"Sexo, drogas y rock & roll"

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Meghan 

Era tan molesta la luz y el dolor de cabeza que me desperté de muy mal humor y mala gana. Abrí los ojos con mucha lentitud, pero fue inútil no recibir el reflejo cegador del sol de la tarde por mi ventana.

Puta cama, tengo que cambiarla de posición, siempre me lo repito cada vez que esto me pasa, sobre todo cuando hago mis siestas por las tardes antes de los conciertos; sé que sino duermo al menos un par de horas antes, no voy a aguantar mucho los after party que nos montamos con los chicos.

Me estire perezosamente en mi enorme cama, cuando pude acostumbrarme a la luz, recordé la noche anterior, que buen polvo, la chica del bar de anoche estaba bastante animada en complacerme y mentiría si dijera que no me gusto que se esmerara en complacerme hasta por las posiciones que me diera la gana usar con ella; fue tanto mi entusiasmo que llegue al apartamento a las cuatro de la mañana, dejando a la chica en el hotel en el que tuvimos la fiesta, por supuesto no iba a ser descortés y deje cancelada la habitación para que ella no corriera con ningún gasto, después de todo fue un buen sexo y la habitación era una suit así que era bastante costoso para dejarla ahí tirada.

Esa era una de mis reglas, pero la principal que toda estrella de rock debe tener, es jamás llevar a ninguna conquista a tu hogar. Esa era la regla de hora, la que podía salvarte la vida si en algún momento estabas muy caliente y se te ocurría bajar el calentón con una loca y justamente en este medio hay de sobra.

Me levante de mi cómoda cama y fui directo a la cocina, necesitaba agua y algo de comer después de la faena de la noche y madrugada; busque en las gavetas un paracetamol y bebí agua como nunca, tenía la boca seca y necesitaba hidratarme con urgencia. Me prepare un sándwich con jugo y me senté en el sofá a ver televisión.

Joder los sábados por la tarde era una perdida de tiempo sentarse a ver cable, preferí poner una película, de terror de preferencia y me levante a hacer palomitas; debo admitir que estaba entretenida sobre todo porque la protagonista estaba realmente buena, así que te daban ganas de que el asesino no la encontrara, iba a ser realmente un desperdicio con esas te... Mi celular sonó y me saco de golpe de admirar tremendos atributos. Lo busque por donde se escuchaba más fuerte y lo encontré debajo del sofá, sonreí, anoche simplemente tire todo.

Conteste la llamada sin fijarme en quien era.

- ¿Dónde carajos has estado pedazo de idiota? – escuche la característica voz de mi querido hermanito Max.

- Ah imbécil, eres tú, debí revisar la pantalla antes de descolgar.

- ¿No has visto mis mensajes ni llamadas no es cierto?

- Nou, he estado ocupada, anoche tuvimos un concierto y...

- Sí, sí como se – me interrumpió – ya se cómo terminan sus conciertos, pero ese no es el punto. Te llamo porque nuestros padres vinieron ahora de su viaje de negocios y se suponía que iríamos por ellos al aeropuerto.

- Joder, Max, lo olvide por completo.

- Lo sé, por eso te llame idiota, no contestas desde ayer, ya sabes como son, así que te aviso que te prepares porque quieren cenar en familia esta noche, saben que no tienes concierto así que no van a aceptar un no por respuesta.

- Bien, estaré ahí no te preocupes.

- De acuerdo, te esperamos a las ocho en el italiano de siempre, te quiero idiota.

- Y yo a ti pequeño imbécil.

Rio con mi amorosa despedida y colgó. Ahora tenía que prepararme para ver a mis queridos padres y no tenia mucho ánimo para meterme en una conversación familiar, sobre todo después del horrible dolor de cabeza que no se pasaba. Al menos eran las tres de la tarde, tenía tiempo de sobra para poder prepararme.

La tentación antes de llegar al altarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora