Dolor y angustia

201 14 1
                                    

Charlotte

Había caminado por inercia hasta llegar a uno de los edificios más altos de LA, era un complejo de apartamentos de los cuales estaba segura que uno era de la única persona que quería y podía ver en ese momento, o al menos en mi subconsciente. Entre al edificio y pregunte al guardia por esa persona, amable me dijo que estaba en el último piso, el loft, camine al ascensor y pude sentir la eternidad del subir de los pisos y todo esto mientras lloraba desconsoladamente.

Podía recordar a muchas personas preguntarme si estaba bien, pero solo lograba asentir en automático como si fuese completamente natural el ir hecha un mar de lagrimas por la calle; por supuesto el guardia del piso no fue la excepción, incluso me dijo que si necesitaba agua, llamar al piso, buscar a alguien, en fin el hombre estaba hecho un manojo de nervios sin saber como cerrarme el grifo de los ojos.

No lo deje y camine al ascensor, llegue al piso y toque la puerta, la toque desesperada y cuando pensé que nadie iba a abrir se asomo del otro lado, llevaba el cabello revuelto, unos pantalones de chándal negros pegados, una camiseta gris y estaba descalza, joder Meghan estaba ahí parada frente a mi con cara de asombro, así que como buena cobarde e idiota me abalance sobre ella sin darle tiempo de replica.

Estaba aterrada que me cerrara la puerta en las narices que hice lo primero que se me ocurrió, me pegue más ella cuando caí en la cuenta que podía cortar el abrazo sacarme y cerrarme la puerta; pero no lo hizo, se tenso, si lo hizo, pero no se separo, eso me dio más seguridad y admito que fui una completa lapa pegada a ella como si fuese el último salvavidas del Titanic. Y es que así era, al menos del barco de mi vida que se estaba hundiendo a pedazos.

Cerro la puerta, tomo mi maleta y camino conmigo hacia el sofá, acariciaba mi cabeza y mi espalda con dulzura y no se apartaba de mí en ningún momento. Me sentí protegida y a la vez estúpida, ¿cómo pude pensar que alguien como Meghan me cerrase la puerta en la cara?, había que ser demasiado idiota para creerse eso, Meghan tiene un corazón enorme y lo demostró al intentar hacerme sonreír con sus payasadas, logrando unos leves amagos de sonrisas por mi parte, porque sentía un dolor tan insoportable como para tan siquiera respirar.

Y a pesar de su calor, su calma y su apoyo, ahí estaba, pálida y en shock, había caído sobre sus rodillas y las lagrimas escapaban de sus ojos, esos hermosos ojos grises que ahora estaban tristes, apagados y con una enorme angustia reflejada en ellos.

La mano que sostenía su celular para hablar con quien sea que estuviese al otro lado, se había deslizado hasta caer a un costado y soltar el aparato en el suelo. Su mirada estaba perdida y yo no sabía qué hacer, al menos no hasta que escuche unos gritos por el celular.

- ¿Bueno? – tome el aparato y conteste a la persona que gritaba el nombre de Meghan.

- ¿Meghan? – pregunto una voz llorosa – ¿eres tú?, ¿estas bien, cariño?

- No, soy...soy Charlotte, estoy con Meg en su piso, ¿qué ha pasado?

- ¿Meghan esta bien? – pregunto preocupada.

- No, no lo esta, esta como en shock, ¿quién habla?, ¿qué ha sucedido?

- Charlotte, escúchame, soy Esther – claro ese acento ingles, que torpe de mi parte – necesito que ayudes a Meghan a venir al hospital.

- ¿Qué ha pasado? – la interrumpí nerviosa.

- Reginal – soltó un pequeño sollozo y tomo aire – Reginal ha tenido un infarto.

- ¿QUÉ? – me desplome junto a Meghan que parecía no reaccionar para nada.

- Ha tenido un infarto, acabamos de llegar al hospital con Clarissa, ya avise a Brice, necesitamos que Meghan este aquí también necesito llamar a Max, por favor ayúdala.

La tentación antes de llegar al altarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora