(Catriél)
-¡Ámbar! ¡Déjame entrar! ¡Abre la maldita puerta!- grito con desesperación.
Pasan los segundos, después minutos... 1, 2, 3. Pasan sin respuesta.
Ya me harté de gritar, empiezo a chocar mi cuerpo contra la puerta, pero no logro abrirla -esta perra la trabó con algo- mi paciencia se había acabado por completo, así que con toda mi fuerza patee la puerta y pude abrirla de una maldita vez, una vez destrozada me introduzco en el cuarto pero no la veo, sin embargo hay algo fuera de lugar, localizo otra puerta, sonrío y comienzo a caminar hacia a ella riendo a carcajadas, que cada vez se hacían más fuertes, como si fueran una clase de tortura para Ámbar. Por fin llegué hasta la puerta y comienzo a golpearla.
-Hola pequeña, oh que lindo, aún crees que te puedes librar de mi ¿Cuándo dejarás de ser tan ingenua?- comienzo a reír y empiezo a forzar la puerta- vamos, déjame entrar, no te lastimaré, bueno no tanto, aunque... No prometo nada-
Comienzo a reír cada vez mas fuerte y se intensifica cuando logro abrir la puerta de la misma forma que con la anterior.
Mis risas paran, todo se detiene al ver el color rojo intenso de la sangre que sale de sus muñecas... me acerco a ella rápidamente mientras la tomo en brazos, lágrimas que jamas pensé derramar caen sobre su pequeño y manchado cuerpo mezclándose con la sangre que fluía de ella.
¿Qué te he hecho?
¿Qué te hice?
Esto no puede ser real
La observo, sus ojos están cerrados, aquellos hermosos ojos con ese brillo tan hermoso que ya no veré jamás, ese brillo que se apagó con el tiempo o mejor dicho, que yo me encargué de apagar lentamente, su cara, su piel, su ser, esa sonrisa que me transforma se ha marchitado... Se ha ido... Yo la alejé.
Mi pequeña, mi muñeca, mi obsesión, mi linda Ámbar, juré que, si alguien se atrevía a dañarte pagaría, pagaría el precio más caro de todos y... al final de cuentas fui yo, yo fui el que destrozó cada parte de ti, el que te orilló a esto y como soy un hombre de palabra, cumpliré mi promesa.
-Nunca te dejaré y estaré contigo siempre, te buscaré siempre que te vayas, te encontraré si escapas y, nunca te dejaré, iré a buscarte a donde sea, a si sea del otro lado, cielo, infierno, limbo o lo que sea que haya del otro lado, te lo dije, ni viva ni muerta escaparás de mi...
Miro a su alrededor y veo un cuchillo, el cuchillo con que lo hizo, lamo el filo sintiendo el sabor de su sangre aún caliente, lo acerco a mi cuello y hago un corte profundo de ambos lados.
Siento la sangre salir de mi y derramarse por mi cuerpo cayendo sobre el de Ámbar.
-Nos vemos en el infierno mi pequeña- dije mientras mis sentidos se iban apagando, finalmente cerré mis ojos y mi cuerpo cayó sobre el de ella, fundiendo nos en la eternidad.
La encontraré, sé que lo haré
FINAL
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Atte: Ary y Mercy
©️ Corrección y edición: Mercy Martell