Capítulo 4

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________ Johnson

Luego del trabajo, llegué en motocicleta a la cafetería en la que había quedado con Hiccup.

Debo admitirlo, estoy nerviosa.

Siglos sin estar hablando con Hiccup, claro, me refiero fuera del trabajo. En las horas de trabajo solemos mantener la relación formal, aunque Hiccup trata de mantenerla incluso luego de estás horas. Espero que esta vez no sea así.

Pedí un café y me senté en una silla, dejando mi bolso en la silla que estaba al lado.

Al poco rato, llegó Hiccup. Al verme sonrió, o eso creo. Pidió un café y se sentó a mi lado.

—Buenas tardes, Johnson —arquee una ceja al escuchar mi apellido, Hiccup no tardó en corregirlo— perdón, ______. Espero que no hayas tenido que cancelar alguna reunión con amigos o algo debido a esto.

—Pff, claro que no —mentí— al fin y al cabo, yo te ofrecí mi ayuda. Bien, ¿En qué puedo ayudarte?.

Hiccup saco unos papeles de su maletín y me pasó unos cuantos mientras le daba unos sorbos a su café, luego comenzó a decirme que debía hacer:

—Bien, quiero que revises si las estimaciones de estos papeles están bien hechas, y si podrías revisar los adornos y otros objetos que encargué para la fiesta de caridad. Me ayudaría un montón —alborotó su cabello y se concentró en otros papeles.

Revise los papeles que me había proporcionado. Realmente eran demasiados.

—¿Fiesta de caridad? —pregunté hojeando los papeles sobre el tema, eran alrededor de diez hojas.

—Sí, la empresa necesita mantener las relaciones con otras, si es posible generar nuevos lazos, además de ayudar a los demás con la fiesta —observé a Hiccup, tenía la mirada fija en sus papeles.

A pesar de que quería mantener una conversación con él, no me convenía. Él estaba demasiado ocupado.

Suspiré y comencé a corregir lo que Hiccup me había solicitado.

[...]

—Hey, tómate un descanso —le sugerí a Hiccup— llevamos una hora y media en esto.

—Sí...creo que tienes razón —aparto los papeles he infló sus mejillas. A pesar de los años, aún mantenía viejos hábitos— ¿Por qué sonríes?

—Bueno, a pesar de tanto, sigues mantenimiento característica que te vuelven tan...tú —reí y apoye uno de mis codos en la mesa, Hiccup negó riendo y movió sus hombros— ¡Ves! ¡A eso me refiero! —imité su movimiento e Hiccup volvió a reír.

—¿Qué es eso que haces con mis hombros? —dijo entre risas— que imitación tan alargadora.

—Lo sé —dije con cierto tono de arrogancia.— extraña hablar así contigo —Hiccup arqueó una ceja, suspiré antes de explicar— en el trabajo insistes en mantener nuestra relación formal, cada vez que te lanzó una pequeña broma, parece molestarte.

—Lamento si lo hice ver así, pero créeme. Creo que es mejor mantener esa relación en la oficina —suspiró— y tal vez...fuera de ella —agregó.

—¿A qué se debe todo esto? —Pensé y pregunté al mismo tiempo, no iba a quedarme callada, quería respuestas o una pequeña explicación— ¿Por qué insistes en alejarte de mi? Diablos Hiccup, solíamos ser buenos amigos. ¿Qué sucedió?

—Muchas cosas, demasiadas —dijo rápidamente— y creo que estar cerca tuyo no me ayuda mucho. —guardo rápidamente los papeles, saco dinero y lo dejo sobre la mesa— nos vemos.

—¡Hey! ¡Hiccup! —me quejé y me paré de mi lugar.

—Gracias por la ayuda —agregó cortante, queriendo terminar nuestra pequeña charla.

—¿Acaso no puedes darme una respuesta? —tomé su brazo antes de que se fuera.

Hiccup se giró y tomo mi mejilla con su mano, acercando nuestros rostros.

¿Qué está pasando?

Observé el rostro de Hiccup, con sus lunares y algunas pecas. Cerró sus ojos, impidiéndome ver ese lindo color esmeralda. Giro la cabeza negando y se fue rápidamente sin darme tiempo a reaccionar.

¿Acaso iba a besarme?

¿O tan solo son locas ideas mías?

Definitivamente debe ser la segunda opción.

[...]

Ya habían pasado dos horas desde ese momento que tuve con Hiccup en la cafetería, y aún no podía dejar de pensar en lo que había sucedido.

Estaba en mi departamento viendo televisión, en realidad, no la veía. Sólo cambiaba los canales buscando algo de mi interés sin obtener resultados.

Lo único que tenía mi interés, era Hiccup. Mi jefe.

¿Qué le había sucedido?

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora