Capítulo 23

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-Levantaos -ordena Katniss sacudiendome y despertándome. Me levanto de golpe, pensando que algo parecido a la niebla nos ataca-. Levantaos, tenemos que largarnos. -es lo único que dice.

Todos nos levantamos y mientras yo me ocupo de guardar nuestras provisiones, Finnick y Johanna le ponen el mono a Beetee; y Katniss despierta a Wiress quién sobresaltada dice:

-¡Tic, tac!

-Sí, tic, tac, la arena es un reloj. Es un reloj, Wiress, tenías razón. Tenías razón -no se lo que a querido decir con eso, pero decido ignorarlo, se que ella me lo explicará más tarde.

Me encargo de darle algo de beber y tomar a Beetee. Los demás siguen preparando todo para que nos movamos. Intentó levantar a Beetee, pero sus ojos desorbitados van de un lado a otro mientras su voz impaciente pronuncia:

-¿Dónde?

-Está ahí -contesto señalando a Wiress, supongo que no la quiere perder de vista-. Wiress está bien, también se viene.

-¿Dónde? -insiste.

-Ah, ya sé lo que quiere -dice Johanna con impaciencia. Recorre la playa y recupera el cilindro que le quitamos del cinturón cuando lo bañamos. Está cubierto de una gruesa capa de sangre -. Esta cosa inútil. Es una especie de alambre o algo. Por eso lo hirieron, corría hacia la Cornucopia para hacerse con él. No sé qué clase de arma se supone que es, supongo que podríamos cortar un trozo y usarlo para estrangular a alguien, pero, en serio, ¿os imagináis a Beetee estrangulando a alguien?

-Ganó sus juegos con un trozo de alambre. Montó aquella trampa eléctrica -les informo-. Es la mejor arma que podría tener.

-Tendrías que habértelo imaginado -le dice Katniss-, teniendo en cuenta que el apodo de Voltios se lo pusiste tú.

-Sí, qué estúpida soy, ¿no? -responde hacia Katniss totalmente furiosa-. Supongo que estaría distraída intentando mantener con vida a tus amiguitos, mientras tú... ¿Qué era? ¿Conseguías que mataran a Mags? -Katniss lleva su mano hacia el mango del cuchillo que le cuelga del pantalón-. Venga, vamos, inténtalo. Me da igual que estés preñada: te abriré la garganta.

-Será mejor que todos nos fijemos bien en lo que hacemos -dice Finnick, mirando a Katniss en un intento de advertencia. Él sabe que no podemos permitirnos que peleen entre ellas o al menos no ahora. Después deja el cable en el pecho de Beetee-. Aquí está tu cable, Voltios. Cuidado al enchufarlo.

-¿Adónde? -pregunto mientras levanto a Beetee, que ya no se resiste.

-Me gustaría ir a la Cornucopia y observar, sólo para estar seguro de que tenemos razón con lo del reloj -responde Finnick. Parece una buena. Además podamos aprovechar la oportunidad para comprobar la teoría y surtirnos de armas ahora que somos más personas y es menos probable que los profesionales vengan a por nosotros.

Caminamos hasta la franja de arena más cercana y nos acercamos a la Cornucopia con cuidado, por si los profesionales se han escondido allí. La zona está abandonada. Sólo quedan el gran cuerno dorado y la pila de armas desperdigadas.

Dejo a Beetee en el pedacito de sombra que proyecta la Cornucopia, él llama a Wiress, Y le entrega el rollo de alambre.

-Límpialo, ¿quieres? -le pide.

Ella, sin pensárselo dos veces se dirige hacia el agua con el rollo en las manos y se dedica a limpiarlo con suma delicadeza, ya que este es muy delgado. Cuando lo hace empieza cantar una canción de un sonido infantil.

-Oh, no, esa canción otra vez -dice Johanna, poniendo los ojos en blanco-. Se pasó horas con eso antes de empezar con el tictac.

De repente, Wiress se levanta y señala a la jungla.

En Llamas - Narrado por PeetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora