Déjame soñar.

Estoy, yo estoy aquí por ti.

Cogí el coche, y me fui, necesitaba desaparecer, mi orgullo no me dejaba creer en ella otra vez; no podía enamorarme otra vez de Tris Grier, aunque eso fuera un poco contradictorio, porque ya lo estaba...

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Camino hacía el aeropuerto, paré en un bar, y el móvil me sonó, pero era un número desconocido, no sabía quien era, así que decidí apagarlo, quería estar solo, aunque eso conllevara a que si le pasaba algo a Tris, yo no estuviera.

Tras eso, fui a casa, de nuevo, y al día siguiente me desperté bastante tarde. Pasó un rato, y pensé si de verdad Patricia Grier, estaría aquí para quedarse de nuevo.

Encendí el móvil, y vi como unas mil llamadas perdidas de ese número que ayer, llamó insistentemente.

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Minutos más tarde, decidí llamar a ese número desconocido. Al principio, esa voz no me recordaba a nadie, pero, cuando me respondió con su nombre, cuando supe que era Rose Grier la que llamaba a mi télefono, noté que algo iba mal, noté que algo le había pasado a la querida Tris Grier.

Rose Grier, dijo que Tris estaba hospitalizada... Estaba tan grave, y todo fue por mi culpa. ¿Cómo iba a seguir enamorada de mí? Ella está casada con ese tal Carter...

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Rápido, fui a vestirme, y conducí hasta llegar a Canadá.

Cuatro horas mas tarde, tras llegar al hospital, me dirigí directamente a la habitación de Tris, y cuando fui a entrar, todo se derrumbó, de nuevo... No había nadie, ni siquiera el señor Grier, y me asusté bastante, así que fui a preguntar a la primera doctora que había en aquel hospital.

¿Dónde está Tris Grier? - le pregunté y ella me miró extrañada.

Iré a miralo. - contestó ella, a los pocos minutos.

Tras unos segundos, me dijo que estaba en rayos, ella debía pasar una prueba muy fuerte para sobrevivir, y enseguida bajé, quería que ella supiera, que no pensaba dejarla en ningún momento, y que siempre iba a seguir con ella.

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Se escuchaban sus gritos desde fuera, y para mi suerte, no me dejaron entrar a aquella sala... Protesté como unas mil veces, pero seguían sin darme ninguna contestación.

Tras una media hora, o así, salieron los señores Grier, y estaban muy desorientados, estaban muy mal, y no dudé en abrazarles.

¿Por qué no me dejan pasar a ver a Tris? ¿Cómo está? - le preguté y Rose lloró.

Patricia Grier, ha conseguido pasar la prueba, pero está muy débil  y tras darle el alta necesitará estar con su familia y sobre todo con su hijo. - le dijo un doctor a los señores Grier.

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¿Cómo...? ¿Ha tenido un hijo y no me lo ha dicho...? Necesito hablar con ella... - pensé y enseguida entré en aquella sala que parecía de tortura.

Cuando entré, la vi muy delgada y muy despeinada, en una silla de ruedas, donde parecía estar mirando a la luna... Cuando me vio, hizo el intento de abrazarme, pero casi se cae, y fui a agarrarla.

Patricia Grier... - le dije y ella sonrió.

Brooks, has venido... - respondió ella y cogió mi mano.

¿Esto ha sido por mi culpa Tris...? - le pregunté y a ella se le derramó una lágrima.

Estoy débil, pero lo he conseguido, y estoy, yo estoy aquí por ti. - me respondió y la besé.

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Me había portado tan mal con ella, pero a pesar de eso, a pesar de todo, todavía podía ver ese amor incondicional que solo ella era capaz de darme... Tras ir a verla al hospital y sentir todo el dolor que llevaba Tris dentro... Seguí yendo a verla, seguí insistiendo en nosotros...

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