Capítulo 23.- Dudas.

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Solemos considerar que nuestros problemas son únicos, originales y caóticos, pero puede llegar a darse por el egocentrismo que fluye de manera natural cuando nos encontramos en un estado de peligro, nervios, estrés o tensión máxima. Estar así, provoca pensar que no existe una solución para lo que nos pasa, que simplemente todo lo malo que nos ocurre es sin motivo alguno.

¿Por qué a mí?

¿Por qué me pasa esto?

¿Qué hice para merecer esto?

¿Por qué yo?

Al momento en que iniciamos a cuestionar las malas decisiones que tomamos, las consecuencias que trajeron y reprendernos de manera interna, torturándonos con los pensamientos de culpabilidad, regaños mentales, desesperación, tristeza, desilusión, poco a poco vamos hundiéndonos en recriminarnos. Solo le damos vueltas y vueltas al problema y no nos detenemos a ver el panorama con calma para encontrar una solución.

Para la mayoría de nosotros, actuar bajo presión suele tener resultados contraproducentes, se requiere tener un momento de calma para que las hormonas de cortisol (estrés-ansiedad), adrenalina, endorfina y la oxitócina que suelen manejar nuestras emociones, se regulen y así, poder buscar una solución congruente y eficaz para enfrentar o resolver el problema en cuestión.

Otra parte de la población mágica y no mágica, el encontrarse en una situación de alta intensidad, bajo presión o peligrosa, sus hormonas se llegan a activar de manera elevada, alertándolos y concediendo la posibilidad de pensar inmediatamente y encontrar una solución.

Otra parte de la población mágica y no mágica, el encontrarse en una situación de alta intensidad, bajo presión o peligrosa, sus hormonas se llegan a activar de manera elevada, alertándolos y concediendo la posibilidad de pensar inmediatamente y e...

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Lo anterior, permite recordar un pequeño refrán:

"...Un Gryffindor, moriría por ti. Un Hufflepuff, moriría contigo. Un Ravenclaw, encontraría la manera en que ambos sobrevivan... pero un Slytherin, no dudaría en matar por ti..."

Aunque todos poseemos las cualidades principales que destacan a cada una de las grandes casas de Hogwarts, cierto es también, que muchas de esas cualidades son más dominantes en nuestras personalidades y por ello uno se va identificando más con la casa Hufflepuff, Slytherin, Ravenclaw o Gryffindor.

El Slytherin, al vivir siempre inmiscuido en lo oscuro, al caos, de alguna u otra manera, su intuición se perfeccionó y suele estar activa constantemente. 

Los sentidos se agudizan y desarrollan por la necesidad de su autopreservación. 

Ensuciarse las manos o hacer cosas que no son moralmente correctas pero necesarias, no es algo que le preocupe, se enfoca en el resultado final, sin meditar o cuestionar los métodos para llegar a su objetivo; pero eso sí, no da un paso en falso antes de actuar. Su mente sopesa todos los posibles resultados para decidir exactamente qué hacer.

No conocen los términos medios en sus decisiones, aman u odian, veneran o aborrecen, ambiciosos o avariciosos, pueden entregar absoluta confianza, pero si se quebranta, la retiran sin dar marcha atrás, manipulan o son manipulados, se quedan o escapan, matan o mueren; con personalidades complejas y frecuentemente prejuzgados por preponderar su beneficio propio. 

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