CAPÍTULO 9. AZUL

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KIM

Me gustaban los pequeños detalles de mi vestuario. Iba muy acorde con mi personalidad, un vestido azul con pedrería plateada en el pecho, pequeños aretes, maquillaje sencillo y un pequeña cola de caballo que recogía mi cabello de un solo lado.

Bajo despacio por el ascensor. Había pedido un taxi para que me lleve, ya que después Dean se ofreció a traerme a mi casa. Me encontraba tan desconcentrada que no me fijé cuando llegue, pero finalmente me bajo del vehículo e ingreso al lugar.

Todo se encontraba en perfecto orden.

La decoración y la fiesta estaban siendo muy bien llevadas.

Me agradaba el ambiente. Agarro una copa de champan mientras me acerco a la gran mesa de bocaditos.

Me detengo cuando el silencio reina.

Dean iba a hacer el brindis. Camino despacio, mis ojos se conectan con los de él, su mirada recorre mi cuerpo sin disimulo. Me sentía un tanto intimidado, o quizá me había olvidado lo que es sentirte bonita para alguien.

Golpean una copa de vidrio para decir algunas palabras; Dean empieza a hablar. Finalmente después de algunas palabras y frases típicas, todos levantamos la copa y brindamos; la gente se dispersa.

Mi jefe camina hacia mí.

—Buenas noches.

—Luce muy hermosa.

—Bueno, tengo una cita está noche.

—¿Quién es el afortunado?

—Ya sabe, el odioso de mi jefe.

Él hace una rara mueca combinada por una sonrisa. Coloca su mano en mi espalda y me lleva por el lugar, yo me detengo en la mesa de comida y agarro un pincho de fruta.

—No coma demasiado. No podremos disfrutar de la velada y planeo llevarla a ese lugar que tato desea.

—Bien, pero creo que no me conoce. Como demasiado.

>>Después de tener a mi último hijo, mi estómago quedo muy comelón.

—Yo no sé mucho de eso, lamento si hice un mal comentario.

—Dean. Tranquilo —agarro su mano—. No es como sí me haz herido, está bien.

Agarro su brazo y lo llevo por el lugar.

>>Vamos al piso de arriba, siempre exponen sobre la trayectoria de la empresa, cada año hay una temática diferente.

Subimos las escaleras mientras saludamos con los invitados. Jalo la mano de Dean mientras le hago señas a una de las organizadoras.

—¿Es una esfera? —pregunto al ver una especie de cápsula sumamente grande.

—Sí, esta vez hemos recreado la trayectoria como una especie de galaxia.

—Vamos.

Dean ingresa junto a mí, es un lugar amplio y de forma circular. La chica cierra el lugar y quedamos a oscuras, pero cuando empieza la animación, el lugar en general refleja varias imágenes y sonidos.

Es como una realidad virtual.

Y los dos vemos embelesados todo.

Es hermoso porque las imágenes pasan incluso por nuestros cuerpos.

Dean agarra mi mano, yo lo veo.

—Luce más que bella esta noche. —Un silencio reina entre los dos. Nos vemos, yo tengo el corazón acelerado. Él se coloca frente a mí, y puedo sentir su cuerpo más cerca de él sus dedos rozan mi mentón y lo levantan.

JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora