KIM
Estaba tratando de entender lo que me han dicho.
¿Un hijo?
No se supone y Dean no tenía esos compromisos, nunca mencionó nada de eso. Mucho menos a una ex mujer.
—¿Un hijo? Pero, Dean, ¿Por qué nunca lo mencionaste?
—No sabía de él, Kim. No sabía dónde estaba.
—Pero es tu hijo.
—Es complicado.
—Bueno, Dean. Te escucho, ¿no crees que al menos merezco una explicación?
—Está bien, pero vamos a la habitación. No quiero tu salud se afecte.
—Vamos.
Él me lleva a la habitación, después me recuesta en la cama y se sube al lado mío; Olivia descansa en medio de los dos.
—Fui un padre joven, Kim. Cuando tenía veintidós años mi hijo nació.
—Espera. ¿Estabas casado?
—No, era una relación de 1 año, mi hijo llegó sin planearlo, aun así lo amé. Austín era hermoso, Kim. Todo de él era perfecto, yo no dejaba de admirarlo. Conseguí un buen trabajo a esa edad, no ganaba demasiado dinero, pero cuando cumplí veintitrés años me ofrecieron un puesto de trabajo que no pude rechazar. Era increíble que a mi corta edad ya estaba progresando más de lo que jamás pensé, convivía con Giovana por casi dos años.
—¿Qué pasó después?
—Eso quiero saberlo. Perdimos el poco cariño que nos teníamos, supongo mi trabajo no me permitía estar con ella como yo deseaba. Fui un tonto también, me dejé llevar por la ambición de tener más y más. Ella estaba enojada, quería mucho más tiempo, pero yo no podía dárselo. Sinceramente no sé cómo pasó Kim, a veces ella me hacía firmar recibos, pedidos del banco, transacciones... no leía, confiaba en ella.
>>Fue un día jueves, yo regresaba del trabajo. —Se queda callado, hay dolor en él—. La casa estaba vacía, no había nadie.
—Dean...
—Y días después me enteré que habían salido del país.
>>Yo, había firmado un documento en el que le cedía todos los derechos de mi hijo, Kim. Lo perdí antes de que pudiera decirme papá.
>>No hay día en el que no piense eso. He recorrido millones de países en busca de él, pero no hay rastro, creo que lo han encontrado, Kim. Hay un chico que responde a las características.—Dean, tu hijo debe de ser un adolecente ahora mismo. Espera, ¿Por eso siempres estás viajando?
—Estos últimos meses han sido decisivos, Kim. Recorrí muchos países, mi detective está desesperado también. No quiero pensar en que nunca lo encontraré.
—¿Intentaste hablar con ella?
—Nuestra relación nunca fue más allá, Kim. Tenía familia en Latinoamérica, pero nunca me moleste en saber más de ella. El único contacto que tuve, lo perdí una vez ella se fue de Australia.
—No entiendo porque haría eso.
—Quizá estaba asustada... he pensado mucho, Kim. Quizá pensó que nunca podrá irse de mi país con su hijo en mi "poder"
—Yo.... Dean, no sé cómo me sentiría si algo así me pasará. Mis hijos son mi todo, Dean. —Lágrimas pican en mí, quería llorar, mi corazón estaba roto—. Lo siento mucho.
—No he sido una gran persona, Kim, pero no lo merezco. Simplemente no lo merezco.
Me dolía en el alma ver a Dean llorar, por qué quizá ese dolor no se comprendería nunca. Perder a un hijo es complicado, y debe ser lo más doloroso, pero no saber dónde está, lo convierte en un martirio, porque no sabes si estará bien, si le faltará algo... no sabes nada.
ESTÁS LEYENDO
JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROS
RomansQuedarse viuda y con tres hijos resultó ser lo más difícil que jamás imaginé. Llevaba un estilo de vida que no sabía era existente, apenas dormía lo suficiente como para decirle a mi cuerpo que soportaría otro días más. Entre ser mamá, trabajar, aca...