Capítulo 32

1.1K 120 21
                                    

Hiccup Haddock.

Cáncer, aquello que le había arrebatado la vida a mi padre y que ahora atormentaba a la mujer que amo. 

_______ dormía tranquilamente entre mis brazos, yo solo me limitaba a observarla con la poca luz que entraba por la ventana en medio de la noche.

No quiero perderla.

(...)

El amanecer llegó y no logré dormir, debido a los horribles pensamientos que rondaban en mi cabeza.

La chica más linda del mundo, comenzó a abrir los ojos y bostezó. Se quedó observando el estampado de mi pijama, y luego de un rato alzó la vista encontrándose con la mía.

—Déjame adivinar: no has dormido nada —dijo y yo asentí como respuesta— Hiccup...no debes preocuparte, estaré bien —besó fugazmente mis labios y se sentó en mi cama.

—Eso espero —susurré desanimado— ¿Tienes cita con el doctor?

—En un día —respondió lacónicamente.

—Te acompañaré —respondí saliendo de la cama y quitándome la parte superior del pijama.

—Estaré bien, puedo ir sola —respondió sin mirarme, con la mirada pérdida en el suelo.

Rodeé la cama y me agache hasta quedar a su altura, acaricié su mejilla haciendo que me observara.

—Sé que eres fuerte, pero no te dejaré en este proceso sola —besé su mejilla y ella asintió— Estarás bien.

(...)

______ estaba sentada con las manos sobre la mesa, mirando atentamente cada uno de mis movimientos.

Dejé una tasa de café sobré la mesa y luego me serví a mi, también deje algo de pan dulce a su lado.

—Disculpa, no he hecho las compras mensuales —respondí nervioso

—No te preocupes —me sonrió.

—Tienes una sonrisa hermosa —comenté haciendo que sus mejillas adquieran un color rojizo.

—¿Gracias? —respondió dubitativa.

—¿Sabes? Deberíamos casarnos —le di un sorbo a mi café

—¿De qué hablas? —dijo riéndo.

—Casarnos, ya sabes, una boda —me encogí de hombros— Sé que hace poco te pedí que fueras mi novia... Olvídalo —suspiré y tome de un sorbo mi café.

—Una boda no estaría mal —comentó guiñándome un ojo— ¿Te apetece ir a caminar por la ciudad?

—Hay un 90% de probabilidad de lluvia —respondí. ______ me observó extrañada— No me juzgues, vi el clima en la mañana.

—La lluvia no es radioactiva, Haddock

—Se podría correr tu maquillaje —dije burlón

—Mi belleza es natural, cariño. En fin ¿Vamos o no?

—¿Te arriesgas a agarrar un resfriado?

—Es mejor que el cáncer —respondió seria.

A los pocos minutos, mi novia y yo salimos por la puerta de la casa tomados de la mano. Ambos llevábamos casacas mías.

—Esto es enorme —comento _____ refiriéndose a mi casaca.

—Normal, eres más pequeña que yo —besé sus labios.

Seguimos caminando hasta llegar al parque, hablando del trabajo y unas cuantas cosas de nuestra infancia. Unas cuantas gotas comenzaron a descender desde las grises nubes.

—¿Co-cómo fue cuando a tu padre le diagnosticaron cáncer? —se atrevió a preguntar mientras nos sentábamos en una banca.

—Fue horrible, no lo negaré. Mi padre nunca ha sido de ir a médico, siempre lo ha evitado al igual que yo. Presentaba los síntomas, pero aún así no fue a una consulta médica. Cuando empeoró bastante, decidió ir para continuar con su trabajo de modo normal, pero ya era tarde. El cáncer estaba bastante avanzado y no había ninguna solución, solo quedaba esperar a que los tratamientos alargarán su vida unos cuantos meses, con suerte años —respondí mientras recordaba el momento en el que mi padre me contó el diagnóstico, a la vez de que me hablaba de mi nueva responsabilidad como jefe de una empresa.

—Perdón, no debí preguntar

—Descuida, está bien —acaricie su mano con mi pulgar.

La lluvia comenzó a volverse más copiosa, sin embargo, yo y mi novia permanecimos en aquella banca, en un silencio que no resultaba incómodo.

Solo queríamos estar en la compañía del otro, escuchando como las gotas de lluvia chocaban contra el pavimento formando charcos de agua.

Y en ningún momento, solté su cálida mano. En ningún momento lo haría.

 

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora