XV

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Todo se sentía algo brumoso, había mucho ruido por todas partes, todos gritaban, peleaba... ¿Porqué?, ¿Porque es pecado amarlo?... Esto no fue un hechizo o engañó, yo lo amo, yo lo perdone, entiendan... Entiendan... ¡Entiendan!... ¡ENTIENDAAN!... porfavor...

Sentía las lágrimas manchas su rostro, el quería estar con él. Limpio sus ojos con fuerza y se puso de pie, ¿Cuando cayó de rodillas?, Pronto comenzó a correr, sabía que había peligro, que algo lo seguía, tal vez varios, no lo sabía, sus pies ya dolían, las ojos crujían junto a las ramas de aquel bosque, no quería morir sin antes abrazarlo por última vez, no quería desaparecer. Sentía su cuerpo doler por todas partes, estaba asustado, quería que llegará y le rescatará, que le asegurará que todo estaría buen, que lo protegería, cómo lo había hecho a cada instante...

_Porfavor, ven conmigo, por favor no me abandones. Se abrazó a su mismo mientras se pegaba a aquella piedra testigo de su pecado.

Él no entendía que lo que hacía no mejoraría nada, la ejecución de aquellos ancianos ya había sido tomada, no había nada que cambiar... Tal vez lo había... Una forma que los ayudaría, solo esperaba que saliera tal y como planeaba.

Con aquello en mente se puso de pie y salió de aquel lugar, un último respiro le dió la valentía de alzar vuelo.

-Nos veremos amor mío... Nadie nos...

Narra Alec

Se despertó con el corazón acelerado, ¿Que había sido aquello?, ¿Un sueño o un recuerdo?. Miro al rededor preocupado, su madre ya no estaba, tenía encima una manta, sudaba como si hubiera corrido un maratón y su boca tenía un sabor extraño, le recordaba a la sangre de demonio, de aquellas veces en que Jace hacía una estúpidez y a él o a Izzy les caía sangre en la boca, lo cual era asqueroso. Con calma se puso de pie, sintiendo todo dar vueltas, recordaba esa sensación de su sueño, de ponerse de pie, con una idea en mente, pero no sabía cuál, eso lo estresaba, el había tomado una decisión de suma importancia que cambió su vida, pero no sabía cuál era, mordió sus uñas con ansias hasta que alguien se le vino a la mente, tal vez el tenía la repuesta a esa pregunta. El único problema era poder salir a solas, no les decía nada a sus hermanos o a sus padres, pero sabía que lo seguían cuando salía del Instituto, aunque últimamente no había salido demasiado, siempre sentía su presencia preocupona detrás; reglamente quería reír ante eso, imaginar los escondiéndose cada vez que el volteaba para ver algo o intentando disimular de la manera más tonta, no ser quienes eran, daba mucha gracia.

_Necesito salir sin que se den cuenta. Tal vez al anochecer podría escabullirse, solo volvería antes de que se dieran cuenta.

Asintió ante ese pensamiento, solo tendría que esperar a que ellos durmieran, para poder salir del Instituto y encontrar a Lucifer, preguntarle sobre su vida pasada, esa que él había olvidado y que el demonio había intentado borrar de su mismo. No podía imaginar cuánto había sufrido aquel ser, que tallas veces le habían dicho era el mal encarnado, tener esos leves recuerdos, le hacía ver que el lo había amado como nadie podía amar a alguien, como si su vida fuera en ello, pero perder eso por lo que lo darías todo, seguramente te dejaba destrozado y hundido, sin deseos de algo más que ver a esa persona de nuevo; Lucifer había vivido milenios con ese dolor, su corazón roto y cada recuerdo hiriendo lo más, sin embargo ahora lo había encontrado.

Al pensar en aquello Alec se sonrojo, nunca creyó que alguien pudiera anhelar lo tanto, quería saber que había sentido Lucifer al entrarlo por fin, que pensó, que recordó. Mordió su labio ansiosamente, ya deseando la noche llegará.

El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora