Me encontraba sentada en la ventana leyendo un libro, la verdad el clima de hoy era muy agradable. Después de que Catriél y yo terminamos de comer, se llevó los platos y me ayudó a bajar las escaleras, entré en una de las enormes salas, tenía estanterías llenas de libros y decidí quedarme ahí.Catriél salió porque dijo que tenía algunos asuntos pendientes, a pesar de que antes me dijo que ya no tenía nada que hacer, pero mientras no esté cerca todo está bien.
No he visto a Cecilia y tampoco a la señora Luz, tal vez un poco más tarde vaya a verlas. Mientras concentraba mi mente en el libro escuche a alguien llegar, sin duda es Catriél.
-Hola mi pequeña- dijo Catriél mientras se acercaba -te traje un regalo-.
Fijé mi vista en él y tenía las manos escondidas, le sonreí y me senté para poder quedar frente a él.
-¿Qué es?-
-Cierra los ojos, y cuando te diga los abres y lo verás-
Nuevamente le sonreí y asentí, cerré mis ojos y pude sentir el contacto de sus labios contra los míos, es mejor que no arme ningún problema y sólo utilice lo mejor que tengo, darle una sonrisa. Escuché un pequeño gruñido muy tierno, tanto que no podía ser de Catriél.
-Ábrelos-
Abrí los ojos y me encontré con un hermoso...
-Catriél... es un lobo-
-¿No te gustó?-
-Si, es- es hermoso pero es un lobo, ahora es una cosita muy tierna pero cuando crezca me comerá y...-
-Ámbar tranquila, cuando los lobos crecen desde pequeños con humanos, se acostumbran a su entorno, una cachorra y conforme crezca se acostumbrará-
Lo miré y me sonrió, tome a la cachorra y la coloque en mis piernas, es tan hermosa y linda. Pequeños gruñiditos se escuchaban, era simplemente tan tierna.
-Jamas pensé que podría tener un lobo ¿Cómo lo conseguiste tan rápido?-
-Lo que sea que me pidas te lo daré-
-Pero nunca me dejarás libre ¿Cierto?- dije para mi
-Gracias- dejé a Kira, que fue el nombre que le puse, y la coloqué a un lado, un poco lento me paré y le dí un beso a Catriél-.
Me tomó de la cintura con cuidado y continúo el beso, no lo separé porque a pesar de que quiero salir de aquí, primero necesito que mis heridas se curen, por ahora solo tengo que actuar como sumisa, lo cual odio.
Nos separamos un poco y pude ver su sonrisa, escondí mi cara en su cuello y cerré los ojos.
Los pequeños aullidos de Kira me hicieron separarme un poco de el para verla, mire a la dirección de donde se escuchaban sus aullidos, y ahí estaba Rebeca.
-Vaya, los lobos sienten la mala vibra- dije susurrando y Catriél se río.
-¿Pasa algo?- dijo Catriél mientras seguíamos abrazados.
-Señor ¿puedo hablar con usted?- dijo con voz baja.
-Sí, dí lo que quieras-
-A solas...-
Catriél me miró y yo le iba a decir que no solo por molestar a Rebeca, pero si hablan a lo mejor hablen de sus sentimientos, Catriél se enamora de ella y a mi me deja en paz ¡Sí!. Asentí y él me tomó suavemente de la quijada para dejar un beso en mis labios.
-Vamos, y que sea rápido-
Ella sonrió y se fue tras el. Yo me quedé jugando con Kira es tan linda.
Catriél West
-Y bien- dije sentándome en la silla de mi despacho -¿Qué quieres?-
-Quiero hablar de nosotros ...- no pude evitar reír ante lo que dijo -¿Qué pasará? ¿Por qué la trajiste?-
-Rebeca, no hay un nosotros ¿Entiendes?-
-Pero hace dos días...-
-Solo quería desquitarme, tu estabas aquí y pasó, pero escúchame y espero me entiendas. Eso no volverá a pasar, fue cosa de un rato y ya-
-Pero ella no tiene por qué enterarse- dijo acercándose seductoramente.
-Rebeca ya- dije lo mas serio posible -Ámbar es mi esposa y...-
-¡No es tu esposa por que no están casados!-
-¡Entonces se lo pediré! ¡Y deja de meterte en esto!-
-¡Ella no te ama!-
-¡¿Y qué te hace pensar que yo a ti si?!-
Ella me miró y sus lagrimas comenzaron a salir, lo que me faltaba.
-¿Por qué no me amas?-
-Porque no eres ella-
-No me importa, seré como ella, actuaré y pensaré como ella, me convertiré en Ámbar-
-No seas ridícula- me comencé a reír y la miré- tú nunca podrás ser como ella, ¿Sabes por qué?, porque aunque lo hagas todo como ella, nunca te amaré, por que amo a la original, no la copia.
Sin más salió y se fue, dios con esa niña, la única a la que me interesa amar es a Ámbar, la única con la que me casare es con ella, la única a la que presentare frente a mi familia es a Ámbar.
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Me quedé un rato sentado en la silla de mi despacho pensando cuál sería el anillo perfecto para Ámbar, el anillo con el que soñó que le pidieran matrimonio ¿será sencillo pero elegante a la vez? ¿O extravagante? Ni siquiera tengo idea de qué talla es su dedo, su mano es relativamente más pequeña que la mía, así que me guiaré por eso.
Después de bastante tiempo pensando llamé a uno de mis hombres -Max, quiero que muevas cielo, mar y tierra por lo que estoy apunto de pedirte, quiero que encargues un anillo de compromiso para Ámbar, quiero que sea sencillo pero a la vez elegante, calculo que su dedo mide la mitad del mío, así que midelo y cuando tengas la aproximación enséñamela para que lo autorice, quiero que esté hecho en menos de una hora, nada puede salir mal ¿Quedó entendido?- dije -sí señor, entendido ¿me permite tomar la medida de su dedo?- preguntó -hazlo- dije sin más.
Tomó la medida de mi dedo y salió de mi despacho, en menos de diez minutos llegó con la aproximación de la medida del dedo de ambar, la tomé y puse mi mano encima para poder visualizar si era la medida de Ámbar, al final dí mi autorización y salió de nuevo de mi despacho.
En cuanto se fue me dirigí a la barra de mi despacho y me serví un trago, puse el tocadiscos en marcha y me volví a sentar en mi silla a esperar que llegara el anillo.
Después de aproximadamente media hora Max regresó y dejó cuidadosamente en mi escritorio una pequeña caja. La miré, era preciosa, afelpada y color negro. La abrí y por fín lo ví, era perfecto, simple pero elegante a la vez, sumamente fino. Asentí y Max salió, yo fuí detrás de él, escondí la caja detrás de mí y me dirigí a la habitación donde estaba Ámbar.
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Atte: Ary y Mercy
©️ Corrección y edición: Mercy Martell