Capítulo 3

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_________ Jonhson

Transcurridos dos meses, me hice muy amiga de: Astrid, los gemelos, Patán y Patapez. Solíamos salir a fiestas o a beber algo los viernes luego del trabajo.

Hiccup seguía igual de frío y cortante, de hecho, evitaba hablar conmigo luego de las horas de trabajo. ¿Cómo sabía eso? Pues varias veces, nos hemos encontrado en una cafetería cercana a la empresa, sin embargo, cada vez que trato de saludarlo, saca su celular simulando que está en una llamada o hace como que me ignora. Vaya imbécil que tengo como jefe.

Suspiré antes de golpear la puerta de la oficina de Hiccup.

—Adelante —oí desde el interior, claramente era Hiccup.

Agarré la perilla y la giré abriendo la puerta.

—Aquí está lo que me pidió, señor —deje unas carpetas sobre la mesa— están las finanzas y los gastos internos de la empresa.

—Gracias —dijo dejando de lado sus papeles para observarme— por cierto, ¿Terminaste el trabajo acumulado desde hace seis meses?

—Si me hubiera escuchado, sabría que lo termine hace un mes y unas cuantas semanas —mencioné sonriendo irónica.

—Bueno, lamento no tener el tiempo para oírte, pero tengo cosas más importantes que hacer... así que... —señalo la puerta.

—Ya veo porque sus otras empleadas y empleados han renunciado al puesto de secretaría —rodé los ojos y me dirigí a la puerta.

—Oh, eso quiere decir que te gustaría dejar el puesto ¿No? —se paró de su asiento y se dirigió a mi.

—Creo que necesita un descanso, tal vez así sea capaz de comprender mis palabras. Pero nunca he dicho que quiero dejar el puesto, solo mencioné un hecho verídico y comprobable —sonreí victoriosa— he visto los currículums que están en la carpeta de desempleados, salen las razones por las que se fueron, la mayoría son renuncias, al fin y al cabo, soy secretaría y tengo acceso a esos documentos.

Hiccup me lanzo una sonrisa ladeada, y asintió como si estuviera orgulloso.

—Bien, ya entiendo porque sueles salir tarde de la oficina —sonrió arrogante.

—Ya. Bien, lo dejo tranquilo, señor. Espero que sea capaz de terminar todo ese papeleo —miré los papeles que se encontraban en una pequeña mesa a sus espaldas.

A decir verdad, su oficina era linda. Contaba de una pequeña mesa y al lado un gran sofá. También tenía un gran escritorio con un monitor y algunos muebles donde guardaba carpetas y otras cosas. Tenía una hermosa planta al lado del gran ventanal que daba vista a la ciudad.

Hiccup observó el papeleo y suspiró.

—En tiempos como este me gustaría ayuda —dijo con pesadez.

Se veía cansado, el trabajo de jefe no debería ser nada fácil. Me dio lástima, a pesar de que suele ser molesto conmigo.

—Hey...si quieres puedo ayudarte —ofrecí mi ayuda e Hiccup me miró sorprendido.

—Con tal de que no sigas revisando archivos que no debes —comentó con tono burlón.

—Necesito argumentos para llevarte la contraria —admití.

—Oh, así están las cosas ¿He? —volvió a sonreír, se veía más relajado. Volvía a mover los hombros de una manera extraña pero característica de él— podríamos ir a un café o algo, suele ser agradable hacer el trabajo en otro lugar que no sea la oficina.

—Oh sí —fingí falso asombro— ¿Qué tal esa cafetería dónde siempre me ignoras?

Hiccup abrió los ojos sorprendido.

—No creas que no me he dado cuenta, Haddock.

—Soy tu jefe, creo que necesito un minuto de respeto, señorita Jonhson —Hiccup volvía a ponerse serio.

—Sí, bien, lo siento —dije algo molesta— por cierto, prefiero que me llames por mi nombre, no por mi apellido —abrí la puerta está vez decidía a salir— Nos vemos, señor.

Salí de la oficina cerrando la puerta tras mi.
Me encantaba provocarlo.

[...]

—Increíble, nadie gano la apuesta —comentó Astrid cuando estábamos almorzando en los comedores de la empresa.

No pude evitar reír.

—Estoy hecha para este trabajo —fingí arrogancia y aires de superioridad, los chicos soltaron una risa.

—Deberíamos jugar a algo, no lo sé —propuso Brutacio divertido.

—Amigo, abandonamos la preparatoria hace mucho —comentó Patapez.

—Nunca es tarde para juegos como estos —respondió Brutilda apoyando a su hermano.

—Tienen razón, este trabajo resulta estresante, es divertido salir de la rutina —apoye a los gemelos.

—Bien que más da, adelante —dijo Patán cruzándose de brazos.

La hora del almuerzo transcurrió entre antiguas anécdotas y divertidos retos.

—Bien, _______ —Brutacio me observó con malicia- ¿Verdad o reto?

—Reto —lo observé desafiante y decidida.

—Debes tomarte una foto con Hiccup Haddock —mencionó el nombre de nuestro jefe lentamente, los demás soltaron un: "ohhh" de asombro— si no lo haces de aquí hasta una semana, nos deberás comprar el café para todos nosotros, durante una semana. —aclaró la consecuencia y me observó sonriendo— ¿Aceptas?

Era algo difícil de hacer, pero no imposible. Además no quería quedar como una cobarde.

—Acepto —dije y los chicos volvieron a soltar un: "ohhh"— puedo lograr grandes cosas -guiñe un ojo— bien, el tiempo acabo, debo volver. No quiero acumular trabajo.

—Claro, recuerden: hoy a la misma hora, mismo lugar —gritó Patán mientras todos nos parábamos de nuestros lugares— ¡Yo invito la primera ronda!

Fue lo último que escuché antes de irme sonriendo de los comedores.

Al llegar a mi escritorio, encontré un pequeño post-it de color verde pegado sobre la pantalla del monitor:

"Hoy en la tarde, en el café donde suelo ignorarte"

Hiccup Haddock.

Vaya nota, estoy segura de que escogió el post-it verde por el color de sus ojos.

Desbloquee mi celular y entre en el grupo que tengo con mis amigos, rápidamente teclee y envié un mensaje: "lo lamento, no podré ir esta noche con ustedes. Tengo un reto que cumplir"

Deje mi celular sobre el escritorio, vi como la pantalla se iluminaba. Los chicos habían respondido a mi mensaje, pero ignoré los mensajes para concentrarme en mi trabajo.

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora