Estuve 3 días en casa sin ir al colegio por el ataque de ansiedad, además que lo último que quería era ver a Luka o a Adrien. Estuve pensando, no sabía que hacer o decirles a los dos.
-Marinette, deberías empezar a ir a clases otra vez, Alya no va a estar siempre llevándote los deberes y además en algún momento tendrás que enfrentarte a ellos.- Dijo mi pequeña mariquita.
-Se que tienes razón pero ¿Qué les digo? ¿Cómo actúo?- Me puse en posición fetal en la cama.
AL DÍA SIGUIENTE EN LA ESCUELA.
-Marinette Dupain Cheng, por favor acuda al despacho del director- Sonó en todos los altavoces que había por el instituto, uno por clase, tres en el pabellón y cinco en todo el patio.
No sabía que podía estar pasando, seguramente era por haber faltado tantos días.
Llamé a la puerta del despacho, y al entrar vi al Sr. Damocles y junto a él sentado vi un chico de pelo castaño claro y ojos de un precioso tono miel.
-Señorita Dupain, este es Harry, ha venido desde España para estudiar aquí y necesito a alguien que le enseñe un poco la escuela y la ciudad.
-Por supuesto, encantado Harry, soy Marinette.- Nos dimos la mano y fui a enseñarle la escuela.
Una vez terminamos el tour, sonó el timbre para poder irnos a clase.
-Marinette, soy nuevo y no conozco a nadie todavía ¿Te doy mi número y quedamos algún día para tomar algo?- Sonrió.
-Claro, apunta 644 49 83 45. Nos vemos mañana.- Sonreí y me fui a casa.
Llegué a mi portal y vi a Luka con el móvil, estaba esperandome.
-Hola Luka...- No sabía como hablarle.
-Hola Marinette.- Me dio un beso en la frente y me abrazó.- Me gustaría hablar contigo... ya sabes, de lo que pasó el otro día...
Le invité a entrar a mi cuarto y traje unos macarons de diferentes sabores.
-Marinette, eres lo más importante de mi vida, y no quiero perderte. Se que he cometido errores, pero me gustaría pedirte perdón. Te quiero...- Me dijo mirándome a los ojos.
Me quedé sin habla, así que simplemente le di un beso.
-Yo también te quiero Luka, pero no me gusta la violencia. voy a empezar a estar distante con Adrien, pero no quiero que hables más con él.
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Con una mirada bastó
Genç Kurgu¿Creen en el amor a primera vista? Marinette no lo creía, hasta que vio esos ojos azules... Esos profundos ojos azules...