KIM
—Vamos, Diego, no me puedes hacer esto.
—¡No quiero ir!
—Pero...
—¡No iré! No me puedes obligar —chilla enojado mi hijo mayor.
—Cariño, solo iremos y ya. No será tan malo.
—No me gusta ese señor.
—Diego, por favor. No puedo creer que discutamos eso, es un amigo de mamá.
—Pero él te mira raro, no me agrada.
—Margaret te invitó a su casa, me dices que sí y luego que no.
—¡Por que va a estar ese señor!
—Diego, cariño, jugaremos fútbol. No es como si nada malo pasará, es un viaje corto a la playa. Debemos disfrutar estos tres días de feriado.
—Mamá...
—Vamos, estaremos los cuatro.
—¿No hablarás con ese señor?
—Cariño —sobo su cabello—. Ese señor es un amigo de mamá, si hablan o no, no es nada malo. Y se llama Dean.
—Es que él parece enojado.
—No lo es. ¿Qué tal si cuando llegamos le pedimos y juegue un partido de futbol? Así le enseñas todo lo que has aprendido.
—¿Estarás en mi equipo?
—Sí.
Diego me abraza con fuerza. Yo peino su cabello y salgo con él. Viajar con mis hijos no era tan divertido como yo quisiera, pero estar en primera clase ayudaba demasiado, ya que las azafatas eran amables. Además, eran 2 horas de viaje, por lo que no iba a ser muy estresante.
Salgo con los niños, cada uno lleva su maleta. Dean me ayuda con mis cosas cuando me mira, Margaret interviene también.
—Gracias, viajar con mis niños es complicado.
—Por eso mamá no quiere un perro.
—Joshua...
Mi pequeño niño apenas y ríe. Dean me ayuda a colocarles sus cinturones.
—¿Diego? —pregunto con enojo al verlo tratar de impedir que Dean abroche su cinturón.
Juaquín me golpea con su juguete y ellos ríen.
>>No sean malos con su madre.
Mi hijo menor sonríe y se lleva su juguete a la boca.
—¡Mamá!
—Sí, esa soy yo.
Finalmente cuando mis hijos están bien acomodados, decidimos seguir y continuar. Nos demoramos casi 3 horas hasta subir al avión, pero cuando los niños están listos, es que todo es calma. Juaquín va a mi lado, y me preocupa mucho, porque es su primera vez en el cielo.
—¿Todo bien? —pregunta Dean despacio. Juaquín se escabulle en mi pecho y me es inevitable no emocionarme.
—Estoy asustada. Es la primera vez de Juaca, en un avión.
—Estarás bien —Dean sostiene mi mano, mis hijos enseguida lo notan; la retiro.
>>Lo lamento.
—Tranquilo.
Joshua habla con su hermano, ellos están casi al frente mío, Dean a mi lado, y Margaret en una esquina.
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JEFE, QUÉDESE CON NOSOTROS
RomanceQuedarse viuda y con tres hijos resultó ser lo más difícil que jamás imaginé. Llevaba un estilo de vida que no sabía era existente, apenas dormía lo suficiente como para decirle a mi cuerpo que soportaría otro días más. Entre ser mamá, trabajar, aca...