Capítulo 19.- Despertó.

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Un año había pasado de aquel encuentro, cuando Ron se apareció frente a la puerta de la casa de Pansy en completo estado de ebriedad, motivo por el cual no se pudo aparecer dentro de su habitación. 

El estatus de la sangre de Ron y ser el amante de la bruja, le concedía el saber la ubicación únicamente de la casa donde ella vivía, más no podía ver a los alrededores, ya que era una zona exclusiva para magos de alto nivel socioeconómico quienes eran demasiados celosos de su privacidad.

¡Abreeeee!. Ya llegó tu hombre. Venga, sé que quieres estooo.—gritaba un Ron bastante enérgico a pesar de su estado etílico y que seguía tocando la puerta con ímpetu.

—¡Weasley si que eres estúpido! Si no fuera por las protecciones mágicas y los hechizos silenciosos no dudes que ya te hubiese llenado de crucius —le dijo Pansy mientras abría la puerta llevando puesto una pequeña bata satinada para dormir de colo...

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¡Weasley si que eres estúpido! Si no fuera por las protecciones mágicas y los hechizos silenciosos no dudes que ya te hubiese llenado de crucius —le dijo Pansy mientras abría la puerta llevando puesto una pequeña bata satinada para dormir de color verde y encajes negros.

¿Llenarme de crucios? Yo te voy a llenar, pero de placer preciosa. Ven acá —Ron se acercó a ella, agarrándole con una de sus manos uno de los glúteos de la bruja, para besarla torpemente, ya que su estado no le permitía mantenerse correctamente de pie y era torpe y lento con sus movimientos.

Basta Ron, entra, puedes quedarte en el sillón si quieres.

Quiero dormir contigo.

No, sabes que esto es solo sexo.

Y delicioso, ¿no?. Ven, te quiero hacer mía.

En ese estado no puedes ni siquiera sostener una copa.

Vamos, o bueno, mejor una copa y ya, anda. Ustedes mujeres tan indecisas, indiferentes, que solo quieren usar al Rey Weasley —con las últimas palabras, Ron llevó sus manos en alto, al estilo puro estilo de un ganador de competencia que celebra dicha victoria.

Vale vale, ven señor Rey, ya que me despertaste, tomemos algo y después te largas o te quedas en la estancia.

Pansy llevó a Ron a un pequeño bar que tenía en la estancia de su casa, cerca de la chimenea y con magia se sirvieron dos copas de whisky de fuego. El mago se sentó en uno de los sofás de tres plazas y recibió su copa. Con su varita encendió la chimenea. Pansy se quedó de pie viéndolo.

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