IV

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•Narrador•

El silencio en la biblioteca era profundo, Alec no sabia que hacer, si ir detrás de su padre y dar explicaciones o quedar se ahí y llorar, sentía en su garganta una opresión, que no lo dejaba respirar de manera adecuada, las lágrimas se estaban acumulando en sus ojos azules. Salio y camino hacia su habitación, no sabia que mas hacer, antes de llegar a ella se topo con Jace, quien solo lo miraba con odio.

-Nuestra hermana Alec, por tu culpa Clary, Izzy y Simón, están gravemente heridos. Me tomo de cuello de la ropa y me acerco a su rostro. -Porque?? Porque no contestaste a los mensajes y llamadas??. Sus manos temblaban.

-No... yo no recibí nada. Sujeto las manos de Jace, las lágrimas comenzaban a correr por sus ojos.

-Me das asco. Le dio un fuerte empujón a Alec, quien termino en el piso sollozando. -COMO FUI IDIOTA Y ACEPTE UN PARABATAI HOMOSEXUAL!!. Esas palabras lograron intensificar el llanto de Alec.

-Basta Jace. Se levanto con cuidado de piso y lo miro. -No digas eso, porfavor. Se abrazaba a si mismo.

-LO VEZ!! NO SIRVES PARA CAZADOR, DEBÍ DE HABER ARRANCADO ESTA ESTUPIDA RUNA QUE NOS CONECTA, CUANDO SUPE TU ESTUPUDO SECRETO!!. Jace se retiro del pasillo, dejando a un Alec destrozado, quien poco a poco entro a su cuarto y se dejo caer en el suelo, soltando su llanto.

•Narra Alec•

Su propio parabati, su hermano, la mejor parte de él, le había dicho que ya no quería ser nada de él, que quería cortar su lazo.

-No quería, yo no. Mantenía los ojos cerrados.

No quería abrirlos, pero tuvo que al sentir que alguien le jalo el pie, haciendo que se golpeara con la puerta.

-Pero que??. Al abrir sus ojos, noto que su habitación había sido destruida.

No pudo haber sido Jace, tal vez estaba furioso, pero era imposible que su hermano hubiera hecho eso en cuestión de minutos y sin hacer un solo ruido. Uno de los burós, estaba destrozado en una esquina, el otro no lo lograba ver, el colchón de la cama estaba rasgado, con el relleno como el de las almohadas, estaba por todo el suelo, la base estaba destrozada, las cobijas también rasgadas, una de ellas estaba en el techo, ¿como llego ahi?. Se levanto despacio, a pesar del miedo las lágrimas del dolor, aun corrían lentamente por sus mejillas.

-Debe de ser una mala broma. El ropero estaba intacto.

Con temor se acerco a el y al abrirlo, no había nada, ni siquiera su ropa, habido los cajones en la parte baja y nada, se alejo de este y se tallo los ojos, pero un chirrido lo hizo poner su atención al mueble vacío delante de él, en un instinto se tiro al suelo, cuando este salio disparado, contra él, las cobijas de del techo cayeron al suelo, y ellas junto a las que estaban tiradas ya, comenzaron a levantarse formando siluetas de personas, quienes caminaban lentamente hacia él.

-Detenga se. Mientras me levantaba buscaba con la mirada una salida.

La puerta del pasillo y la del baño estaban cerradas, la ventana era una opción, pero esas siluetas estaban en el camino, una de ellas me jalo la pierna haciéndome caer, comencé a forcejear, mi atención se dentro en la puerta del baño, que se estaba abierta, no lo pensé y entre, apenas me libere del agarre de esas cosas, ¿la puerta del baño no estaba cerrada?. El interior del baño tenia frases en sangre escritas por todas partes.

"Mi angel"
"Te amo"
"Una vez nos separaron, dos son imperdonables"
"Haré llorar sangre a aquellos que te dañen"
"Gobierna mi infierno"
"Tus ojos son mi luz y esperanza"
"Te daré el universo"
"Te doy mi corazón"

El espejo tenia un corazón, atravesado con una daga demoníaca y este tenia frases, que si no fuera por el hecho de estar escritas en sangre pánico lo invadió, cuando la puerta se cerro, la cortina comenzó a moverse.

-Tiene que ser una muy mala broma. Seguía moviendo se lentamente, eso solo lograba que me pusiera mas de nervios.

Ya no podía soportar mas, se acerco y quito la cortina, revelando una tina llena de sangre, en la pared había una frase, que le causo un escalofrío.

"Casa te conmigo"

Estaba apunto de correr, pero algo afilado salio de la tina y le atravezo el hombro, metiéndolo a la tina.

•Narra Jace•

Tenia tanto coraje, Alec no había contestado ninguna de mis llamadas, tampoco mis mensajes de fuego, Clary, Izzy y Simón, estaban gravemente heridos, Izzy se debatía entre la vida y la muerte al igual que Clary. Unos demonios nos atacaron en nuestra salida, primero a Izzy y Simón, quienes me enviaron un mensaje de fuego, Clary y yo, intentamos llegar, pero mas de esos monstruos llegaron y nos atracaron, al principio fue fácil, pero Clary salió herida, no podía acercarme, cada vez que lo intentaba una de esas cosas se abalanzaba contra mi, no ses importo que Clary estuviera herida y continuaron atacándola. Luego de terminar con el ultimo, corrí a trazar le iratze, pero no reaccionaban y cada vez perdía mas sangre, mande un mensaje de fuego lo mas rápido posible a nuestros padres, quienes mandaron a algunos cazadores a ayudarnos. Al llegar al instituto, nos hicieron aguardar en la cocina mientras que a los tres heridos los atendían, Clary e Izzy, eran las mas afectadas, y Alec no aparecía, hasta que llego a donde nosotros, no me con tuve y lo golpee.

En este momento estaba sentado junto a la camilla de Clary, al igual que Jocelyn y Luke, mis padres estaban junto a Izzy, así como Simón, quien ya se había recuperado.

-Ellas estarán bien. Magnus estaba con nosotros, lo habíamos llamado por la gravedad del asunto.

-Mi niña. Jocelyn acaricio la cabeza de Clary, yo solo sujetaba su mano.

-Solo den les un descanso. Magnus se encontraba cansado, pero se miraba que estaba enojado.

-Izzy mejorara, es una buena cazadora. Mi padre sujetaba la mano de mi madre, algo que pocas veces hacían ambos.

-Como fue posible que Alec, no se dignara a contestar??. Magnus siseo molesto.

-Dormía. Solté la mano de Clary para darle mas espacio a su madre. -El idiota estaba durmiendo!. Cada vez que recordaba el hecho de que Alec, no contesto, me llenaba de ira, con ganas de volver arriba y golpearlo.

-Pero y los mensajes de fuego??. Marsey nos miro, también estaba molesta, pero no lo mostraba.

No sabia que decir, se supone que los mensajes lo debieron de haber despertado, pero no lo hicieron, mire a mi novia y a mi hermana. Las dos se miraban bastantes pálidas, me dolía ver las así, entonces a mi mente llegaron los ojos de Alec, llenos de condición y dolor, llenos de lágrimas, su cuerpo temblando, mi runa comenzó a picar un poco. Estuvo mal lo que dije??, cuando esa pregunta surco mi mente, mi runa estallo en dolor.

-Agh!!. Todos se alarmaron.

El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora