Pudín

190 17 0
                                    

Charlotte

Había caminado todos esos metros para encontrar a Meghan, la mirada fría y furiosa que me había dado cuando Benoit se acerco me había dejado pensativa, la había cagado por completo, de seguro no querría tocar en la boda y me quedaría sin una banda a tres meses del gran día, pero más allá de eso me sentía culpable porque le había dejado completamente roja la mejía izquierda, con su piel tan blanca se lograba ver marcada toda mi palma.

Ella había salido de inmediato de la fiesta y debía buscarla, por mucho que me disgustase la idea y el orgullo me frenará debía disculparme. La encontré a unos metros de los portones de la mansión, estaba fumando un cigarrillo y con la mirada perdida, su rostro se giro en mi dirección y rápidamente su mirada se endureció, joder tenía los ojos tan jodidamente claros que su mirada se volvía de hielo cuando me veía y me fulminaba con ellos, podían congelar a cualquiera. Trague saliva y seguí a paso firme, aunque mis piernas temblaron con tan solo ver su expresión, ella tiro el cigarrillo y comenzó a caminar en dirección a la mansión, la detuve del brazo pero se zafó con brusquedad, esto iba a ser realmente difícil porque no podía sostenerle esa mirada furiosa con la que me veía desde su altura y con esos tacones lograba sacarme más centímetros que de costumbre, pensé que iba a pegarme pero se cruzo de brazos como si quisiera detener el matarme ahí mismo, era más intimidante y difícil de lo que pensé que sería.

Pero justo en el momento en el que iba a comenzar a decir mis disculpas, el sonido de los frenos de un coche nos asusto, Meghan me tomo por los brazos y me giro en un movimiento rápido dejándome del lado del muro en el que estaba, ella me protegía con su cuerpo mientras yo me aferre a su chaqueta con mis puños y ojos cerrados esperando el impacto, pude sentir su olor cítrico, y como sus manos se aferraron con fuerza alrededor de mi cuerpo. Estaba a punto de desmayarme cuando sentí como se separo suavemente de mi, abrí los ojos y la vi caminar a paso ligero en dirección al coche, era un BMW deportivo que estaba a un lado de la calle. Meghan se agacho debajo del coche y pude ver que algo se movía, se levanto nuevamente y tomo del cuello de la camisa a un chico que se bajo del auto, camine en su dirección para ver que pasaba.

- ¡Pedazo de imbécil! – le grito con enojo mientras lo tenía agarrado - ¿no te diste cuenta que era un cachorro y esta herido?

- Y...yo, yo lo siento, s...se atravesó y no... - Meghan levanto el puño y el chico trato de poner su brazo para frenar el golpe, corrí hacia ella y la detuve.

- Meghan tranquila – le dije suavemente, ella volvió su rostro que estaba con la mirada peor que las que me dedicaba a mí, sus ojos estaban más claros que de normal por la rabia, pero se suavizaron un poco cuando me vio. Soltó al chico y camino nuevamente agachandose debajo del coche.

Meghan se quito su americana y envolvió al cachorro, este lloraba aún más fuerte cuando lo alzó en brazos.

- Ven ayúdame – me dijo volviendo su rostro a mí.

Asentí y camine con ella de nuevo en dirección a la mansión, caminaba más rápido que yo aún con sus enormes tacones, yo iba detrás levantando mi vestido y tratando de seguirle el paso, llegamos en tiempo récord donde estaban los coches, y nos detuvimos frente a un Mercedes gris convertible.

- Saca por favor las llaves de mi bolsillo – ella se giro y apunto con su cabeza al bolsillo de su pantalón. Me acerque con cuidado y metí la mano para sacar las llaves – quita la alarma y abre la puerta del pasajero por favor – hice lo que me pidió mientras cargaba al cachorro que no dejaba de quejarse.

- ¿Quieres que te acompañe? – no sé porque diablos me había ofrecido, pero algo dentro de mi me decía que fuera, creo que era más por el cachorro.

La tentación antes de llegar al altarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora