KIM
<<Cásate conmigo>>
Dios, esas palabras se repetían en mi cabeza.
Dean me miraba de una manera diferente y única.
—¿Kim?
—Vete Dean.
—Pero...
—Solo vete de aquí.
Él no dice nada más, apenas y me obedece, pero sus ojos lucen muy tristes.
Él simplemente no podía decir. No podía.
*******
—¿Cómo te sientes? —pregunta mi hermana. Me dolía un poco la cabeza, y a veces olvidaba pequeños detales sucedidos días anteriores, por lo que la recuperación iba a ser un tanto larga.
—Bien.
—Kim, no sabes lo feliz que me siento al verte bien. —Ella me abraza y yo beso su mejilla.
—Te quiero también.
—El hombre que te hirió ya está pagando, Kim.
¿El hombre que me hirió?
Todo se aclara ahora.
Bryan...
Las escaleras.
El celular...
—Kim, me estás asustando. Kim...
—¿Mi bolso? ¿Dónde está mi cartera?
Mi hermana me mira sin entender.
>>Tenía mi cartera cuando Bryan me empujó de las escaleras. Necesito mi cartera....
Mi hermana trata de que me calme, un dolor se expande por todo mi cráneo. Mis manos enseguida soban el lugar, ella lo nota y llama a la enfermera. Empiezan a revisarme, pero no dejaba de pensar en la grabación. Eran las pruebas que necesitaba.
Me duermo casi inmediato cuando el medicamento suerte efecto.
Cuando me despierto mi hermana me observa.
—¿Cómo te sientes?
—Bien. ¿Mis hijos?
—Bueno, están bien, ya te contaré sobre lo que ha pasado. ¿Te sigue doliendo la cabeza?
—No, pero no puedo creer que mi mano esté rota.
—Kim, estamos para ayudarte.
—¿Estamos? ¿Quiénes?
—Olvídalo, Kim. Ya te lo explicaré, ah, conseguí tu cartera. Llegó junto a la ambulancia, pero nadie ha reclamada tus pertenencias.
—¿Mi celular?
—Sin batería.
—Necesito escribir un mail.
—Kim, lo importante es que estás bien. En casa están tus niños esperándote, ahora solo piensa en salir y recuperarte.
—Sí. Gracias. ¿Bryan está en la cárcel? ¿Qué pasó?
—Dean lo descubrió, Kim. Está en una celda ahora, pero falta tu versión de los hechos. Dean ha pedido que se haga una vez estés mejor.
Si tan solo supieran.
—Gracias.
—Kim, Dean te ama. Es una persona increíble, no sabes...
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JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROS
RomanceQuedarse viuda y con tres hijos resultó ser lo más difícil que jamás imaginé. Llevaba un estilo de vida que no sabía era existente, apenas dormía lo suficiente como para decirle a mi cuerpo que soportaría otro días más. Entre ser mamá, trabajar, aca...