías y cuando pasa algo malo, el dolor es el doble.

- ¿A que has venido? - pregunté dolida.

- A avisarte que vamos a ir a tu casita.

- Vale, vamos - digo levantándome y el me coge de la mano y me sienta pero ahora estoy mas cerca de él que antes.

- ¿Último beso?  - preguntó con demasiado dolor y sin pensarlo dos veces, le besé.

Fue un beso lleno de tristeza, dulce, apasionado pero lento, simplemente mágico. Cuando nos separamos, me acerqué a su oído y le susurré antes de darle un beso en el cuello.

- No será el último por qué te amo.

Dicho eso, le besé en el cuello, su debilidad y me fui con los demás que esperaban sentados en el sofá y él vino detrás de mi. Saludé pero ya estaba bien, llena de vida y con ganas de comerse al mundo, como siempre. Fuimos a la casa abandonada, mi casita hermosa y recogimos la cinta, fuimos a la sala donde estaba la tele de plasma y un cacharro raro y antiguo para meter las cintas de vídeo. Lo vimos perfectamente a pesar de estár en blanco y negro. Vimos a Sergio, Alejandro y Nil entrar en la cocina, apartar el cuadro y poner el código cual me apunté en la libreta pequeña que siempre llevo en el bolso. Dani paró la cinta y la recogió, después se la dió a Nati y esta lo guardó en su bolso. Fuimos a la cocina y marqué el código. La contraseña era 1964, no tenía sentido ya que, probablemente, era una fecha, pero muy pronto tomaría sentído. Una puerta oculta se abrió y al entrar, las luces de esa habitación y la puerta se cerró. Los cuatro estábamos muy sorprendidos. Eso era como un mini piso con cocina, baño, cama pero en la cama estaba amarrado un hombre con cadenas en los pies y en los brazos y con un paño en la boca. El hombre era mayor, de unos sesenta años como poco y con barba y mal cuidado. Dani se acercó a él y le quitó el paño de la boca.

- ¿Quien eres? ¿Cuantos años tienes? ¿Qué haces aquí?

- Me llamo Pedro, tengo cincuenta y ocho años y estoy aquí por que mis secuestrados me encontraron y me secuestraron.

- Ah, guay - solté irónica.

- ¿Quienes sois?

- Cuatro personas que queremos saber el por qué les secuestraste.

- No os lo voy a decir.

- ¿Entonces no quieres salir de aquí? - preguntémos los cuatro a la vez, dió miedo pero a la vez, moló mucho.

- En el 1964 murió mi padre en esta misma casa, era la casa donde veraneábamos todos los años. Murió con 98 años de viejo. Me enamoré de una chica pero con trastornos de biporalidad, pero se tomaba una medicación que hacía que eso se controlase. Anabel, la madre de Ana, mi hija,  murió al darle a luz y me encargué que ella fuera feliz. Ana se juntó con un chico y a los 22 años tuvieron tres trillizos. Sinceramente, ese hombre no me gustaba para mi hija. Ellos, al tiempo, tuvieron muchos hijos y él trabajaba y ella les cuidaba. Cuando se murió mi mujer Anabel, fui a un hipnotista y me hizo olvidarme de ella, pero mis nietos empezaron a preguntarme por su abuela y empecé a recordar lo sucedido. Me convertí en un borracho y Ana me apartó de ellos y de ella. Se mudaron, perdímos el contacto cuando nació Nil. Tardé algunos años en encontrarles. Habían tenido a dos niñas mas y esperé a que Ana saliera de la casa. Salió con Andrea, la pequeña, tendría un año solamente. Piqué a la casa haciéndome pasar por su padre y me abrieron. Les secuestré y les llevé aquí y con el tiempo, descubrieron los pasadizos secretos y los planos de la casa y escaparon de inmediato. No supe mas de ellos hasta que Sergio, cual odio demasiado por recordarme a mi mujer y a mi hija, y a Nil, vinieron y me encerraron aquí, cambiando la contraseña para poder salir y me amarraron aquí en esta cama. Cada día vienen y me exigen que les cuente la verdad, pero no lo he hecho y no lo haré jamás, me matarían.

- Explícanos lo del periódico, por favor.

- Iban a publicar algo relacionado con la desaparición de los niños, la muerte de mi padre en esta casa etc. y no quería que pensaran que estaba vivo así que decidí morir borracho aquí, para que nadie se enterara y a mi padre ni lo mencioné. Solo que, por que las fechas, el periódico se equivocó pero nadie se dió cuenta. Ahora sí, ¿Quienes sois?

- Nosotras dos  somos hermanastras de Segio y compañía.

- ¿Mis nietas?

- No, de parte de padre.

- ¿Cómo está mi Ana? ¿La habéis visto? Me equivoqué al hacerle daño y... La hecho de menos - lloró.

-Ella... ella... - intenté decir, pero no pude.

- Cuando les secuestraste, ella enloqueció y escapó con la niña y dejó a mi padre. Dio a Irene... Andrea, en adopción y le acogieron al mes.

- Quiero saber como son. Quiero conocerles. No estaba en mis cabales pero ahora sí y... ¿Sabeís donde está Ana?

- En el periódico dice que murió.

- Ella no murió, me enteré que ella fue al periódico a decir eso. Ana está viva.

- ¡¿QUÉ?! - preguntamos los tres y otras tres voces detrás de nosotros.

HÉROES SEVILLANOS (GEMELIERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora