Fui detrás de Jesús, había mucha gente que me llamaban la atención por empujarles. Jesús casi estaba a dónde estaba Sergio y yo corría pero él era mas rápido, suerte que algo le paró y a mi también.
- ¿Vamos a la plaza? - dijo Teresa con un micrófono, mirándome.
- ¡Sí! - gritó la multitud.
Jesús no me vio y fue hacia Teresa, cómo todos y yo hacia Sergio.
- ¿Cómo estás? - me preguntó preocupado.
- Bien, no me duele tanto.
- Sí, sí te duele - dijo apenado.
- Sí y mucho.
- Pero tú no estás así por eso ¿Qué te pasa?
- ¿Te importa?
- Mucho.
- Sí, ya lo veo - dije sarcástica poniéndome la mano encima de la gasa pero sin tocar.
- Te pusiste en medio.
- Tú disparaste y sabias lo que pasaría, ya me conoces.
- No te ví capaz.
- Pues lo he sido y lo seré. Así soy yo.
- Lo siento... - susurró.
- Y yo...
- Ahora dime ¿Qué te pasa, pequeña?
- Los gemelos... - confesé.
- Son idiotas, no te merecen.
- Pues al igual que tu.
- Vale, me rindo, no está bien lo que hice, lo siento de veras. Ya no cal que hagas esta farsa, puedes estar con quien te de la gana, yo ya te he perdido - dijo dándose media vuelta dispuesto a irse.
- ¿Y ese cambio? - dije poniéndome delante de él.
- Te amo, pero no está bien, así no, además, ya te he perdido, por no decir que nunca te he tenido.
- Quédate a ver los fuegos artificiales por lo menos.
- ¿Por qué?
- Porque a pesar de lo que has hecho... Creo que te a pasado algo muy gordo que no me has contado y por eso no creo que seas mal chico, sólo que te pasa algo que aún no me has contado.
- Tienes razón, me pasa algo - dijo sentándonos en un banco ya en la plaza.
- ¿Y es...?
- Soy bipolar, tengo cambios de humor. Suelo tener buen humor menos cuando me enfado o veo algo que no me gusta, entonces no puedo controlarme.
- ¿Y por qué no lo habías dicho?
- ¿Estarias cerca de una persona así? Que es capaz hasta de matar a tu amigos, familia etc. cuando menos te lo esperas.
- Si puedo tranquilizarte lo haré - le di un abrazo y comenzó los fuegos artificiales.
Realmente era hermosos, los mejores que he visto en la vida y en ese preciso instante, cuando te sientes que eres un granito de arena en un mundo gigante, comprendí que cada persona tiene un pasado detrás y no siempre hay que juzgarlas. No sé lo que ha pasado con los gemelos y si las dos chicas son algo mas que un tonteo o un lío, pero si digo que eso me da igual, sería la mayor mentira que haya dicho en la vida. Sin en cambio, es mejor que los olvide, ellos ya lo han hecho, pero no les guardo rencor. Cuando me fijo, los fuegos artificiales forman un corazón, uno detrás de otro y Jesús y yo nos miramos. Una lágrima me cae por la mejilla, pero le sonrío, dándole a entender que todo está bien, que no pasa nada, que no me enfado por su actitud y es que, con Jesús, es mejor una mirada que miles de palabras porque las miles de palabras ya las dice la mirada. Entonces aparté la mirada y miré los preciosos fuegos artificiales.
- ¿Amigos? - me susurró Sergio.
- Amigos - sonreí y me abrazó.
Acabaron los fuegos artificiales y me dirigí a Teresa.
- Mañana tengo que ir a trabajar pronto y no puedo quedarme a tu casa a dormir.
- Jooo... ¡Qué es mi cumple!
- Hace media hora que no.
- Vale, pero quédate por favor.
- Vale, pero aviso, que tengo que madrugar muy pronto.
- ¿A las seis?
- A las nueve.
- ¡Eso no es madrugar!
- ¡Si para mi, madrugar es levantarte a las once!
- No sí dormilona eres un rato largo.
- Un poquito - dije tocándome la nuca.
Fui hacia Sergio.
- Bueno, yo me quedo a casa de Teresa a dormir, acompaña a Irene, por favor.
- Claro que sí - sonrió y me dio un beso en la mejilla - Buenas noches, reina.
- Buenas noches, tonto - dije sonriendo.
- Así que esas tenemos eh - me empezó a hacer cosquillas.
- ¡PARA, SERGIO, POR FAVOR, PARA! - grité como pude, riéndome sin parar.
- ¿Qué tienes que decir?
- Qué eres muy listo - dejo de hacerme cosquillas.
- Bien, buenas noches - sonrió pícaramente.
- Buenas noches, listo - dije sarcásticamente sacando la lengua y nos fuimos.
***
- Tere ¿Qué a pasado con Sergio? - me peguntó Teresa ya que solo estábamos ella, mi gemela, Marina y yo en su habitación.
- Marina no sabe... - dijo Nati.
- Sergio me secuestró, me llevó a Mallorca, caí en coma porque conducí una moto sin saber y me choqué con un coche. Pude venir aquí por que Irene se mudaba y casualmente ahora es mi vecina. Fui a casa de los Oviedo a ver a Dani, ya que a Jesús ya lo vi bien acompañado. Vi a Dani en su habitación liándose con una y me fui a mi casa, por las casualidades de la vida, él vino a mi habitación y acabamos besándonos, vino Sergio, todo paso muy rápido, el caso es que apunto con una pistola a Dani, disparó, me pusé yo delante de Dani y la bala me dio a mi y ahora los gemelos no me hablan - informé enseñandole la gasa y ella se tapó la boca.
- Y ahora tiene que ser la novia de Sergio... - añadió Teresa.
- No, ya no. Es bipolar, por eso los cambios de humor, me dijo que lo sentía y que lo de ser novios que da igual y hemos quedado como amigos.
- ¡Quería dispararle a Dani! Te dió a ti y... ¿Ahora eres su amiga?
- Mira, le tengo que ayudar, además, Sergio le disparó, pero me puse yo a tiempo para que ni le rozara y de hecho, ni le rozó. No sabía si la bala me mataría o no, pero no me importó por tal de salvársela a él y ya veis, me juego la vida por una persona que ya ni me habla vete a saber por qué.
- Sergio le abrá dicho algo.
- Puede ser, pero haber, he sido capaz de dar mi vida por él, intentar hablar conmigo no está de mas eh o al menos un "gracias"...
- Mañana hablo con él - aseguró Teresa, ya que era su mejor amigo.
- No, se a comportado mal, muy mal y lo mejor será que el tiempo pase sin decirnos nada, total, no creo que le importe - baje la cabeza, me abrazaron y empecé a llorar.
Lo admito, estaba destrozada ¿Pero sabéis que? Me juego la vida, mis ídolos y a los que quiero no me hablan pero la vida sigue. Voy a hacer dos conciertos y un videoclip con Selena, una peli y un disco. Hay que seguir para adelante porqué en esos momentos se demuestra la valentía (por decirlo de algún modo) que tiene cada uno y aún que ahora llore algún día sonreiré y podré decir: "Me pasó todo eso en menos de un mes y lloré un poco, pero no me derrumbe y salí hacia delante" Así que así hice, me separé de mis amigas y mi hermana y me sequé las lágrimas.
- ¿Mi niña vamos a divertirnos? - propuso mi gemela.
- Y tanto, vamos - dije y salimos de la casa.