¡Tú mi obsesión, tú eres mía. Ahora en Dreame!
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Alcé mi mirada al escuchar que la puerta de la habitación se estaba abriendo, al hacerlo la horrenda silueta de Catriél se hizo presente, desvié rápidamente mi vista de él y mire por el ventanal, fue hasta ese momento en el que caí en cuenta del tiempo que llevaba aquí sentada, claramente fueron horas pues ya estaba obscuro y la luz de la luna se podía distinguir perfectamente a través de la ventana.
-¿Qué haces ahí?- le escuché preguntarme la mismo tiempo que cerraba de la puerta, ¿Enserio cree que le voy a responder? En ese caso estaba completamente equivocado. Escuchar sus pasos en dirección hacia mí hizo que inconscientemente abrazara más fuerte mis piernas pegandolas a mi pecho como si fuese mi refugio, sus pasos se escuchaban cada vez más cerca pero no tenía la fuerza para alejarme, cuando estuvo frente a mi se quedó de pie unos segundos después se puso de cuclillas y acercó su mano a mi mejilla para acariciarla y hacerme verle -Si te pregunto algo, tú me tienes que responder, ¿Entiendes?- en respuesta quité mi rostro de su tacto apartando así mi vista de él - Bien-.
De me tomó de la muñeca bruscamente y se puso de pie para comenzar a caminar, yo a como pude traté de ponerme de pie pero fue inútil y terminé cayendo, eso no le importó, él me estaba arrastrando por todo el piso sin importarle que yo me estuviese quejando y poniendo resistencia.
-¡Catriél suéltame ya!- exclamé mientras me movía tratando de liberarme de su agarre - ¡Por favor, me lastimas!-.
-Te voy a enseñar a responderme cuando te hablo- siguió caminando mientras yo luchaba por safarme de su agarre.
Comencé a patalear buscando que me soltara pero fue inútil, con mis manos comencé a golpearlo pero tampoco daba resultados, cuando estuvimos frente a las puerta de una de las habitaciones se detuvo y la abrió dejándome ver el enorme baño. Tomó mi cabello entre sus dedos y comenzó a jalarme de el, arrastrándome nuevamente, mis uñas se habían encajado ya en la piel de Catriél y podía ver la sangre en su brazo pero no le tomó importancia y al parecer tampoco sintió dolor.
Cuando estuvimos cerca de la tina me aventó contra ella haciendo que mi cabeza golpeara con ella, por instinto lleve mi mano a la zona del golpe, no tardó mucho para que mi mano se encontrara llena de sangre. Trataba de mantenerme consiente pero sentía como poco a poco todos mis sentidos se iban apagando.
-No amor, no vas a desmayarte en plena lección- dijo Catriél y se puso de pie para ir a buscar algo, yo vi la oportunidad y la tomé, a como pude comencé a gatear lejos de ahí -Oh no, ¿A donde crees que vas?- se dió la vuelta y encajó una patada en mi vientre haciéndome volver y chocar de nuevo con la tina, no sabía si llevar mis manos a mi vientre o espalda, ambos dolían demasiado, sentía que el oxígeno dentro de mi desaparecía, comencé a toser en mi desesperación y poco a poco el aire entraba de nuevo, fue hasta entonces que lo vi acercándose con dos largas corbatas.
-A-aléjate de m-mi- dije tociendo cuando ví sus intenciones.
Tomó mis muñecas y las juntó para amarrarlas, me comencé a mover y a patalear desesperada en busca de libertad pero fue en vano, tomó mis piernas inmovilizandome e igualmente las amarró. Sentí sus brazos en mi cuerpo cargándome para dejarme caer dentro de la tina.
Me quejé de dolor chocar contra el duro mosaico de la tina, acto seguido se escucharon las llaves y el sonido agua cayendo, en cuestión de segundos el helado líquido comenzó a mojar mi piel. Intenté moverme tanto como pude buscando liberarme pero era inútil, poco a poco la tina se iba llenado y mi desesperación también aumentaba, buscaba salir pero Catriél me sostenía con sus manos inmovilizándome, el agua que parecía sacada de la misma Antártida empezaba a calarme los huesos poco a poco.