IX

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                       •Narrador•

Se sentía tan feliz, lleno de dicha; por unos breves minutos su ángel  había estado en sus brazos, esperaba que Jofiel hubiera disfrutado tanto como él  esos minutos. Era una lástima que aquel estanque retuviera que retener los recuerdos de su amado, pero eso era lo mejor, si algo de eso se supiera en el cielo, las consecuencias serían horribles. Las lágrimas seguien en su rostro, ya no corrian, pero el rastro  de su presencia seguía escrito en sus mejillas, sabía que era hora de volver, sabía que era hora de volver. Con calma tomó marcha hacia aquel al que le gustaría llamar hogar, una enorme casa (castillo) tan antiguo como su propio  nombre. Para llegar alli, tenía que cruzar un portal oculto entre ruinas, las que miraron el amor que propisio a aquel angel y también las que lo vieron suplicar, arrodillado delante de unos mostruos que se hacían llamar puros, amables y honrados cortar las alas de Jofiel, SU Jofiel y arrancar la vida  de su cuerpo, lo escucharon gritar, llorar y rogar, para que no se lo arrebataran.

No se había dado cuenta que ya estaba dentro de las ruinas hasta que soltó un grito que hizo eco por todo el lugar. Las sombras bajo sus pies se levantaron y cubrieron todo a su alrededor, aquella apariencia de tez blanca, con figura musculosa y alta, comenzó a desaparecer, formando a una criatura enorme. Cuatro cuernos se alzaban gloriosos y un poco curbados algunas grietas permitían ver un fuego abrasador dentro de ellos, aquellas que antes eran manos de volvieron garras, cadenas salieron de la oscuridad absoluta y se enrollaron en sus brazos, cuatro alas negras que chispiaban como brasas dando su último aliento se extendieron, el par más bajo eran un poco pequeñas, pero complementarán a la perfección con las dos gigantes superiores, dos ojos fueron remplazados por seis, llenos de ira y una chispa de dolor, sus dientes se retornaron el colmillos de los cuales dos enormes salían; de toda aquella figura se extendía un humo negro, como si este estuviera hecho de él. Sus garras comenzaron a sacar un fuego rojo, caminaba de una lado a otro como si se tratará de un animal enjaulado, rubia y gruñia lleno de odio, pero se detuvo en seco, las flamas de aquel rojo intenso bajaron hasta volverse de un color celeste, el solo pensamiento de aquel que le había robado el corazón le hacía estar en paz, aquella forma tan monstuosa, era capaz de hacer correr a hombres, Ángeles e incluso a demonios, se dejó caer bufando, delante de un pequeño claro que con el paso de los años se había formado, con lentitud una lengua libida tan roja como la sangre salió de su boca tomando un poco de aquella agua fresca que le reconfortaba y le hacía recordar tantas cosas de su pasado, algunas más eróticas que otras qur lograban hacer que aquella viralidad comenzará a crecer; Jofiel fue el único en no asustarse de aquella forma.

                    _Flash Back_

_Luego de aquella batalla se encontraba agotado; tenia que admitir que los angeles estaban mejorando en su combate, no lo suficiente como para derrotar lo, pero si como para matar al menos a la mitad de su batallon. No le gustaba caroñar como a los otros demonios, por lo que decidio retirarse de la zona, caminar en su forma original era más cómodo que hacerlo con aquella molesta apariencia de humano; había logrado llegar hasta un pequeño río, donde comenzó a beber un poco de agua, cuando lo noto, un ángel en la parte baja del agua, su ala sangraba y le miraba preocupado, teniendo su muerte. Se quedó mirando esos ojos azules, tan hermosos, intentó acercar se, sin embargo el angel saco una daga y la posición o en defensa.

-No te haré daño. Se acercó un poco, entrando en el agua.

-No te acerques demonio. El comenzó a retroceder, provocando que aquella ropa blanca de moviera y revelará unas piernas que hacían babiar a Lucifer.

-Tu ala sangra. Desvío la mirada un poco apenado.

-Lo se, uno de tus demonios me lanzo una flecha. Bajo un poco la daga, tal vez porque no era una amenaza o tal vez porque no importaba si peleará moriría al fin y al cabo.

-Ya veo. Acortó la poca distancia que aún les separaba y analizó el ala. -¿Sacaste la felcha?. Si aroma era muy agradable.

-Si. Se mantenía quieto, no quería hacer enfadar a este demonio.

-Muy bien, buen chico. La forma ronca en que acababa de decir aquello hizo sonrojar al angel.

-Gracias. Lucifer levantó sus manos y tomo el ala herida.

-Quieto. Estaba entre las bellas piernas del angel, pero sólo para mirar mejor la herida, ninguna intención extra.

Con cuidado comenzó cerrar su herida, un fuego rojizo envolvía su garra, el angel debajo de el estaba colorado, tal vez por la cercania, no s hecho era por la vitalidad que ya se hacía visible y que rozaba sus piernas el demonio olía a cuero y sangre,  tenía muchas cicatrices en esa piel negra como la noche.

-Ya acabe. Se levantó ayudando al angel a hacer lo mismo.

-Gracias. Lucifer no notaba que si miembro quedaba en el pecho del chico.

-Será mejor que te vayas. Se separó de él  y comenzó a caminar, saliendo del agua.

-Si. Extendió sus alas y se alzó en vuelo, no podía negar que el también estaba exitado, pues su miembro se encontraba en el mismo estafo que el de aquel demonio.

               _Fin del flash Back_

Ni siquiera en esta vida el olor de Jofiel había cambiado, su aroma seguía siendo el mismo, su piel, su cabello y ojos, todo era idéntico. Sonrio cuando volvió a recordar el abrazo que ambos se dieron, tomando una bocanada de aire de levantó y camino al portal que seguía ahi, esperando.

-Pronto nos veremos mi angel y está vez nadie me separará de ti. Al atravesar el portal este desaparecio son dejar rastro de su presencia..

                           ¤  ¤  ¤

Lo se.. lo se, me tarde mucho en publicar... no me maten. He aquí la actualización amenme, jqjjajja ok no... les tengo sorpresa subire tres seguidos... nos leemos despues. ♡





El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora