Capítulo 12 (¿y si lo intentas y es peor?)

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Si hubiera una palabra que definiera esta situación sería: Jodida...tremendamente jodida. No me esperaba para nada la presencia de una chica en su casa.
Puse la cara en alto y entré a su casa con total confianza cuando me permitieron el paso.

En cuanto llegamos a la sala, vi a Ashton con Evans preparando algo. Todo estaba prácticamente a oscuras exceptuando la cocina.

—Hey, amor, ¿Qué cuentas? —me pregunta Evans sonriéndome.

—Hey —es lo único que suelta Ashton.

Estamos mal.

—Hola —les doy una media sonrisa y luego veo a la chica a mi lado hasta que se tumba rápidamente en el mueble mirándolos.

—No sabía que tenían visita, lamento no informar la hora en que vendría —me arreglo un mechón de cabello.

—Tranquila, no pasa nada —los chicos siguen en la cocina muy pendientes a cada cosa que hacían.

—¿Y tú? ¿Quién eres? —suelta sin vergüenza.

Dejo mi bolso con total delicadeza en el mueble y la miro detenidamente. Sus ojos azules están pendiente a mí, esperando mi respuesta y contesto:

—Solo una amiga del recinto —digo sin más.

Hace un sonidito queriendo dejar dicho que entendía a lo que me refería.

La temperatura es fría dentro a pesar de todo. Tengo que abrazarme a mi misma, ya que me entra escalofríos.

—Ana, ella es Eve, mi novia. Eve, ella es Ana, una amiga mía del trabajo.

La chica soltó una carcajada.

—Ya quisieras tú —niega.

—Eve, dile, vamos —me pide desde allá.

—Claro, desde que te vi supe que eras el amor de mi vida —intenté aguantarme una prqueña risa que amenazaba con salir

—Uy, uy, uy, me imagino, que tormento—se ríe la pelo negro.

—¿Y qué hacen? —pregunto con curiosidad.

Veo como el vapor se presenta en la cocina y un olor bastante llamativo llega a mis fosas nasales.

—Queremos hacer empanadas —habla Ashton esta vez.

—Uhh, ¿Enserio?¿ Y eso? —me intereso ya que es extraño.

—Queríamos hacer algo distinto, ya sabes —veo la habilidad con que maneja todo y puedo apostar por que ya sabe cocinar.

—Denle ya, tengo hambre —les apresura Ana.

—Calma, mujer, las cosas buenas tardan en llegar —veo como Evans rueda los ojos ante su orden.

—Espero que no me caiga mal, me pagarás el médico.

—Solo gasto dinero en mi novia, pero dile a Ashton ya que se la pasa gastando dinero.

—¿Ya te enamoraste? –se dirige hacia él divertida y en cuanto la escucha se aclara la garganta.

—Gracias por su apoyo incondicional, pero no hablaré de mi vida —se rio con dulzura a pesar de todo.

En todo el rato esperando por las famosas empanadas, las pasamos hablando sobre la vida de  cada uno. Cosas importantes y nuestros sabores preferidos. Sí, muy raro. En cuanto más tiempo paso con Ashton, me doy cuenta que habla mucho, pero da poca información de si mismo, eso no hace más que entrarme mas curiosidad acerca de su vida, pero no quiero ahuyentarlo. No más. Temo mirarle más  de la cuenta ya que en muchas ocasiones nuestras miradas chocaban y intentábamos disimularlo. Quería hablarle en privado, estaba claro que nos debíamos una pequeña charla, aunque sea una aclaración. Él era tan abierto y tan cerrado y aún no entiendo como eso puede ser posible.

El inesperado clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora