Capítulo 15: Chocolate

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Despierten, zorras!- Se escucharon dos voces con perfecta sincronización

Las dos maltrechas Kunoichi de Kumo tuvieron que dormir en aquellas incomodas posiciones debido a que nadie se molestó en remover alguna de sus cadenas para estar cómodas, por lo que despertaron con sus ojos hinchados ante la falta de verdadero descanso y sin haberse recuperado ni un poco del daño recibido durante su derrota en el bosque.

Ambas levantaron sus miradas para encontrarse precisamente con Kushina y Konan, que a diferencia de su encuentro en el bosque, ahora lucían dos conjuntos sumamente pervertidos, consistentes en largas botas de aparente látex, de tacón con más de 15 centímetros de alto y que les llegaban a la mitad de los muslos, corsés del mismo color que su calzado con textura de rejilla, a través de la cual podía verse la tersa y suave piel de las matriarcas Uzumaki además de dejarles al descubierto sus depilados sexos. Si bien la peliazul conservaba su peinado habitual, la pelirroja llevaba su cabello atado en una larga coleta alta y dos flequillos altos a los costados.

Pero lo más llamativo de ambas era que sonreían de forma sutilmente perversa y sus ojos entrecerrados miraban a las dos prisioneras con oscuro regocijo.

Yoruichi y Mila se sentían impotentes en su situación ante aquellas poderosas Kunoichi.

- ¿Q-Qué quieren…?- Murmuró la fornida mujer, tratando de mostrarse segura aunque pareció todo lo contrario

- Es simple, hoy vamos a empezar con su entrenamiento- Respondió la Uzumaki con tono sombrío

- N-No nos asustan…- Agregó la bajita mujer, enseñando un rostro desafiante

- Créanme… Pronto van a estar más que asustadas- La sonrisa de la chica de Ame se tornó más siniestra.

Sorpresivamente, las dos mujeres de piel ébano sintieron dolorosos pinchazos en sus cuellos y casi de inmediato se sintieron terriblemente adormiladas, terminando por bajar la cabeza tras quedarse dormidas en cuestión de segundos.

Detrás de ellas, una Shizune vestida con un uniforme de sexy enfermera visiblemente escotado para que sus pequeños pechos en comparación con sus amas resaltaran y su delineada figura se notara, portaba una jeringa en cada mano y miraba con oscuro placer cómo aquellas mujeres estaban a su merced…

Estuvo años infiltrada en Kumo y con frecuencia se imaginaba sometiendo a esas dos para entregárselas en bandeja de plata a su sobrino-amo. La azabache había desarrollado una fijación marcada por las mujeres morenas, ya que si bien recorrió las Cinco Grandes Aldeas durante su largo viaje de espionaje, en la Aldea Ninja de la Nación del Rayo fue donde pasó más tiempo y todas aquellas frondosas y exóticas féminas de piel ébano la hacían menos por su físico…

Por eso empezó con su obsesión de poner a cualquier hembra de esas características a sus pies, sin importar el método a utilizar.

- Vamos a preparar a estas zorras para su adecuado entrenamiento…- Kushina y Konan se comenzaron a acercar a las indefensas mujeres negras ante la satisfacción marcada de la Katou.

Naruto, Himawari, Sarada y Kurenai se retiraban caminando con tranquilidad de la oficina del Hokage…

Tras los sucesos derivados del secuestro de Hanabi Hyuga acontecidos apenas el día anterior, era evidente que en la aldea había una tensión latente. El siempre amable y paciente Hokage, se mostró hosco y fastidiado con el Equipo 7 antes de asignarle una misión simple, consistente en retirar la hierba de un amplio sembradío de arroz a las afueras de la aldea.

Llegaron pronto al lugar y tras reportarse, se dispusieron a trabajar.

- Naruto-kun, ya sabes qué hacer- Dijo la Jounin con una sonrisa

Uzumaki's Strongest WeaponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora