Una hora más tarde, Calle pregunta:
-¿Lista para levantarte?
-Sé que debería, pero es que no me apetece- le digo restregando la mejilla sobre su pecho.
-No quiero meter prisa, pero me estoy haciendo pis- contesta, y me echo a reír.
Me separo de ella y me levanto de la cama.
-¡Ay...!- me golpeo contra la pata de la mesa.
-¿Estás bien?- me pregunta por enésima vez. Extiende la mano para sujetarme y que no me caiga mientras se ríe de mi.
-Sí, tranquila.
Me fijo en las sábanas y veo que hay un poco de sangre. Ella se gira y las mira.
-Sí, habrá que tirarlas.
Saca las sábanas de la pequeña cama.
-Pero no aquí. Matu podría verlas.
-¿Dónde las tiro?- pregunta dando pequeños saltitos. Se ve que lleva un rato con la vejiga llena.
-No lo sé...¿Podrías tirarlas a un contenedor cuando te vayas?
-¿Quién dice que vaya a irme? ¿Te acuestas conmigo y luego me echas?
Le parece muy divertida. Recoge su ropa interior y los jeans del suelo y se los pone. Le paso la camiseta.
Le doy una palmada en el culo.
-Ve hacer pis y llévate las sábanas, por si acaso.
No sé por qué me importa tanto, pero lo último que necesito es a Matu haciéndome un tercer grado en busca de información sobre cómo he perdido la virginidad.
-Claro, porque nadie pensará que soy una pervertida o una loca peligrosa si me ven metiendo en el coche unas sábanas ensangrentadas en mitad de la noche.
Le lanzo una mirada asesina. Hace una bola con las sábanas y se dirige a la puerta.
-Te quiero- dice antes de salir.
Ahora que se ha marchado tengo un momento para pensar. Me pregunto si mi aspecto reflejará lo bien que me siento, sosegada y a gusto. El recuerdo de Calle encima de mí justo antes de meterme los dedos me corta la respiración. Ahora entiendo por qué la gente le da tanto bombo al sexo. Y yo me lo he estado perdiendo. No obstante, sé que mi primera vez no habría sido tan fantástica si no hubiera sido con ella. Cuando me miro al espejo, la mandíbula me llega al suelo. Tengo que cutis resplandeciente y los labios hinchados. Me pellizco las mejillas y muevo los brazos. Se me ve distinta. Es un cambio imperceptible y no sé lo que es, pero me gusta. Me tomo un minuto para admirar las pequeñas marcas rojas en mi pecho. Ni siquiera recuerdo que me las haya hecho. Mi mente vuelve a Calle haciéndome el amor, su boca ardiente y húmeda contra mi piel.
La puerta de abre y me saca de mis ensoñaciones. Me sobresalto.
-¿Contemplándote en el espejo?- comenta Calle divertida.
Cierra la puerta.
-No... Yo...- no sé qué decir porque estoy desnuda delante del espejo, fantaseando con sus labios sobre mi piel.
-No tienes de qué avergonzarte, bebé. Si yo tuviera ese cuerpo, también me miraría al espejo.
Me ruborizo.
-Creo que voy a ducharme- le digo mientras intento cubrirme como puedo con las manos.
No quiero quitarme su olor de la piel, pero todo lo demás sobra.
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Y llegaste tú... [CACHÉ]
Fiksi PenggemarMaria José Garzón (Poché) entra a su primer año en la universidad. Acostumbrada a su vida tranquila y estable, su mundo canvia completamente cuando conoce a Daniela Calle,una chica tan guapa como borde, inquietante, rebelde, y de aparente mala vida...