Capítulo 1

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________ Jonhson

Me encamine por los nuevos pasillos de mi nuevo sector de trabajo. Era nada más ni nada menos que la secretaria del jefe.

¿Quién era el jefe?

Hiccup Haddock, un viejo amigo, sin embargo, él ha cambiado demasiado.

Llegue a mi oficina, deje mi bolso sobre la mesa y me senté frente a la pantalla del monitor que tenía enfrente.

Odio trabajar, por mi viajaría por todos los lugares del mundo, pero para eso necesito dinero, y para ello debo trabajar.

Vaya mierda.

—Para ser tu primer día, tienes cara de querer tirarte desde el sexto piso...oh, adivina, estamos en el sexto piso, es tu oportunidad, si gustas puedo abrirte la ventana —un chico con una larga cabellera rubia atada con una coleta se acercó a mí, llevaba una camisa blanca mal puesta, dándole un aspecto de desarreglo— Un gusto, soy Brutacio.

—Hola, Brutacio, soy _______ —traté de sonreírle— me sería de gran ayuda que me abrieras la ventana.

—Un placer, cuando quieras. Estoy a tu disposición —sonrió— pensamos que Hiccup no volvería a tener una secretaría.

—¿Por qué lo dices? —pregunté extrañada ante su confesión.

—Lleva seis meses sin una secretaría, habían rumores que decían: "Hiccup no encuentra a nadie digno para ese puesto". Es algo ridículo la verdad, en fin, supongo que tienes trabajo pendiente desde hace 6 meses, suerte —dijo para luego irse hacia otro pasillo.

¿Trabajo atrasado desde hace seis meses?

¿Por qué no me dijeron esto cuando llegue?

—¡Los rumores eran ciertos! —llegó Brutacio, solo que su uniforme había cambiado y ahora llevaba el cabello suelto y su voz se había vuelto más aguda...No, él no podía ser Brutacio— Hey, por tu cara supongo que me confundes con mi hermano. Rayos, siempre me gana en el momento de presentarnos con los nuevos. En fin, ignora lo anterior, soy Brutilda —me sonrió ampliamente, estaba por responder pero ella se adelantó— ya se tu nombre, eres ________ Jonhson, todos hablan de ti por estos lados.

—¿Si? —fue lo único que pude preguntar antes de que ella siguiera con su monologo.

—Oh sí, muchos están apostando por cuánto tiempo durarás en el cargo. Yo aposté a que durarás una semana, Patapez dijo qué tal vez un mes, no he visto a mi hermano para preguntarle, pero Patán dijo que durarás 3 días; oh, Astrid dijo que sólo estarás aquí por un mes —dijo con una sonrisa— ¿Cuánto tiempo crees que te quedaras?

—Me quedaré hasta que el señor Hiccup me despida, supongo —respondí encogiéndome de hombros— No es por ser grosera o algo por el estilo, pero tengo que terminar el trabajo acumulado desde hace seis meses...y quiero terminar lo antes posible.

—Oh sí, entiendo, no te molesto más —volvió a sonreírme— espero que a la hora del almuerzo te sientes con nosotros, solemos reunirnos en una mesa, en fin, nos notarás al instante —dijo antes de marcharse.

Observé todos los papeles que tenía sobre la mesa, luego me percaté de que habían más en las estanterías y otros muebles que se encontraban aquí.

Sí, tal vez dure una semana aquí. 

[...]

Estuve casi cuatro horas tratando de avanzar lo más que podía en todo el papeleo. Hice el trabajo de casi un mes y me resultó demasiado agotador.

Antes de ir a los comedores para almorzar, fui al baño para lavarme la cara y despertar un poco.

Cuando salí, choqué con alguien.

—¡Oh, lo lamento! —exclamé rápidamente alzando la vista. Había chocado contra Hiccup.

—Después de tantos años, pensé que tú torpeza se habría ido —dijo frío y se fue caminando por los pasillos rápidamente, luciendo su perfecto traje.

¿Qué le pasa?
A los 15 años, me habría dicho que todo está bien y que no pasaba nada, y estoy segura de que no habría sido frío conmigo.

Ese acto de él, provocó que me molestara un poco.

Siguiendo las direcciones, logré llegar al comedor, estaba en el quinto piso.

Llegue y muchos chicos en una mesa comenzaron a alzar las manos, por poco no gritan mi nombre. Era inevitable no pensar y comparar esta situación con las cafeterías de la preparatoria.

Fui a sentarme con los chicos que no conocía.

—Bueno, ______, soy Astrid. Espero que te guste la pizza, porque encargamos cinco cajas —una chica rubia con lindos ojos azules me sonrió.

[...]

Al cabo de 20 minutos, todos se habían presentado al igual que yo. Habíamos comido ya tres cajas de pizza

—Recuerdenme ¿Cuánto tiempo dura este receso? —pregunté sacando otra rebanada de pizza.

—Una hora, tenemos suficiente tiempo —respondió Patapez comiendo dos rebanadas de pizza a la vez. Estaba segura de que en cualquier momento, los botones de su camisa saldrían disparados hacia algún lugar.

—Hey, esta tarde pensamos ir al bar ¿Te nos unes, ______? —cuestionó Patán.

—Oh no, pero gracias por la invitación —me negué al instante— tengo que terminar el trabajo que está inconcluso desde hace seis meses, quiero acabar con eso lo antes posible.

—Es entendible —Astrid lucia comprensiva— suerte con eso.

—La necesitaré, créeme —suspiré con pesadez.

—Sí cambias de opinión, puedes llamarnos, o hablarnos por WhatsApp —Patán sacó su teléfono y tacleó rápidamente, al poco rato me llegó una notificación: "te han añadido a un nuevo grupo"— No preguntes de donde saque tu número.

—No te lo negaré, esto me dio miedo —comenté aun con una sonrisa.

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora