Ambos llegaron y se sentaron juntos en el sillón, suspiraron cansados. J se quitó los zapatos y los acomodó a un lado del sillón. E se quitó los zapatos y los aventó sin ver dónde caían, luego subió los pies encima de J y con un puchero le pidió que le diera un masaje.
-¿Crees que la marcha sirvió de algo? -Preguntó J-.
-No lo sé, pero tenía que hacerse.
-¿Viste la enorme cantidad de gente que asistió?
-Sí, no inventes, no me lo esperaba.
-Aún conservas tu poder de convocatoria.
-Conservamos -dijo E- y se acercó a besarlo.
-Me toca -J puso los pies sobre E y movió los dedos-.
-Estoy muerto.
-Ah no, no te vas a zafar, yo te di masaje, te toca.
-Ok, trae acá mis lindos pies.
Eran las ocho de la noche, E se había metido a bañar mientras J preparaba la cena. Después salió con la toalla en la cintura y se recargó provocativamente en la pared. J sonrió desde la cocina y siguió preparando la comida fingiendo que no lo veía. E se acercó a él y lo abrazó por la espalda recargando la barbilla sobre su hombro.
-Y si primero te ceno y después cenamos. -J se rio-.
-La cena ya quedó, mejor ve a vestirte porque se enfría, luego hacemos lo que quieras.
E hizo un puchero y replicó:
-Lo que yo quiera ¿eh?, no se vale echarse para atrás.
Se fue a vestir a la habitación. El timbre de la puerta sonó con insistencia.
-Ya voy, van a tirar la puerta, -respondió J caminando con prontitud-.
J entreabrió la puerta dejando el pasador de cadena puesto. Nadie contestó ni se asomó. De pronto sintió el empujón de alguien, con tal fuerza que el seguro se rompió. J cayó al suelo y un hombre alto y gordo lo encañonó con una pistola.
E salió de inmediato y se sorprendió al ver la escena, se echó para atrás y buscó en el cuarto de su hermana el bate que le regaló cuando se cambió de casa, por si se ofrecía una situación similar. Lo encontró en el closet y llevando sólo la ropa interior se encaminó despacio. El sujeto apuntó a E que salía de la habitación. Este levantó los brazos.
J que seguía en el suelo pateó al sujeto en las rodillas y cayó con todo su peso. Una bala salió de la pistola. E corrió a ver si J estaba bien, el hombre yacía en el suelo sin poder levantarse.
-¿Estás bien amor? -Preguntó E-.
-Sí ¿y tú?
-Bien
-J se levantó y pateó al hombre una vez más en las partes blandas, el hombre lanzó un alarido, E pateó la pistola lejos de su alcance. J lo pateó una vez más en las costillas y a E le pareció excesivo, lo contuvo, pero J lo volteó bocabajo y puso su rodilla encima de su espalda.
-Dame algo para amarrarlo.
-E se puso a buscar en los cajones hasta que encontró una cinta.
-¿Esto está bien?
-Sí
J lo amarró y se levantó para recuperar el aliento. Los vecinos salieron al escuchar el disparo alguien ya había llamado a la policía.
...
Era la una de la mañana, E y J estaban dando su declaración en el ministerio público. El hombre resultó ser el asesino de G el anciano.
Finalmente regresaron a casa, durante el trayecto comentaron el suceso.
-Sentí que se me salía el alma, no sé qué hubiera hecho si te pasaba algo, no puedo ni imaginar el peligro en el que estabas. Cuando vi que te apuntaba con el arma sentí que me moría.
-Ni lo digas, pensé que moriríamos. Fue el momento más angustiante de toda mi vida.
-¿De verdad? Si parecía que tenías todo bajo control J Lee. -hizo unos ademanes de artes marciales en tono de broma-.
J tomó su mano y la apretó. E besó las de J. éste lo miró de arriba abajo.
-Ni siquiera me fijé cuando te cambiaste. ¿Ya notaste que traes el pantalón al revés y un zapato de cada par diferente?
-Jeje, bueno, era una emergencia.
-Eres un mentiroso, J comenzó a hacerle cosquillas, no tenías intención de vestirte si no es porque pasa esto.
-No tenía hambre, iba a intentar persuadirte de que vinieras a la cama, pero el gordo se me adelantó. Por cierto, ahora sí tengo hambre.
-Oye nunca había visto a ese tipo ¿tú sí?
E bajó la mirada con tristeza.
-No lo sé, supongo que mañana sabremos todo cuando ratifiquemos la denuncia. -E intentó recomponer su estado de ánimo-. Pero ahora vamos a comer, te invito unos tacos.
-No podemos comer en la calle siempre, además hay comida en la casa.
-Bueno, está bien, pero vámonos rápido que muero de hambre.
E lo abrazó y le metió la mano debajo de la camisa, J se rio. Se fueron caminando hasta el edificio.
Llegando a casa suspiraron con alivio. E cerró la puerta y abrazó a J con fuerza.
-Te amo mucho -dijo J- más de lo que tú crees.
-Yo también te amo muchísimo.
-Por suerte sólo quedó en un susto -J tomó su rostro – Así que vamos a olvidar esto que finalmente se está resolviendo.
Entonces se besaron largamente, cada vez con más intensidad, E bajó el rostro para recuperar el aliento, sostuvo a J en el aire en un abrazo eufórico. Rieron y la tensión se disipó del todo.
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Emiliaco Años después
FanfictionDespués del suceso de Aristemo, cada uno de nuestros protagonistas sigue su camino. J se va a trabajar a Argentina y pierde contacto con E por dos años debido a una desagradable situación. Después de dos años se reencuentran para reavivar un sentimi...