CAPÍTULO 26

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La mano de Calle sigue en mi muslo, y espero que nunca la aparte.

Aprovecho la oportunidad para analizar uno de los tatuajes que tiene en el antebrazo. Parece algo personal, al tenerlo ahí.

-¿Qué calse de comida te gusta?- dice.

Me sorprende que lo pregunte. Me recojo el pelo casi seco en una coleta alta y me planteo por un instante qué me apetece comer.

-la verdad es que me gusta todo, siempre que sepa lo que es y que no lleve salsa bbq.

Se ríe.

-¿No te gusta la salsa bbq? ¿No se supone que es una de las salsas que más gusta en el mundo?- bromea.

-No tengo ni idea, pero es asquerosa.

Las dos nos echamos a reír.

-¿Te parece aue sea una cena sencilla, entonces?-añade.

Asiento y ella se dispone a subir el volumen de la música, pero entonces se detiene y vuelve a apoyar la mano en mí.

-¿Qué planes tiene para cuando termines la universidad?- pregunta.

Es algo que ya me había preguntado antes, en su habitación.

-Tengo la intención de hacer algo relacionado con el baile y la actuación. Sé que muchos piensan que es una tontería lo que quiero hacer, pero bueno...- digo, de repente avergonzada por mis ambiciones- Pero ya me lo preguntaste, ¿recuerdas?

-No, no lo es. Conozco a alguien que trabaja en un teatro musical llamado Misi, está un poco lejos, pero a lo mejor podrían hacerte un contrato de formación. Si quieres hablo con ella.

-¿En serio? ¿Harías eso por mí?- pregunto con una voz aguda a causa de la sorpresa, aunque ha estado muy simpática durante la última hora, no me esperaba esto para nada.

-Sí, no es para tanto- parece algo cohibida. Estoy segura de que no está acostumbrada hacer favores a nadie.

-Vaya, gracias. En serio. Necesito conseguir un trabajo o un contrato de prácticas pronto, y eso sería un sueño hecho realidad- exclamo uniendo las manos con entusiasmo.

Se ríe y sacude la cabeza.

-De nada.

Nos detenemos en un pequeño aparcamiento al lado de un viejo edificio de ladrillo.

-La comida aquí es fantástica- dice, y sale del coche.

Se dirije al maletero, lo abre... y saca otra camiseta negra. Estaba disfrutando tanto viendo su torso desnudo que no escuche cuando me dijo que la camiseta que llevaba ella, se había mojado al salir del agua.

Entramos y nos sentamos en el local vacío. Una anciana se acerca a la mesa y nos entrega los menús, pero ella los rechaza y pide una hamburguesa con patatas y hace un gesto para indicarme que debería pedir lo mismo. Confío en su criterio y lo pido, pero din salsa bbq, claro.

Mientras esperamos, le hablo a Calle de mi infancia, ella no cuenta demasiado sobre su pasado, pero espero que algún día lo haga. Parece tener mucha curiosidad por saber cómo era mi vida cuando era pequeña, y frunce el ceño cuando le hablo de la muerte de mi madre. Ya se lo había mencionado, cuando discutimos, pero esta vez entro en detalles.

Durante la conversación, la camarera aparece con nuestra comida, que tiene un aspecto delicioso.

-Está buena, ¿eh?- pregunta Calle cuando doy el primer bocado.

Asiento y le limpio la boca. Está exquisita, y ambas dejamos los platos vacíos. Creo que no había tenido tanto apetito en mi vida.

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Y llegaste tú... [CACHÉ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora