Lo verdaderamente importante

336 17 2
                                    

Meghan

Camine en dirección a mi habitación, necesitaba un poco de espacio para calmarme y pensar, joder ¿qué me pasaba?, había invitado a Charlotte a quedarse y estaba aterrada. Mis pulsaciones estaban a mil, ya era innegable aceptar todo lo que sentía por esa chica, pero es que cuando la vi llegar hecha un mar de lagrimas no pude soltarme de su agarre, simplemente me aferre a ella, sé bien que en otras circunstancias le habría pedido que se marchara pero no fue así no pude y jamás podré, así que Meghan Dweryhouse, es hora de que vayas aceptando que te estas enamorando de esa rubia.

Pero que mierda, si no se que hacer, no quiero aprovecharme de ella, sé que esta vulnerable por lo que paso con el imbécil ese, y yo estoy aún hecha un manojo de nervios por mi viejo, pero no quiero estar sola; no cuando sé que ella tampoco desea estarlo y si puedo hacerle compañía para menguar su dolor lo haré, sin importar nada lo haré.

Bravo, parece que estas hasta las trancas con todo esto, ¿cómo diablos paso?, es que esos ojos, esos labios esos...

- Meg, creo que no es necesario que me busques ropa tengo la male...

- Mierda – pegue un salto cuando la escuche en el umbral de mi closet que me lleve un sonoro golpe en la frente con uno de los muebles de ropa.

- Oh, perdona – dijo ella apenada acercándose – no quise asustarte, lo siento – me tomo la cara con sus manos y me veía con ojos culpables mientras yo me frotaba la frente y fruncía el ceño del dolor.

- No es nada tranquila.

- Déjame verte – pido retirando mi mano y poniéndose un poco de puntitas para verme, se veía hermosa, contrólate Meg que esto no te afecte – solo ha sido el golpe, aunque debes tener cuidado fue en la cicatriz – me vio con ojos curiosos al mencionar esa cicatriz.

- Si tendré más cuidado, no quiero más puntos.

- Ha sanado bastante bien – seguía acariciando mi frente justo sobre el golpe y la cicatriz.

- Sí, al parecer hicieron un buen trabajo, apenas la semana pasada me han retirado los puntos.

- Ha quedado bien, hay una marca pero solo se nota si te acercas – me sonrió y yo me perdí en sus ojos por unos momentos.

- Amm... emm, si eso creo – me aleje nerviosa de su tacto y trate de ir de nuevo al closet.

- Antes de tu golpe te decía que no será necesaria la ropa – me voltee de golpe con angustia en mis ojos, ¿será que va a rechazarme e irse? – tengo la maleta con la que venía y tengo un pijama ahí – se dio cuenta de mi mirada suplicante, lo sé porque sonrió con ternura al ver mi semblante preocupado.

- Cierto la maleta, de acuerdo entonces, amm, solo, solo te muestro tu habitación – salí en dirección al pasillo para una de las habitaciones que se encontraba frente a la mía, era una de las mas grandes acomodada para invitados – es esta – dije abriendo para que pudiera entrar e instalarse.

- Gracias.

- Tienes aquí un baño privado y todo lo que necesites, solo pídemelo.

- Gracias, creo que tengo unas cuantas cosas en la maleta para no molestarte.

- No es ninguna molestia Charlotte, he sido yo quien te ha pedido que te quedes esta noche.

- Lo sé, pero de igual forma te lo agradezco.

- De acuerdo – sonreí asintiendo – te dejare para que te instales.

- De acuerdo.

La tentación antes de llegar al altarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora