Una fogata y algo más

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Charlotte

Todos en la casa estaban marchándose, los señores Dweryhouse tenían su cita romántica en la playa al igual que Brice y Esther, mientras que mi hermana y Leo decidieron salir. Los dos matrimonios dejaron a los peques con la señora Marta que estaba encantada con los niños y se le daba bastante bien en realidad.

Mientras que Tom, Chase, Sal y yo esperábamos que Meghan bajara. La guitarrista y yo habíamos optado por unos vestidos playeros de manta, el mío en aqua, suelto y sin mangas y ella de una sola pieza terminando en shorts, color verde, las dos conjuntadas con sandalias.

Tom había escogido un pantalón de manta negro y una camisa de la misma tela blanca, con zapatos cafés, mientras que Chase llevaba una bermudas negras con bolsillos por todos lados, camiseta, tenis y una sudadera.

- Les aseguro que deberían llevar algo para cubrirse del frío – nos decía el baterista mientras nos veía sonriendo.

- Iremos a una fogata Chase, habrá calor – le respondió Sal con la misma sonrisa – y si me da frío sé que me cederás tu sudadera.

- Eso es trampa – dijo el chico achicando los ojos.

- No lo creo – le respondió esta coqueta.

- ¿En serio crees que haga frío? – pregunte para ir por un abrigo.

- No le hagas caso – me dijo la chica – no creo que haga, además habrá bebidas para entrar en calor o te acercas a la fogata – lo simplificó encogiéndose de hombros.

- Joder con Meghan que no esta lista – dijo Chase viendo su reloj – llegaremos tarde al restaurante, y quiero llegar temprano para encontrarme con los chicos en la fogata.

- Tranquilo ellos esperan.

- ¿Han quedado con otros? – pregunto Tom.

- Solo con mi prima Hope, ella y sus amigos estarán allá, pero se llevaran bien.

- Ya estoy – dijo Meghan bajando las gradas con prisa.

- Joder hasta que al fin te apareces – le dijo Chase frunciendo el ceño.

- Tranquilo, vamos con tiempo – le dijo la cantante guiñándole un ojo – señoritas – se puso en medio de Sal y mío para que tomáramos sus brazos en forma caballerosa, de inmediato su olor me pego, olía realmente delicioso, su perfume cítrico le pegaba muy bien.

- Qué caballerosa – le dijo Sally dándole un beso en la mejía y sonriendo – por eso me encantas ojitos sexys, ves Chase deberías de aprender de Meg – le pico al chico.

- Pero si yo le enseñe ese movimiento – replico este.

- Ya quisieras – le dijo la cantante y nos condujo a la salida y en dirección a su camioneta.

No pude evitar sonreír como boba con sus galanterías, era adorable, nos condujo todo el rato y nos abrió las puertas para que entrásemos en el vehículo. En el recorrido también pude percatarme como iba, llevaba el cabello un poco húmedo aún, las ondas eran perfectas y le daba un look descuidado y sexy, llevaba una chaqueta de cuero negra, una camiseta del mismo color, pantalones ajustados de verde militar y unas zapatillas vans, el toque sexy y adorable le daba el leve maquillaje que le hacía resaltar sus ojos, esos ojos en los que te podías perder. Y fue tan intensa su mirada que cuando me percate me encontraba en el asiento del copiloto a su lado.

- Veo que me has reemplazado por la rubia – la molesto Sal desde el asiento de atrás.

- La rubita es la invitada de honor – dijo la chica viéndola por el espejo retrovisor y comenzando a dar marcha en la camioneta – ¿Con quien hablas tanto? – le pregunto Chase que iba concentrado en su celular al lado de Sal, mientras que Tom se había tomado la tercera fila de asientos para él solo.

La tentación antes de llegar al altarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora