Durante el paseo de vuelta a la residencia me doy cuenta de lo tonta que he sido al esperar que Calle fuera distinta esta vez. Debería habérmelo imaginado. Debería haber sabido que era demasiado bueno para ser verdad. Calle besándome delante de Johann. Calle siendo amable y queriendo más. Calle hablándome de su infancia. Debería haber sabido que, en cuanto sus amigos aparecieran, volvería a ser la Calle a la que detestaba hace tan sólo dos semanas.
-¡Eh, Poché! ¿Te vienes esta noche?- me pregunta Matu en cuanto entro en nuestra habitación.
Sebas está sentado en la cama, mirándola con adoración. Ojalá Calle me mirase a mí de ese modo.
-No, voy a estudiar- digo.
Es bonito saber que todo el mundo está invitado y, aun así, Calle ha olvidado mencionarme la fiesta. Probablemente para poder pasar un rato con Paula din distracciones.
-¡Venga mujer! Será divertido. Estará Calle- me sonríe y me obligo a sonreírle.
-No, de verdad. Tengo que llamar a mi padre y preparar los trabajos de la semana que viene.
-¡Jodeeeeeeerrrrrr!- se queja Matu cogiendo su bolso- Como quieras. Estaré fuera toda la noche, llámame si necesitas algo.
Me da un abrazo de despedida y se marcha con Sebas.
Llamo a mi padre y le cuento lo de las prácticas y, como buen padre, se alegra un montón de que me hayan dado una oportunidad. No menciono a Calle, pero sí a Mafe, aunque le digo que es la futura madrastra de Johann, cosa que es verdad. Me pregunta por Laura, pero me hago la loca. Estoy sorprendida y agradecida de que Laura no de lo haya contado. No me debe nada, pero le agradezco la omisión. Después de escucharlo hablar durante mil años sobre su nuevo compañero de trabajo, que cree que él está teniendo una aventura con la jefa, le digo que tengo que ponerme a estudiar y cuelgo. De imediato empiezo a pensar en Calle, como siempre. Mi vida era mucho más sencilla antes de conocerla y ahora, después de..., es complicada y estresante, y o bien estoy muy feliz o bien siento está quemazón en el pecho cuando me la imagino con Pau.
Voy a volverme loca si me quedo aquí sentada, y sólo son las seis cuando me doy por vencida y dejo de estudiar. ¿Y si voy a dar una vuelta? Necesito ver a alguien. Cojo el teléfono y llamo a Johann.
-¡Hola, Poché!- parece animado, y me calma un poco la ansiedad.
-Hola, Johann, ¿te pillo ocupado?
-No, sólo estaba viendo el partido. ¿Por? ¿Pasa algo?
-No. Es que me preguntaba si podrías venirte un rato... O, si a tu padre no le importa, podría ir a veros y aceptar su oferta de enseñarme a hacer madalenas- dejo escapar una leve risa.
-Cómo no. Le va a encantar. Voy a decirle que vas a venir.
-Vale. El próximo autobús no sale hasta dentro de media hora, pero estaré ahí lo antes posible.
-¿El autobús? Ah, sí. Se me olvidaba que aún no has encontrado un coche. Iré a recogerte.
-No, no hace falta, de verdad. No quiero ser una molestia.
-Poché, no son ni veinte kilómetros. Salgo hacia allí- dice, y accedo.
Cojo el bolso y miro la pantalla del móvil por última vez. Pues claro que Calle ni me ha escrito ni ha llamado. Odio cómo dependo de ella.
No quiero obsesionarme.
Decido emanciparme y apago el móvil. Si lo dejo encendido, me volveré loca mirándolo cada cinco minutos. Lo mejor será que lo deje en la habitación, así que lo guardo en el cajón de arriba de la cómoda antes de salir a esperar a Johann en la entrada.
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Y llegaste tú... [CACHÉ]
FanfictieMaria José Garzón (Poché) entra a su primer año en la universidad. Acostumbrada a su vida tranquila y estable, su mundo canvia completamente cuando conoce a Daniela Calle,una chica tan guapa como borde, inquietante, rebelde, y de aparente mala vida...