Capítulo 11

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_______ Jonhson

Había olvidado de que Brutilda y Astrid habían quedado en venir a mi departamento para vestirnos y maquillarnos, luego de esto iríamos a la fiesta de caridad.

Hiccup me había enviado unos cuantos mensajes, la verdad no los leí y bloquee a mi jefe de aquella red social.

También había faltado al trabajo estos últimos días debido a que no me sentía bien emocionalmente, esto podría afectar mi rendimiento laboral. No quería terminar más estresada de lo que ya estaba, por lo que opte por ir a médico y afortunadamente me otorgaron estos días de descanso.

—Creo que el azul me queda —comentó Astrid modelando un bello vestido azul apegado a su definida figura, el vestido le llegaba unos cuantos dedos arriba de la rodilla.

Yo asentí y levanté mis pulgares con una sonrisa: realmente le quedaba bien aquel vestido.

—Que envidia, todo te queda bien —Brutilda modelaba un lindo vestido verde, era un vestido largo con un corte al costado, dejando ver parte de su pierna. Además tenía un gran encaje en el pecho.

—Te queda fabuloso ese vestido —halagué a mi amiga

—Mas vale que tú te vistas luego y salgas de la cama —ordenó Astrid— Realmente no te veo enferma.

Me encogí de hombros

—Realmente no tengo muchos vestidos...—comenté tratando de salvarme de la situación.

No quería ir a aquella fiesta, puesto que sabía que Hiccup estaría allí y querría hablar conmigo para darme alguna estúpida explicación.

—Yo arreglé eso —Astrid me guiñó un ojo y sacó algo de su gran bolso, luego saco una bolsa y posteriormente, un lindo vestido negro— Es de tu talla, sin protestar. Consideralo como regalo de cumpleaños adelantado.

—Gracias, pero aún así... —traté de explicar algún motivo para no ir, en vano.

—Basta de hablar y ponte este lindo vestido —Brutilda me tiro el vestido en la cara, sentí como agarraban mis hombros y me guiaban hasta el baño— ¡Apúrate! —cerró la puerta del baño, y yo saqué el vestido de mi cara para poder vestirme.

Al probarme el vestido y observarme en el espejo, quise ponerme rápidamente otra cosa. Este vestido muestra más de lo que me gustaría.

[...]

Con las chicas íbamos entrando en la empresa, donde era la fiesta de caridad.

No pude negarme a venir, las chicas se habían esforzado en maquillarme y en peinarme. Además me había puesto mis aretes favoritos.

Sinceramente, espero no arrepentirme.

—¡Chicas! —Patapez nos llamó a la distancia.

Nos acercamos a los chicos: Patán, Patapez y Brutacio. Todos vestían un elegante esmoquin.

—Dios, odio estas fiestas de caridad. Siempre resultan aburridas —comentó Patán.

—¿Cómo estás, ______? ¿Te sientes mejor? —preguntó Brutacio omitiendo el comentario de Patán.

—Ella nunca estuvo mal —respondió Astrid rápidamente— solo no quería venir al trabajo.

—Era estrés —respondí rodando los ojos— iré por algo para beber. Luego vuelvo.

Me aleje de los chicos y camine entre la multitud para encontrar la mesa donde estaban servidos un par de bocadillos.

Saqué algo para comer y me dirigí a la barra que habían puesto para la ocasión. Pedí un mojito y volví a caminar por la multitud.

Señor  (Hiccup y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora