Capítulo 34

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______ Jonhson

La cama de Hiccup es bastante cómoda. Voltee para observarlo, pero él ya no estaba en la cama.

—¿Hiccup? —lo llamé mientras me sentaba en la cama.

Grave error. Sentí un cálido fluido salir de mi entrepierna, rápidamente, salí de la cama para verificar de que se trataba.

La cama, con sábanas blancas, tenía una gran mancha rojiza.

—¡Oh Dios! ¡Tu pantalón! —exclamó Hiccup entrando en su habitación, luego observó la cama.

Obviamente mi pantalón estaba manchado también.

—Que embarazoso —llevé mis manos a mí rostro apenada. Me había llegado el periodo en el peor momento posible.

—No, no...todo está bien —sentí los brazos de Hiccup rodearme— Es normal, está bien —dijo comprensivo.

—Que vergüenza —volví a observar las sábanas manchadas.

Hiccup besó mi frente y comenzó a sacar las mantas que cubrían la cama.

—¿Qué debo hacer? ¿Sacar las sábanas? Nunca estuve en esta situación —preguntó nervioso.

Asentí y le ayude a sacar las sábanas, lastimosamente, el colchón también se  había manchado.

—Lo lamento tanto...—susurré aún más apenada

—Esta bien...trataré de sacar la mancha...—me observó con una sonrisa nerviosa— ¿No deberías tomar una ducha o algo? Y limpiarte en...

—Sí... —dije apenada.

—Ya dije que todo estaba bien —volvió a sonreírme— anda a tomar un baño.

Fui al baño de Hiccup y deje que el agua caliente corriera, cerré la puerta y me quite mi pijama. Mi pantalón y mis panties estaban manchadas debido a la repentina llegada de mi periodo.

—Se supone que me llegaría mañana, no hoy —susurré mientras me metía en la ducha y enjabonaba mi cuerpo.

(...)

Salí de la ducha solo con una toalla que envolvía mi cuerpo. No sabía qué hacer, tengo toallas higiénicas, pero no tengo ropa interior limpia para ponerme.

Salí del baño nerviosa, Hiccup estaba secando el colchón con un secador de cabello, al verme salir, apagó el artefacto.

—La mancha salió con detergente —dijo animado— ¿Todo está bien?

—Esto es más vergonzoso aún —anuncie, sintiendo como mis mejillas ardían— Tengo toallas higiénicas para mí periodo en mi mochila, pero no tengo ropa interior limpia para usarlas —expliqué mi problema.

—¿Sirven mis boxers o...? —dijo nervioso, también con las mejillas levemente sonrojadas.

—Supongo...Dios no sabes la vergüenza que estoy pasando. Espero que sea una pesadilla

Hiccup rió y se acercó a su clóset, de uno de los cajones, saco una de sus prendas de ropa interior completamente negra, me la lanzó y yo la atrapé en el aire.

Fui al baño, no sin antes tomar mi mochila.

Me puse la ropa interior de Hiccup, lo cuál era bastante raro, y sobre está puse la toalla higiénica. Fue un horror.

Me puse el resto de la ropa que traía en la mochila y volví a salir del baño.

Hiccup ya no estaba en la habitación, caminé y bajé por la escalera. Lo encontré en la sala de estar viendo televisión.

—Ah, ya terminaste —me sonrió— pensaba en preparar algo de café...

—Sí, estaría bien —dije incómoda.

—¿Qué sucede?

—Verás, Haddock. Tu ropa interior me queda enorme, además de que...ya sabes, la ropa interior masculina tiene un espacio para...bueno —Hiccup asintió entendiendo mi pésima explicación— así que, resulta bastante incómodo.

Hiccup rió, en cambio yo me volví a sonrojar.

—Admitelo, la situación resulta graciosa —admitió aún con rastros de su pequeña risa.

—Pues, para mí, es lo contrario a graciosa —me acomodé en el sofá.

Hiccup me abrazó por los hombros, aún riéndo.

—Es algo completamente normal, no sientas vergüenza —dijo mientras yo me acomodaba en su pecho— Pero momentos como éste, son los que recordaremos cuando pasen los años, y te aseguro que tú también lo tomarás con gracia.

No pude evitar esbozar una sonrisa. Hiccup tenía expectativas de que duraríamos bastante tiempo como pareja.

—Sí, sí —reí— Bien...¿Me prestas tu lavadora? Quiero lavar el pijama...

—Aprovecha de lavar las sábanas —dijo con una sonrisa, yo en cambio, hice un puchero— ¿Qué? Yo lavé el colchón y lo sequé.

Rodé los ojos, y me paré del sofá para dirigirme a buscar las sábanas sucias junto con el pijama, pero Hiccup me tomo de la cintura, impidiendo que me fuera.

—Quedémonos un ratito más así...—suplicó.

—Eres muy tierno, pero si no lavo eso ahora, costará para que salga y me tomará bastante tiempo lavar esas prendas a mano —respondí, dejando que Hiccup me dejara ir, no sin antes depositar un fugaz beso en mis labios

—Yo iré a hacer café  —comentó mientras se dirigía a la cocina.

—Muy bien, señor —le sonreí y subí las escaleras.

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora