Capítulo 8.- Chantaje.

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-Hermione pero ¿cómo carajos se te ocurre confiar en Narcissa?, después de todo lo que vivimos en la guerra, esa mujer no es de fiar.

-Ron, modera tu tono de voz, no grites y sé perfectamente que no es de fiar. Tengo mis razones para trabajar con ella, sus argumentos fueron sólidos y es la última oportunidad que tengo para concretar mi proyecto. No voy a dejar que el pasado venga a interponerse con mi presente, con luchar por los derechos de aquellos seres mágicos desprotegidos. ¿Qué acaso no vez más allá de la transformación que quiero hacer para el mundo mágico?

-Hermione no seas ilusa, por favor. A veces los sueños no se hacen realidad. Carajos. Tu eterno problema es ser tan terca, pero entérate de una vez, a veces en la vida debes renunciar a algo.

-Por favor Ron, no saques tus frustraciones con mis decisiones. Sé perfectamente que quiero hacer con mi vida, me preparé toda la vida para ayudar. No es terquedad cuando mis convicciones son nobles, honestas y que tienen un beneficio común y mayor para un grupo vulnerable. El mundo está lleno de personas como tú.

-¿Cómo yo? ¿Qué quieres decir con eso Hermione? Dime.

-Conformistas. Resignados. Bueno, no todos tenemos la posibilidad de cambiar al mundo, pero sí podemos hacer algo para mejorar lo que tenemos alrededor y si está en nuestras manos poder hacer algo de impacto social benéfico, hay que hacerlo, no quedarse en la maldita zona de confort. Todas las decisiones que tomé en el pasado, mi preparación académica y las experiencias que viví y vivimos, me han dado las bases necesarias para llegar a este momento de mi vida. Amo mi trabajo Ron. Amo mis ideales. Amo mis principios, y si es cierto, tengo defectos, año con año voy conociéndolos y trabajo en ellos. No quiero ser una mujer perfecta. Quiero ser una mujer real... quiero ser plena y no vivir conforme. No quiero conformarme. Vivir en plenitud es sinónimo de vivir disfrutando, vivir feliz. Vamos Ron, por favor, analiza con detenimiento los argumentos que dijo Narcissa. Es cierto, más de la mitad de los integrantes del Tribunal de Wizengamont ni siquiera me miran cuando estoy exponiendo por sus complejos en razón a mi sangre. Se limitan a votar en contra del proyecto. Y mira, mírame, sabes que no soy una mujer que quiere ser el centro de atención a base de noticias de farándula. Jamás me ha importado la superficialidad con las que se manejan ciertas cosas del mundo mágico. Y Narcissa sabe moverse en ese mundo.

-¿Porqué no me consultaste antes de tomar la decisión de aceptar a Narcissa en tu proyecto?.

-¿Es en serio esa pregunta Ron?

-Muy en serio Hermione, dime, ¿acaso te importa mi opinión?

-¡Ay! Ron, te estás comportando muy inmaduro. Nunca me das tu opinión de nada de lo que hago, ni de manera voluntaria menos cuando te pregunto. Te limitas a mover la cabeza de manera afirmativa para no caer en discusiones. Y desde que estábamos en el colegio, el aspecto académico y ahora laboral, no era algo que te interesa opinar. Yo solo ejercía funciones de tutora académica en ese entonces contigo. Siempre has sido un persona demasiado impulsiva, que no mide las consecuencias de sus actos o palabras. Tienes un don para sacarme de mis casillas, para hacerme caer en discusiones absurdas.

-Ahh te parece absurdo que piense que estás haciendo una estupidez al asociarte con Narcissa. Sí, claro que es absurdo para ti. Sólo tú eres la inteligente. Siempre lo han dicho, la "bruja más brillante". Sin ti no hubiéramos sobrevivido ni un día Harry y yo. Harry el gran elegido y próximo director del departamento de Aurores. Y la gran Hermione Granger, Subdirectora. Y Ronald Weasley... el amigo bufón del "trío dorado".

-Basta Ron, en serio. Basta de compadecerte. No uses más el chantaje emocional. Ya optaste por esa estrategia y no nos trae nada bueno. Cuando empiezas a culpar a otros por tus inseguridades, no resulta nada bueno y terminas abandonándonos para después volver con la cola entre las patas. Eres más que unos mugrosos chantajes. Tienes potencial Ron, solo que no quieres usarlos y no puedo obligarte a ello. No puedes esperar a que haya otra guerra para exponer el gran mago que eres. Lo vi en la guerra Ron, por favor, deja de compadecerte. Sé que tú puedes.

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