•Narrador•
Luego de acomodar todas las flechas en su lugar, Alec se dispuso a retirarse, pero al pasar por la banca de descanso, su atención fue robada por el libro "Flora del mundo", aquel que había dejado caer tras aquel extraño incidente en el pasillo del instituto; intentada formular una respuesta en su mente, ¿como fue que el libro termino ahí?, lo tomo.-Tal vez Jace lo dejo aquí. Se encogió de hombros y comenzó a caminar hacia su habitación.
•Narra Alec•
Sus brazos estaban pesados de tanto disparar. Primero un baño, luego la comida, se dijo a si mismo mientras dejaba el libro en la cama y buscaba ropa.
-Esto estará bien. Saco un suéter desgastado y un pantalón negro.
El agua tibia cayendo en su espalda era relajante, realmente ya lo necesitaba. Al salir solo se seco y se comenzó a cambiar, rápidamente bajo hacia la cocina.
-Hora de alimentar a los que sin ni o mueren intoxicados o de hambre. Reía ante mi comentario y comencé a sacar todos los ingredientes.
Algo de carne con verduras y arroz deberían de bastar, se puso un mandil blanco que su madre hace tiempo no usaba y puso una sartén en la estufa.
-Esto es tan aburrido. Tenia algo de arroz cociendo, mientras picaba la verdura. - Hubiera traído el libro. Suspire ante el recordatorio del libro.
No le gustaba comentar su gusto por las plantas, pero tal vez no era tan necesario decir algo, cuando siempre salia al jardín a mirar como iba lo que plantaba, incluso alguna veces ayudo a Jace a revivir alguna planta que se le había muerto, era gracioso. Agrego algunas especias al arroz y al girarse para continuar picando la verdura se sorprendió al mirar el libro en el que momentos antes había pensado colocado justo a lado de la verdura.
-Voy a matar a Jace. Intentaba convencerse de que era su parabatai quien hacia eso.
Con cuidado tomo el libro y lo acomodo, de modo que quedara levantado y abierto.
-Nunca se desaprovecha algo que se quería. Comenzó a leer mientras picaba con cuidado.
Le gustaban algunas flores que había en ese libro con las propiedades curativas, probablemente se pondría a plantar algunas flores. Pero no solo le gustaban por sus remedios curativos, sino también por sus significados, algunas incluso le habían colocado un tinte rosado en sus mejillas, le encantaría que alguien le regalara alguna flor. Magnus lo había hecho, pero luego se dio cuanta que lo hacia con cada uno de los que quería llevar a la cama.
-Deja de pensar en eso Alec. Se regaño a si mismo, volvió su atención a las verduras.
Poco a poco las iba agregando a la carne que había puesto a cocer, los olores eran magníficos, le hacían sonreír orgulloso, luego de limpiar tomo el libro y lo cerro, miraba a su alrededor, en ese lugar sus padres le habían recriminado por ser homosexual, por querer a un brujo, su propio padre le había dicho que para el su hijo había muerto, su madre solo miro y cayo, pero con esa mirada de decepción.
-Me hubiera gustado seguir sus expectativas. Bajo la mirada entristecido.
Nunca había hecho algo bien a la mirada de sus padres, los mas fuertes eran siempre Izzy y Jace, no los odiaba por eso, pero le hubiera gustado que sus padre se sintieran orgullosos de alguna de sus hazañas; pero sabia que eso no los haría verlo de otro modo, mas que alguien frágil, pues algunas veces había logrado salvar a sus hermanos de algunos demonios, pero sus padres al escuchar que estos dos se encontraban en peligro, rápidamente corrían a ver los, a el apenas y le miraban y cuando lo hacían le regalaban por no haberlos cuidado.
-Lo siento. Dijo con los ojos cerrados, las lágrimas casi escurrían por sus mejillas.
•Narrador•
En el dolor Alec no se percataba de la presencia en la puerta, que por cada lágrima que manchaba su rostro, la ira aumentaba en él, el brillo asesino en sus pupilas crecía. Los vidrios de las ventanas se comenzaron a despostillar. Alec se percato de eso y se acerco a la ventana que tenia mas cerca, sus ojos eran de un azul mas fuerte a causa de las lágrimas; al mirar el vidrio noto su propio reflejo, sus ojos estaban rojizos y las lágrimas seguían saliendo de sus ojos.
-Patético. Se limpio con el suéter y volvió a mirarse, esta vez percatándose de la silueta oscura en la puerta.
Su cuerpo comenzó a temblar, los ojos de esa criatura brillaban con ira, se separado lentamente del vidrio y comenzó a girar, aun manteniendo vigilado a la silueta desde el reflejo del vidrio; tomando una respiración Alec giro rápidamente y miro a la puerta, su corazón latía demasiado fuerte, pero no había nada, la puerta se encontraba sola, giro de nuevo hacia la ventana y nada, ni siquiera entrecerrando sus ojos podía ver algo.
-Vamos, concentra te. Se acomodo el cabello y suspiro. -Necesito descansar. Con calma comenzó a servir los platos, se sentía mas cansado de lo habitual, lo mejor era descansar un poco en la biblioteca después de comer...
∆ ∆ ∆
Que bonito es el amor!! A menos que este sea uno psicópata, pero en fin, espero que la historia les vaya gustando y si hay algo que no entiendan gustos@ de aclarar.
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El ángel de Lucifer.
FanfictionDicen que no importa la edad ni la raza, cuando hay amor... pero, ¿porque me separaron de mi ángel?, ¿porque tan cruelmente me impidieron amarlo?, ¡¿PORQUE?!, yo lo amaba, hubiera dado todo por él, hubiera acabado la guerra antes de lo que los libro...