• Capitulo Cuarenta & Uno

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• Capitulo Cuarenta & Uno

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»»Un hermoso Obsequio»»

MinHo y Sherlock seguían en silencio rotundo, se sentían más cómodos solo escuchando el sonido del viento pasar entre ellos, cubriéndolos con sus pequeñas ráfagas. MinHo miraba por el rabillo del ojo la mano enyesada de Sherlock, le dolía en el alma el saber que había posibilidades muy fuertes de que Sherlock comenzara a olvidar de la pintura. 

— Perdón. —Se disculpo. Se sentía culpable del acto que cobardemente Yuri había hecho. — Fue mí…

— No. Tú no tienes nada que ver. —Se encogió de hombros. 

— Sherlock, si sigues con tus terapias pronto lo lograras. Prométeme que si seguirás.

— Pasara esto o no, creo que desde hace tiempo estaba pensando en retirarme de la pintura. Este accidente me ayudo a apresurarme. 

— Me divorciare. — Comunicó mientras miraba un punto muerto de la habitación. — Pienso hacerlo lo más pronto posible.

— Pero… Yuri no te dará el divorcio, ella nunca dejara que te alejes de su lado.

— Yuri ya me lo ha dicho. Esta dispuesta a divorciarse de mí. Creo que al final comprendió lo mucho que nos queremos. —Sonrió y la atrajo hacia él. — No puede acabar con este amor que te tengo Sherlock.

— ¿Tu familia? Tu madre no lo permitirá, si hace años ella…—Con su mano izquierda cubrió su boca. 

— Lose. Sé que mi madre mando la carta, se que ella fue quien nos separo tantos años. 

— ¿Has hablado con ella? MinHo, no quiero que por mi culpa tengas problemas con tu familia.

— Ya hable con ella, pero pacíficamente. Es mi madre, no pensaba faltarle al respeto, aun así le aclare que todo lo que causo estuvo muy mal. 

[Flash back]

— ¡Espere joven! Su mamá me pidió que…

— ¿Nos permites? —Dijo con frialdad a la chica de servicio. Giro el picaporte y entro al despacho de su madre. — ¿Es acaso coherente lo que hiciste? —Pregunto con coraje. — ¿Crees que de esa forma cuidas y proteges a tu hijo?

— Pero MinHo ¿De qué hablas cariño? Siéntate por favor, hablemos bien.

— Lo diré rápido y concreto. Amo a Sherlock, me divorciare de Yuri y no me importa si estás de acuerdo o no. Mucho daño hiciste con esa carta, muchos años me separaste de Sherlock. ¿Crees que por el hecho de que tú no quieras, mi corazón cambiara de parecer? Me he decidido por ella así que si aceptas me harás feliz madre y si no… realmente no me importara. —Se dio media vuelta. — Por esta ocasión no pienso obedecerte. Espero que recapacites de todo lo que me hiciste estos años. —Cerró la puerta retumbando por todo el despacho.

[Fin flash back]

— Yo me encargare de que no renuncies a tu carrera.

— Desde que estaba pequeña buscabas la forma de hacerme feliz… después de tantos años sigues buscando esa manera. Gracias MinHo. —Recargo su cabeza en su hombro. — Gracias por regalarme un otoño lleno de felicidad y alegría. 

Los días pasaban como grano de arena en un reloj, cada segundo era primordial para Sherlock y su recuperación. Sus gemidos, llantos, gritos y demás se escuchaban en todo el lugar de terapias. A veces era paúl el que tenía que ver sufrir de esa manera a Sherlock, a veces MinHo y en otras ocasiones Onew. Sentía una gran responsabilidad ya que todos estaban poniendo su fe en esas terapias. 

— ¡Sherlock! —Asomo la cabeza por la puerta Paul. —Tienes visitas.

— ¿Visitas? —Pregunto curiosa. Hace tiempo que no recibía visitas, todo el día lo pasaba en las terapias y quien la visitaba era MinHo pero ese día tenía una entrevista en una estación de radio.

— ¿Puedo pasar? —Pregunto temeroso Taemin.

La sonrisa de Sherlock se formo sobre su rostro, mucho tiempo sin ver a su amigo Taemin, mucho tiempo desde que él le hablo por última vez. 

Taemin pasó con timidez a la habitación sentándose en una de las sillas que se encontraban ahí. Ella lo veía feliz, quería abrazarlo pero sabía que era algo un poco complicado. 

— ¿Cómo te sientes? —Pregunto con el cabizbajo.

— Mejor. Aun duele un poco pero creo que debo ir superándolo.

— Tuve que haber llegado antes, quizás no estuvieras en esta situación.

— No te culpes Taemin. De nadie fue culpa. Simplemente un mal momento. En fin. —Sonrió. —Me alegra que hayas venido, no sabes lo feliz que estoy. Tener de nuevo aquí como amigos que somos. ¿Aun lo somos, verdad?

— Claro que sí. —Esbozo una sonrisa. —Los mejores. Discúlpame por comportarme como un patán, creo que… me cegué por mis sentimientos. Sabes… aun sigo en mis clases de pintura, mi profesora dice que tengo mucho futuro en eso y lo que tengo como inspiración me está ayudando demasiado en mi aprendizaje.

— y… ¿Qué es? —Pregunto con una pequeña sonrisa picara. — o… ¿Quién?

— Tú. —Bajo la mirada con un tenue color rojizo en sus pómulos. — Pero…—Levanto la mirada. —No pienses mal, quiero decir que… bueno…—Balbuceo. — Como una gran amiga, por ti comencé esas clases y por ti las seguí; creo que lo más correcto es agradecerte eso y tenerte como la persona que me ha ayudado a tener un gran desarrollo en este mundo del arte. Por cierto. —Agarro su mochila y de ella saco un cuadro. — Este fue el ultimo que he hecho, ya no es una banana Milk. —Le mostro la pintura. —Es aun mucho mejor. 

Sherlock sostuvo con su mano izquierda aquella sencilla pintura pero con buenos acabados y detallada para haber sido pintada por un principiante. Dejando a un lado lo profesional siguió observándola desde el punto sentimental y sin duda alguna era una de las mejores pinturas que habrá podido ver en toda su vida.

En ese cuadro se encontraba un pequeño sendero lleno de arboles de arce con una joven con vestido blanco y una cinta color pistache en la cintura mientras sostenía un paraguas. 

—Mi maestra me pidió que reflejara a la persona que ha estado desde hace tiempo en mi mente como inspiración y al ser tú mi musa pues quise reflejar lo que más te caracteriza y sin duda alguna es tu amor al árbol de arce. —Sonrió. — Esa chica que está ahí eres tú. Sé que tal vez es algo simple y no tan bueno como tus pinturas pero…

— No. Es perfecto. —Miro a Taemin. — Más que perfecto. Taemin, un cuadro no necesita tener detalles por todos lados, ni tampoco trazos perfectos. Un cuadro lo único que necesita es poder reflejar lo que el pintor desea; con un simple garabato puede ser arte, claro… si ese garabato refleja su significado. —Río. — Tú aquí has hecho eso, mostrarme con lienzos lo que tu corazón ha querido decirme desde hace mucho tiempo. Gracias, de verdad; gracias por este cuadro dedicado a mí. ¿Me lo regalas?

— Por supuesto. Es tuyo. Mi profesora quería exponerlo pero le dije que era un obsequio para una amiga. 

— Ven acércate. —Murmuro Sherlock.

Taemin trago un poco de saliva y con lentitud se fue acercando temeroso, sintió de repente una pequeña presión en su mejilla derecha y un olor peculiar, aquel perfume de Sherlock se estaba impregnando en sus fosas nasales mientras que los suaves labios de ella estaban haciendo contacto con la piel de Taemin. Esa era para Taemin la mejor forma de agradecerle el haberle hecho el cuadro y aunque ahora en adelante tenía que ver a Sherlock como la pareja de su mejor amigo, no cabía duda que él se podría conformar con esas pequeñas pero sinceras demostraciones de cariño de Sherlock.

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Espero les haya gustado estos dos capitulos..siento no haber actualizado antes..pero yo no disponia de tanto tiempo..como ya se aserca el final...gracias nuevament por haberme apoyado en este fic ^-^

Maple Leaf |Minho y Tú| •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora