En la navidad de 2021 B decidió llevar a J a su casa. Le dijo a su padre que era sólo un invitado, un amigo cercano que conoció en Argentina y había regresado a México de vacaciones. J no estaba seguro de que fuera buena idea. Sabía por comentarios de B que el señor era muy conservador y no quería causar problemas. B le dijo que estaba bien, que ya era hora de que todo mundo supiera de su relación. Eso era un decir. Por mundo se refería solamente a su padre.
La dichosa cena tenía menos de familiar de lo que J esperaba. A la casa habían acudido familiares y amigos de la familia de B para hacer una reunión muy concurrida. Había banquete y meseros. Durante la cena todo transcurrió con mediana normalidad, a excepción de una chica que inventaba cualquier pretexto para acercarse a B y abrazarlo o besarlo en la mejilla. Entonces soltó la bomba:
-¿Ya les dijiste amorcito? -Dijo la chica con voz melosa y alta para que todos la oyeran-. B y yo tenemos pensado casarnos después de graduarnos de la universidad.
Los ojos de J se abrieron atónitos, se atragantó con la bebida que tomaba y no pudo más que escupirla. De inmediato dejó el vaso sobre una de las mesas y se dirigió al baño a toda prisa. B se fue detrás de él esperando lo peor. No tenía ni idea de por qué P había dicho semejante cosa. Ellos habían sido novios en el pasado, pero habían finalizado su relación hace mucho y él creía que en buenos términos. Además, era amiga de su hermana. Seguramente ella le había contado que no venía solo a Monterrey si no con su novio.
B recordó que cuando le dijo a P que era gay, ella siguió insistiendo por mucho tiempo más. Hasta que le presentó a cada chico con el que salía, incluso los besaba delante de ella, quien finalmente dejó de insistir.
-Abre la puerta -dijo angustiado B fuera del baño-.
J lo escuchó visiblemente enojado, recargó las manos sobre el lavabo e intentó recuperar la cordura.
-Si me permites un momento, saldré. No me quedaré encerrado aquí toda la noche si eso te preocupa.
B estaba desesperado, sabía que esto era muy incómodo para J, al mismo tiempo temió perderlo, eso era algo que no sería capaz de perdonarse jamás. Decidió dejar de insistir por el momento.
Cuando J salió por fin del baño, sostenía una toalla con la que seguía intentando limpiar la mancha de la bebida sobre su camisa. Levantó la vista al notar el silencio imperante y se dio cuenta de que todos lo miraban fijamente. Buscó a B entre todos sorprendido por lo que ocurría, preguntándose qué diablos era todo aquello. Entonces B soltó con voz elevada ante toda la concurrencia:
-Él es mi novio y lo amo.
B miraba en su dirección. J soltó la toalla sin saber qué decir. Minutos antes B desmintió a P. Admitió frente a su familia entera, allegados y amigos que era gay, que no se iba a casar y que venía acompañado de la persona a la que de verdad quería.
Luego todo se volvió aún más incómodo. La gente cuchicheaba, no dejaban de mirarlo, J no sabía dónde esconderse y se quedó parado por unos minutos. Uno de los primos de B soltó un comentario desagradable.
-Así que mi primito ya aceptó que es maricón.
Acto seguido el padre de B abandonó la sala y entró en su despacho dando un portazo. Nada había salido como lo había planeado, pensaba decírselo en privado y en otras circunstancias. B se encaminó para explicarle. J se quedó en la sala un momento más hasta que la madre de B se acercó y le dijo en voz baja:
-Será mejor que te vayas, este no es un buen momento. Sube a la habitación de huéspedes, le pediré a una empleada del servicio que te ayude a empacar tu maleta y al chofer que te lleve al aeropuerto. Espero que lo entiendas.
J se sintió devastado y avergonzado por la situación, al mismo tiempo que sorprendido por la acción de B. No esperaba que lo dijera delante de todos.
Los siguientes días fueron terribles. J intentó comunicarse con B desde aquel día. El teléfono sonaba, pero no contestaba. Después de dos semanas lo sorprendió en Buenos Aires. Estaba por comenzar la gira.
B apareció en la puerta de su departamento y le pidió hablar. J fue sarcástico, no esperaba lo que le dijo y menos después de admitir su relación frente a todos.
-Hasta que te apareces cariño. Pensé que te había ocurrido algo.
-Voy a ser directo porque no hay otra forma de decir esto. Antes de que lo diga, debes saber que te amo como a nadie, eres mi vida entera y siempre lo serás.
-¿Entonces por qué...?
-Espera -lo interrumpió- déjame terminar. No puedo estar contigo.
J guardó silencio esperando que B terminara de hablar para poder entender. Después de las innumerables muestras de amor precisamente esto era algo que no esperaba.
B aclaró la garganta visiblemente afectado.
-No puedo estar más contigo, será mejor que lo dejemos aquí.
-Pero ¿por qué? No entiendo.
-Es algo que no te puedo explicar, es solo que... -suspiró- tengo deberes qué cumplir como hijo de mi familia. Mi padre me necesita.
-Pero podemos hacer que funcione, ya sabemos lo que es estar a la distancia y hemos podido.
-No me estás entendiendo, esto ya no tiene futuro. Voy a dejar pagada la renta del departamento hasta que regreses a México.
Después de decirlo, se levantó de la silla y salió por la puerta sin dar más explicaciones. J se quedó hundido en su silla, sentía que le iba a estallar la cabeza, buscaba con la mirada en el piso alguna respuesta sobre lo que acababa de suceder. Creía demasiado imposible haberse topado una vez más con otro cobarde y tener nuevamente el corazón partido.
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Emiliaco Años después
FanfictionDespués del suceso de Aristemo, cada uno de nuestros protagonistas sigue su camino. J se va a trabajar a Argentina y pierde contacto con E por dos años debido a una desagradable situación. Después de dos años se reencuentran para reavivar un sentimi...