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Jace comenzó a abrir los ojos por los rayos de solo que se filtraban por las cortinas.

-Buenos dias. Espero a que sus ojos de enfocarse para divisar a su parabatai aún dormido. -El que decía estar bien. Se levanto fallando sus ojos.

Un baño matutino le sentado bien, se dirigió al baño y entro en la ducha. Le gustaba más bañarse en la habitación de Alec, ese lugar siempre olía a flores y el tipo siempre cambiaba, ese día estaba el aroma a rosas, inhalo el suave olor dulzón y sonrio mientras se enjuagaba el cabello.

-Si que sienta bien una buena ducha. Salió con una toalla en la cintura y otra en el cabello. -Traete el desayuno, aún no es bueno que se levante. Se acercó acercó su hermano, quien seguía envuelto en las frasadas.

La calentura ya le había bajado, eso era bueno. Acarisio el cabello negro de su parabatai, aún sentía la culpa por haberlo dejado solo, sin tan solo... No, el hubiera ya no existe, su hermano, su parabatai, su Alec, había sufrido por culpa suya, de nadie más que suya.

Tomó su ropa y se vistió, aún olía a lavanda, Alec la había lavado hace unas semanas y el aroma seguía impregnado. Apretó la camisa de su pecho recordando que ese día el pelinegro le había propuesto salir.

                      •Flash Back•

Alec se había levantado temprano, dándose un baño, se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Ya tenía un rato de haber terminado con Magnus, pero era momento de levantarse y dejar de llorar. Casi tres meses y el brujo no habia dignado en contestar una sola de sus llamadas o mensajes.

-Un nuevo comienzo. Sirvió los platos y espero a que sus hermanos bajaran, lo cual no se hizo esperar.

-Hermano por fin. Jace se acercó y le sonrio sentándose y lambiendo su labio ante tan delicioso mangar.

-¿Cansado de la comida de Izzy?. Me siento a su lado y espero a que la aludida se presente.

-Algo asi, ayer hizo verduras. Jace tembló ante tal recuerdo.

-Tranquilo, me haré cargo de la comida. Le sonrio empezando a comer, suponiendo que Izzy debo de estar arreglandose. -Jace, ya que últimamente no he estado con ustedes. Alec se limpió la boca y miro a su parabatai, quien como gustoso los hotcackes.

-Si, la verdad estuviste mucho tiempo encerrado. Dijo desinteresado el ojidorado.

-Bueno me preguntaba si era posible que tu y yo salieramos. Le sonrei, sólo esperaba que no entendiera nada mal.

-¿Salir?. Jace tomo un poco de jugo. -No se podrá hermano, Clary y yo ya tenemos una cita. Le mira un poco molesto. -No cambiaria por ti una cita con ella. Alec bajo la mirada a su plato asintiendo.

-Compermiso. Se levanto y salió de la cocina, quería llorar pero no se lo permitio.

Jace continuó comiendo ignorando su runa parabatai...

                _Fin del Falsh Back_

-Perdoname. Le planto un beso en la frente y respiró el aroma de su cabello.  -Te prometo que no te volveré a hacer daño. Tenía que comenzar a prestar le  más atención, no quería volver a casi perderlo.

Se separó y camino hacia la puerta. Sentía el escozor de algunas lágrimas en sus ojos. Cuando Alec se recuperará los dos saldrían a cazar algunos demonios, o tal vez sólo entrenar, o a caminar, lo que sea, pero que los dos están juntos. Llego a la cocina encontrándose con Lau madre, quien acomodaba un tazón de fruta picada en una bandeja.

-Por fin despiertas. Le sonrio, sus ojos tenían un tinte rojizo, seguramente había llorado durante la noche. -Esto es para Alec, llevaselo. Acomodo una servilleta en el desayuno bien arreglado.

-Claro. Me acerco y espero a que le de los últimos detalles.

-Le hace falta algo. Se mordia el labio. -Ya se. Salió al jardín y volvió entrar. -Llena un vaso con agua Jace. No dude y rápidamente lo llene, cuando se lo pase, acomodo unas flores.

-Planeó dar un paseo con Alec más tarde, para que se relaje. Dije mientras acomodaba las flores en la bandeja.

-Si, pero procura que no se sobresalte demasiado. Sólo asenti para tomar la bandeja, eso hizo que Marsey se tensara un poco.

-Tranquila, tendré cuidado. Regresé a la habitación de mi parabatai con la bandeja del desayuno en manos. -Yo te cuidare mí Alec.

Al llegar a la habitacion entro sin hacer ruido y miro a su parabatai.

Seguía dormido por lo que suspire, no quería que se levantará, no aun, no hasta saber que estaria bien, que no se dañaria. Coloque la bandeja en una mesa de cristal redonda cercas de la ventana. Para despues acercarme y darle un beso en la frente.

-Alec. Lo moví despacio haciendo que se moviera. -Alec. Seguía moviendo Lo cuando sus ojos de comenzaron a abrir, sus ojos azules se miraban entriztecidos.

-Jace. Su voz de quebro. -Yo... Por impulso el nombrado lo abrazo, sintiendo los sollozos de su parabatai en su hombro.

-Está bien Alec, estoy aqui. Le acarisio la espalda esperando que se tranquilice un poco. -Ya ya. Seguía sollozando, dos hacia que el corazón de Jace se estrugara.

-¿Porque?. Se separó del abrazo mirando a los ojos a Jace. -¿Porque lo hicieron?. El rubio ya no sabía que contestar, dos le había desconcertado.

-Yo... lo siento mi Alec. Jace bajo la mirada y controlo las lagrimas que amenzaban con salir.

Ambos hermanos esperaron a que sus emociones de anibelaran, Jace buscando una respuesta que no tenia y Alec reflexionando sobre lo que ahora recordaba.  El estómago del ojiazul rugio al percibir el olor de los alimentos, lo que ocasionó que ambos se rieran.

-Tienes que comer algo. Alec sólo asintió, limpiando el rastro de las lagrimas.

-Bien te dejaré para que comas tranquilo. Jace le dio un beso en la mejilla a su parabatai y se retiro, dando un último vistazo al pelinegro.

Cuando el rubio se fue Alec soltó un suspiro y sobo sus cienes, demasiadas emociones, demasiado de todo. Salió de las mantas, dándose cuanta de su parcial desnudez.

-¿Pero que demonios?. Rapidamente busco su pantalon y se lo coloco, estaba rojo de pena. -Que horror. Camino hasta la mesita donde comenzó a comer pues no podía negar que ya tenía un hambre de muerte.

                           •. •. •.

Yaaaaa seeeee loooo sieeeentoooo muchoooooo, perdón por no actualizar hasta ahora. Besos mis queridos lectores, nos leemos la próxima..... <3

El ángel de Lucifer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora